Nunca Dije ni la Mitad

Nunca Dije ni la Mitad

Dial Hope (Digita Esperanza) es posible gracias a personas que donan para que la palabra del amor de Dios llegue a otros a través de este ministerio. Tal vez te gustaría hacer lo mismo. Visita nuestra nueva página web – www.dialhope.org.

El Rev. James Moore, reflexionando sobre el amor y la gracia de Dios, escribió sobre el gran explorador Marco Polo. Cuando Polo regresó a Venecia después de sus viajes a Catay, él trató de describir las increíbles maravillas que había visto allí. Las personas no le creían y por el resto de su vida (e incluso en su lecho de muerte) trataron de hacerle confesar que había mentido y exagerado acerca de las maravillas que había descrito. Su última respuesta fue: “¡Nunca les conté ni la mitad de lo que es!”

Moore escribió que a veces las personas se burlan de él por hablar tan frecuentemente sobre el amor y la gracia de Dios. Cuando lo hacen, él reflexiona nuevamente sobre Marco Polo, “¡Nunca les conté ni la mitad de lo que es!”

Amigos de Dial Hope (Digita Esperanza), hoy, te invito que reflexiones sobre tu propia vida. ¿Dónde has experimentado misericordia y gracia? ¿Cómo ha tocado Dios tu vida? ¿Dónde has visto la mano de Dios obrando? Yo estaría dispuesto a apostar, ¡Tú no has contado ni la mitad de lo que es tampoco!

Oremos: Amado Dios, te alabamos porque eres un Dios de Gracia, un Dios de Amor y Misericordia. Te damos las gracias por tu perdón y por la manera en que nos ofreces un inicio limpio y nuevos comienzos. Oramos el día de hoy por aquellos que no conocen tu amor y gracia incondicional; por aquellos que se sienten atrapados por cuerdas de pecado o desesperación o por un pasado inquietante. Ingresa a sus vidas de nuevo este día. Derrama sobre nosotros, una vez más, tu gracia. Ayúdanos a escuchar, a creer y a responder a tus buenas nuevas – que tú renuevas todas las cosas – incluso a nosotros. Amén.

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Replanteando la Pregunta

Replanteando la Pregunta

En el libro de Hechos, hay una historia sobre el encuentro de Pedro con Cornelio, un Gentil forastero. Lo cual es sí mismo es bastante extraño. A Pedro, aunque era un seguidor de Jesús, culturalmente, toda su vida le habían enseñado que algunas partes de la creación de Dios no eran suficientemente buenas para él. Toda su vida le habían enseñado que los gentiles, personas que no eran de su etnia, que no eran de su nacionalidad, eran impuros. Eran vistos como forastero, fuera de los límites incluso de la gracia de Dios. Además de eso, Cornelio era un comandante militar en el ejército que estaba ocupando y oprimiendo a Israel.

Y, sin embargo, aquí en esta historia, ¡encontramos a Pedro en su sala de estar!

Verá, Pedro acababa de tener una visión. Y en esa visión, Dios cambió su corazón. Dios le dijo a Pedro, no te atrevas a llamar inmundo a nada de lo que he creado. Lo que es tan interesante es que, hasta ese momento, Pedro pensaba que el mensaje de Cristo era solo para Israel. Hasta ese momento, Pedro pensó que sabía exactamente quién entraría y quién saldría; quién sería bienvenido y quién no. Toda su vida le habían enseñado a no tener nada que ver con este tipo de personas. Hasta ese momento, uno de los líderes clave de la iglesia primitiva pensaba que el evangelio era sólo para su clase de persona.

