Entregando Nuestras Preocupaciones

Entregando Nuestras Preocupaciones

En la versión del Mensaje de la Biblia, Filipenses, en el capítulo 4 se lee:

No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.

Escuché acerca de una familia que realizó un acuerdo entre ellos. Cuando alguno de ellos tenga una preocupación o inquietud, acordaron escribirlo en una tarjeta de índice y dejarlo en una bolsa. Mientras escribían la inquietud, la levantaban simultáneamente en oración. Luego, dejarían colgando la nota en una bolsa en la parte posterior de la puerta del armario. Al hacerlo, entregarían esta preocupación a Dios.

Su acuerdo fue un paso más allá: Si se encontraban preocupados o ansiosos nuevamente por una inquietud que ya había sido escrita, tendrían que ir y sacarla de la bolsa. Luego, rezarían por la resolución del problema una vez más, y devolviéndolo a Dios mientras lo dejaban colgando una vez más en la bolsa.

Que hermoso ritual para servir como un recordatorio para dejar ir. Dios es lo suficientemente grande como para manejar cualquier preocupación o inquietud que puedas tener. Oro para que hoy encuentres una manera de soltar los problemas y dejar que Dios se encargue de ellos.

Oremos: Dios Todopoderoso, Dador de la Vida, queremos estar sanos y plenos; libres de ansiedad, preocupación y estrés. Queremos que seas el corazón y el centro de nuestras vidas. Por lo tanto, te pedimos que quites las cargas de nuestros hombros, que nos ayudes a renunciar al control y que nos entreguemos nuevamente a ti. Lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

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Tu Trabajo en el Señor no es en Vano

Tu Trabajo en el Señor no es en Vano

Hay una tira cómica de Calvin y Hobbes donde Calvin y Hobbes entran a la sala de estar marchando, temprano en la mañana. Su mamá está sentada allí en su silla favorita. Ella está tomando su café de la mañana. Ella mira al joven Calvin. Ella está maravillada y asombrada de la forma en que está vestido. La cabeza de Calvin está encerrada en un casco espacial. Una capa cuelga alrededor del cuello, sobre los hombros y se arrastra en el suelo. Una mano sostiene una linterna y la otra un bate de béisbol.

“¿Qué pasa hoy?” le preguntó su mamá. “Nada, hasta ahora,” respondió Calvin. “¿Hasta ahora?” Ella pregunta.

“Bueno, nunca se sabe,” respondió Calvin, “algo podría pasar hoy.” Entonces Calvin se marcha y agrega: “y si algo sucede, ¡por Dios, voy a estar listo para cualquier cosa!”

La madre de Calvin levanta la vista y dijo: “¡Yo necesito un traje así!”

Muy a menudo, cuando miramos el mundo que nos rodea, notamos guerras, avaricias y angustias, y nos sentimos abrumados. Sentimos que hay más necesidades de la que podamos satisfacer. Incluso los niños lo notan y quieren responder.

La verdad es que no podemos hacerlo todo. No podemos satisfacer todas las necesidades del mundo – sin importar qué tipo de traje nos pongamos cada día. Pero, cada uno podemos hacer nuestra parte. Podemos hacer una diferencia ya sea grande o pequeña. Cuando damos nuestro tiempo, nuestra energía, nuestro dinero, nuestra inteligencia, nuestros recursos para servir a los demás, hacemos del mundo un lugar mejor.

Pablo escribió a la iglesia de Corinto: “Manténganse firmes e inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo en el Señor no es en vano.”

Oremos: Amado Dios, concédenos fe incluso del tamaño de una semilla de mostaza para que nunca perdamos la esperanza. Infunde en nosotros un fuerte deseo de unirnos a tu trabajo de sanación y redención. Pero, recuérdanos que es tu trabajo y que siempre estas haciendo todas las cosas nuevas, incluso nosotros. Amén.

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No Hay Personas Perfectas

No Hay Personas Perfectas

Hay una historia sobre un hombre que fue rescatado en una isla desierta por la Guardia Costera. El Capitán vio tres chozas en la isla y entonces le preguntó al hombre: “¿Qué es esa choza en el lado norte de la isla?” El hombre respondió: “Esa es mi casa, ahí es donde vivo.” “Está bien, ¿qué es la choza en el lado este de la isla?” El hombre respondió: “Esa es mi iglesia. Es donde yo alabo a Dios.” “Está bien,” respondió el capitán, “Yo entiendo la situación. Pero, ¿Qué hay de la tercera choza?” “Oh,” dijo el hombre,” “¡Ahí es donde solía ir a la iglesia!”

Es gracioso porque la mayoría de nosotros hemos experimentado dicha situación.

Cuando recién salí del seminario, buscando un llamado a una iglesia, uno de mis amigos me retó. Él dijo, “Joe, si encuentras la iglesia perfecta, no vayas. ¡Porque tan pronto te presentes a una iglesia perfecta, la arruinarás!” Su punto era que no hay iglesias perfectas porque no hay personas perfectas.

El día de hoy, si tienes una familia eclesiástica, da gracias y ora por ella. Ora por los pastores y por los líderes. Ora por la congregación y pídele a Dios que bendiga el ministerio allí. Si no tienes una familia eclesiástica, pídele guía a Dios. Recuerda que espiritualmente no llegamos muy lejos si estamos solos.

Y finalmente, si alguien en la iglesia te ha lastimado, oro por la sanidad y la paz de Dios. Oro para que no confundas a la iglesia con Dios, y termines alejándote de ambos. En cambio, que puedas mantener tu corazón abierto, porque Dios siempre está haciendo algo nuevo – incluso en nosotros.

Nuestra oración de esta mañana fue escrita a principios del año 1600 por el Reverendo William Laud – entonces el arzobispo de Canterbury. Oremos: Dios misericordioso, oramos por tu santa…iglesia. Llénala con toda