“Ahora,” Dijo Pedro, “Ahora, comprendo que en realidad para Dios no hay favoritismo…” (Hechos 10:34) Aún más interesante, no puede evitar hacer referencia a la Pascua: Al explicar, dijo: Dios lo resucitó al tercer día…Como si dijera: Sólo algo tan poderoso podría cambiar mi corazón y mi mente. Solo algo tan poderoso podría derribar los muros que nos dividen…Sólo algo tan poderoso…

A veces podemos quedar atrapados en la pregunta intelectual de la Pascua: ¿Cómo resucito Dios al Jesús de entre nosotros? Pero tal vez este pasaje bíblico de los Hechos nos invita a replantear las preguntas: Quizás podríamos preguntar:

¿Es posible que algo tan extraordinario haya sucedido en esa primera mañana de Pascua que hay esperanza para nuevos comienzos y una nueva vida? ¿Es posible romper viejos prejuicios? ¿Es posible que se puedan sanar viejas heridas? ¿Pueden caerse la balanza de los ojos? ¿Los corazones pueden abrirse, las mentes pueden cambiar? ¿hay esperanza para nuestra nación tan dividida? ¿Hay esperanza para mí?

No sé dónde estás en tu camino de fe. Pero tal vez la pregunta para nosotros no sea tanto una pregunta intelectual: ¿Cómo puedo hacer que mi mente entienda la tumba vacía y que el cuerpo vuelva a la vida? Pero es más bien una pregunta de fe ¿Cómo voy a vivir mi vida en respuesta?

Oremos: Estamos agradecidos, Oh Dios, porque el Cristo Resucitado está obrando incluso ahora, para sanar, para reparar, para sanidad e incluso sacar vida de la muerte. Levanta de nuevo los lugares muertos en nuestras vidas, en nuestros corazones y en nuestro mundo. Confiamos en ti, que has prometido hacer nuevas todas las cosas. Amén.  

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Pasillo, Altar, Él

Pasillo, Altar, Él

El mensaje de hoy fue escrito por el fundador de Dial Hope (Digita Esperanza), el Reverendo Roger Kunkel, q.e.p.d.

¿Has oído la historia de la novia que estaba muy nerviosa el día de su boda? Le confió al ministro de la iglesia que no estaba segura de poder caminar a lo largo del pasillo sin temblar ni llorar. Así que el ministro, un veterano de temporadas de bodas, le dio un consejo. “Cuando comiences a caminar,” él dijo, “recuerda esta fórmula de tres puntos: Primero, mira directamente hacia el pasillo; segundo, cuando llegas a la mitad del pasillo mira directamente al altar; y tercero; cuando te acerques en frente de la congregación, mira directamente a tu novio: Primero el pasillo, luego el altar, y luego él. Creo que esto ayudará a aliviar tu nerviosismo.” La novia temblorosa aceptó intentar su consejo. Y funcionó maravillosamente. Caminó con un resplandor radiante en su rostro, con equilibrio y confianza en su paso, sin ningún signo de nerviosismo. Sin embargo, hubo un pequeño problema. Imagínense la sorpresa de la congregación mientras la escuchaban repitiendo rítmicamente tres palabras una y otra vez durante su marcha nupcial: “Pasillo, altar, él.”

“¡Pasillo, altar, él!” Bueno, la verdad es que la mayoría de las novias no tienen mucha suerte en hacer cambiar a sus esposos. Pero la buena noticia de la fe Cristiana es que ¡Dios nos puede cambiar! Dios nos puede modificar. Dios puede redimirnos. Dios puede cambiar nuestras vidas. De hecho, el cambio que Dios puede traer en nuestros corazones es tan asombroso que cuando Jesús habló sobre ello y lo describió utilizó un lenguaje dramático. Él habló de “nuevo nacimiento” acerca de “nueva vida,” acerca de “nuevos comienzos,” sobre renacer nuevamente. Él dijo: “De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios.” (Juan 3:3) Amigos de Dial Hope (Digita Esperanza), esta es la buena nueva, el ¡Ta-rán! del día de hoy. ¡Créelo y reclámalo!

Oremos: Dios de amor, ¡Cuan Grande Eres! Te damos las gracias por la buena nueva de que podemos crecer y cambiar; podemos ascender a planos superiores de vida personal; hay esperanza en medio de nuestra desesperación; hay alegría a pesar de la tristeza. Ahora llénanos con el resplandor de este día para que tu amor fluya a través de nosotros, trayendo luz y vida a un mundo que a menudo camina en sombras y muerte. Por medio del Cristo resucitado, oramos. Amén.

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Un Vistazo al Reino

Un Vistazo al Reino

Hace muchos años, el Rev. Jack Meadors contó una maravillosa historia de un incidente que ocurrió durante las Olimpiadas Especiales. Esto fue lo que ocurrió: Nueve niños se alinearon para la carrera de 100 yardas. La pistola de inicio sonó y la carrera comenzó. Pero a pocos metros, de haber empezado la carrera, uno de los niños se cayó y comenzó a llorar. Inmediatamente, los otros ocho niños dejaron de correr y regresaron a ver a su amigo caído. Una joven con Síndrome de Down lo besó y le sacudió el polvo. Los otros niños lo levantaron juntos. Unieron sus brazos, mientras corrían hacia la línea de meta juntos. La audiencia se puso de pie con aplausos. No hubo un ganador, ¡hubo nueve ganadores!

Meadows escribió: “Por un momento fugaz estos niños nos mostraron cómo es el Reino de Dios. Ellos desafiaron el concepto del mundo de que el primer lugar lo es todo. El mundo dice que derrocar, incluso destruir al competidor es el camino a seguir.” En cambio, estos jóvenes demostraron amor, unidad y gracia. Sus acciones trajeron la belleza al mundo. Y, eran testigos de una mejor manera de vivir.

Oremos: Te damos las gracias, Dios Santo, por el deseo de superación y de triunfo que has construido en nuestro interior. Pero admitimos que a veces este impulso nos hace perder de vista el panorama general. Te agradecemos hoy por el testimonio de tus hijos durante las Olimpiadas Especiales. Que podamos seguir su ejemplo por nuestra propia caridad, gracia y compasión. Amén.

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El Camino del Amor

El Camino del Amor

El Evangelio de Lucas nos ofrece una imagen de Jesús en la cruz. Los líderes religiosos se burlaron: “A otros salvó; ¡Que se salve a sí mismo si es el Cristo de -Dios, el Escogido!” Uno de los soldados gritó: “¡Si eres el Rey de los Judíos, sálvate a ti mismo!” Y más tarde, uno de los criminales se burla de él: “¿No eres tú el Cristo? ¡Sálvate a ti mismo y a nosotros!”

La ironía es que, al aceptar el vía crucis, salvar es exactamente lo que está haciendo.

Imagínese, sólo por un minuto, si Jesús hubiera venido de otra manera. ¿Qué hubiera pasado si Jesús hubiera venido con un ejército y hubiera marchado a Jerusalén? ¿Y si hubiera entrado, limpiando la casa y aplastado a los romanos? Si lo que afirmamos acerca de Jesús es cierto, que él es el Hijo del Dios Todopoderoso, Crador de todo lo que existe, no hay duda de que podría haberlo hecho. ¿Puedes imaginarlo? Papá, ¿Qué tal un rayo?

Pero ¿Qué habría dicho eso acerca de Dios? Si la violencia y la fuerza pura fueran los caminos del Señor, ¿Qué significaría eso para nosotros? Si Jesús hubiera enseñado que la venganza y la dominación son la manera de hacer del mundo un lugar mejor, ¿Cómo viviríamos? ¿En qué se diferenciaría el modo de vida de los primeros Cristianos del modo de vida del Imperio Romano, que gobernaba por la fuerza? ¿En qué se habría diferenciado Jesús como salvador y rey del Cesar como salvador y rey?

Lo que vemos, en cambio, es una imagen muy diferente. Jesús nos muestra que el camino de Dios es el perdón; el camino de Dios es la humildad; el camino de Dios es el camino del amor. No sé ustedes, pero yo agradezco que Dios se acerque a nosotros de esta manera.

Oramos por la gracia de seguir a Jesús mientras él nos guía en este camino.

Oremos: Dios todopoderoso, te damos gracias porque tu poder y fortaleza se mueven en los caminos del amor. Concédenos mentes abiertas y corazones dóciles; en el nombre de Jesús. Amén.

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Algo que Ofrecer

Algo que Ofrecer

Ayer conté una historia sobre la Madre Teresa. Hoy compartiré con ustedes una historia de un santo cercano a casa.

Una fría mañana de Enero, estaba ayudando en un refugio con un joven estudiante de nombre Chris. Chris llevaba café afuera para llenar las tazas de los que estaban esperando. Y en el lapso de una hora o menos de estar atendiendo, regresó sin zapatos. Todo el mundo comenzó a preguntarle: “Entonces, ¿Dónde están tus zapatos Chris?” Chris respondió diciéndonos que había un anciano en esta fría mañana de Enero que no tenía zapatos. Preguntó si el refugio tenía alguno en talla 11, pero no tenían. Bueno, mi talla de zapato es 11, y empecé a pensar sobre todos los zapatos que tengo en mi armario. Así que me quité los zapatos y se los di a él.

Al principio, ¡todos pensábamos que Chris estaba loco!. Él tendría que irse a casa en el frío, sin zapatos. Sin embargo, reflexionando, su acto fue inspirador. Su fe personal lo obligó a ayudar, a dar y no a juzgar.

No todos podemos ser la Madre Teresa, y no todos podemos regalar los zapatos que andamos puestos. Pero, si nos detenemos a pensar en ello, todos y cada uno de nosotros podemos mostrar compasión y gracia a los necesitados. Todos y cada uno de nosotros tenemos algo que ofrecer.

Oremos: Ayúdanos a ver la necesidad que nos rodea, Oh Dios. Y danos el valor y la creatividad para satisfacer esa necesidad – si bien no en el momento, al menos en la reflexión. Dios compasivo, es realmente asombroso cuando consideramos cómo la generosidad cambia el mundo que nos rodea, y cómo cambia el mundo dentro de nosotros. ¡Es inspirador poder verlo! Ayúdanos el día de hoy a pasar de pensamientos egocéntricos a acciones de auto-entrega. A medida que lo hacemos, que podamos descubrir una alegría más profunda, significado y esperanza; a través de Jesucristo. Amén.

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La Belleza del Amor Desinteresado

La Belleza del Amor Desinteresado

Una vez escuché de un joven acerca de una pasantía que tenía en la India, sirviendo con la Madre Teresa.  Él dijo que un día, en el servicio de adoración, se encontró mirando fijamente a los pies de la Madre Teresa. Estaban simplemente deformados. Después del servicio religioso, un hombre, que vivía en las cercanías, se le acercó y le dijo: “Te veo mirando a los pies de la Madre. ¿Sabes por qué son así? Son así porque cada vez que una caja de zapatos es donado y enviado desde los Estados Unidos, la Madre revisa las cajas y elige el peor par de zapatos que pueda encontrar. Ella selecciona dichos zapatos para ella misma.

Está claro que la Madre Teresa tenía un corazón de sierva. Ella dio con sacrificio, más allá de lo que la mayoría de nosotros podríamos imaginar hacer por nosotros mismos.

El Apóstol Pablo escribió: “La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús…quien…tomando la naturaleza de siervo…se humilló a sí mismo…” Jesús mismo dijo: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí.”

No todos podemos ser como Madre Teresa, pero podemos aprender algo de su ejemplo. Hay gran belleza en la entrega de amor.

Nuestra oración de hoy fue escrita por el ganador del Premio Nobel de la Paz Dag Hammarskjold. Oremos: Dios grandioso y bueno, danos corazones puros para que podamos verte, corazones humildes para que podamos oírte, corazones de amor para que podamos servirte, corazones de fe para que podamos vivir en ti, corazones reverentes para que podamos adorarte, aquí y en el mundo que nos rodea, a través de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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Viviendo Plenamente Aquí y Ahora

Viviendo Plenamente Aquí y Ahora

Hace años, mi abuelo predicó lo que creo que fue un sermón de Pascua, que escribió como si fuera una carta a su familia sobre en caso de su muerte. Fue muy directo. Él quería que su funeral se celebrara en la iglesia, no en una funeraria. Él también dijo que quería un ataúd sencillo, lo más barato posible, y sin lápida o grabado de nombre. Sin flores. “¡No malgastes tu dinero en ello!”, él dijo. Mi familia cumplió con algo de eso, pero él tiene su nombre grabado en el jardín conmemorativo de nuestra iglesia.

Lo que aprecié de su mensaje es la voluntad de pensarlo detenidamente, de planificarlo. Demasiadas veces he tenido familias después de la muerte de un ser querido, tratando de descubrir qué querían su padre o su madre, con respecto a un servicio conmemorativo o cualquier otra cosa. También resaltó la esperanza que tenemos en Cristo de la vida eterna, la vida más allá de la muerte.

No nos gusta pensar en la muerte. No hay duda que vivimos en una cultura que glorifica la juventud y que nos anima negar o desafiar la muerte, a hacer lo que sea necesario para parecer más jóvenes de lo que somos. Gastamos 100 billones de dólares al año en productos antienvejecimiento. También vivimos en una época en la que nuestro sistema de salud está muy concentrado en prolongar la vida a toda costa, renunciando a casi cualquier conversación sobre la calidad de vida. Por eso los cuidados de Hospicio han sido un regalo tan grande.

Yo sé que no nos gusta pensar en la muerte. Pero Jesús habló a menudo de su propia muerte y de la nuestra, y los evangelios ciertamente no rehúyen de eso, como si nos estuviera empujándonos para enfrentarlo.

Dicho todo esto, he conocido a demasiadas personas que envejecen antes de tiempo. Y nunca dejo de sentirme inspirado por alguien, de edad avanzada, que tiene un corazón juvenil. El propio Jesús, en sus enseñanzas y ministerio se centró ampliamente en la vida aquí y ahora, lo que plantea la pregunta: ¿Hay algo en la conciencia del fin que añade profundidad y vitalidad a la vida ahora?

Como mencioné ayer, lo sé por mí, cuando recuerdo que un día no estaré aquí, esa reflexión me hace amar más intensamente, apreciar más profundamente a las personas que me rodean, y sentir más plenamente la belleza de la vida aquí y ahora.

Oremos: La vida es un regalo tan precioso, Oh Dios. Ayúdanos a apreciar no sólo la belleza de la creación sino también la belleza de las relaciones. Ayúdanos a apreciar cada momento con un amigo, cada abrazo de un familiar y cada conversación con un ser querido. Y, sobre nosotros, recuérdanos una y otra vez que en la vida y en la muerte te pertenecemos; a través de Cristo nuestro Señor. Amén.

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Sagrado, Antiguo y Profundo

Sagrado, Antiguo y Profundo

En el vehículo asignado del trabajo, mi esposa Robbie tiene una calcomanía en el parachoques que dice: “Freno por Cementerios Antiguos”. Y efectivamente lo hace. A ella le encantan los cementerios antiguos y es un aspecto de su trabajo en el campo de la arqueología. Y así, a lo largo de los años, me he unido de vez en cuando.

Visitamos la tumba de Zora Neil Hurston mientras estábamos en Stewart Florida. Llevamos a nuestras hijas a ver el marcado contraste entre el Cementerio Evergreen y un antiguo cementerio Afroamericano en West Augustine (uno al lado de otro y se puede ver que la diferencia es marcada). Hemos caminado por los cementerios de toda Escocia y Francia, viendo las fechas. Y, a veces, cuando estoy ahí afuera, siento que estoy al borde de un lugar sagrado, antiguo y profundo.

Cuando acababa de finalizar la universidad, acepté un trabajo enseñando español en una escuela secundaria en las afuera de Carolina del Norte y de hecho me quedé un tiempo en una pequeña casa remolque, estacionada detrás de una iglesia Metodista en su antiguo cementerio. Recuerdo que el pastor me dijo, el día que me mudé: “¡Oye, al menos tendrás vecinos tranquilos!” En esa etapa de mi vida, los antiguos cementerios los sentía espeluznante…

¡Qué poco sabia yo!

También recuerdo una época, cuando tenía poco más de treinta años, junto a la cama de un feligrés justo en el momento de su muerte. Casi se podía sentir su espíritu abandonando su cuerpo. Fue un momento santo. Y nuevamente sentí que estaba al borde de algún lugar antiguo y profundo…

Sé que no nos gusta pensar en la muerte. Sin embargo, muchas de las grandes tradiciones religiosas, incluido el Cristianismo, alientan cierta medida de contemplación sobre el final de la vida. Lo sé por mí cuando recuerdo que un día ya no estaré aquí, esa reflexión me hace amar más intensamente, apreciar más profundamente a las personas que me rodean, y sentir más plenamente la belleza de la vida aquí y ahora.

El salmista ora: “Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría.” (Salmos 90:12) Enséñanos a contar nuestros días para que podamos ganar perspectiva. Enséñanos a contar nuestros días y a recordar lo que verdaderamente es más importante en nuestras vidas. Enséñanos a contar nuestros días para que podamos volver a confiar en Aquel a quien pertenecemos. 

Oremos: Dios eterno, te damos gracias por el regalo de la vida y por la belleza de vivir. Te agradecemos por los familiares y amigos que enriquecen la vida. Hoy, recordamos lo incierto y frágil que es todo, y depositamos nuestra esperanza en ti. Hoy recordamos que en la vida y en la muerte te pertenecemos, y nuestro corazón está agradecido; a través de Cristo nuestro Señor. Amén.  

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Cristiano Gumption

Cristiano Gumption

El mensaje de hoy fue escrito por el fundador de Dial Hope, el Reverendo Roger Kunkel, q.e.p.d.

Una de mis películas favoritas es “Forrest Gump.” Hace años, literalmente, ¡alborotó a toda América! Recuerdas los dichos de Forest Gump: “El tonto es tan tonto que lo hace,” y “la vida es como una caja de chocolates, nunca sabes lo que vas a obtener.” Si perdonas el juego de palabras, quiero sugerir que necesitamos más Cristianos Gumption. La palabra Cristiano significa que creemos en un mismo Cristo, y la palabra gumption (en inglés) significa astucia, sabiduría, coraje, ingenioso y fuerza incondicional. Él confía en Dios sin reservas. Ese esquema básico no es sólo una sumatoria de la vida de Forrest Gump, también es una buena sinopsis de las enseñanzas de Jesús en el Sermón de la Montaña.

Cuando Jesús dice cosas tales como “Sed humilde,” “Sed obediente,” “Sed misericordioso,” “Sed puro de corazón,” “Sed pacificador,” “Sed la sal de la tierra y la luz del mundo,” “Voltea la otra mejilla,” “Ir la segunda milla,” “Ama a tus enemigos y ora por los que te persiguen,” él quiere decir “Ser Cristiano Gumption.” Ser audaz y confiado y valiente y fuerte. Vivir audazmente en el espíritu de Cristo y confiar en Dios para que todo pueda salir bien. En otras palabras, ¡vivir la vida altruista! ¡Ama a las personas incondicionalmente! ¡Confía en Dios sin reservas!

 Confía en Dios.

Oremos: Amado Dios de la canción y la saga, de la tierra y la historia, te agradecemos por la rica herencia de nuestra nación; por los pies de peregrino y por los sueños del patriota; por las llanuras frondosas y majestuosas montañas púrpuras, por las universidades e iglesias; por nativos y escoceses e irlandeses e italianos y chinos y puertorriqueños y eslavos y griegos; por evangélicos y católicos y judíos, y mormones, amish, menonitas y musulmanes. Oramos por la dedicación para mantener vivo el sueño, el sueño de profundizar el sentido de la comunicación entre las distintas razas y los individuos. Que el espíritu de Cristo una nuestros corazones y nuestras mentes para que podamos alabarte por siempre. Transforma nuestras actitudes, para que vivamos en la emoción y la expectativa. Enséñanos a ponernos de puntillas, escuchando tu voz y buscando la evidencia de tu presencia, sí, incluso en nuestro dolor, nuestro sufrimiento y nuestra enfermedad. Unge a cada oyente con una gracia inesperada, especialmente aquellos que luchan por estar sanos. Bendícenos ahora para que podamos ser una bendición para los demás. En el nombre de Jesús. Amén.

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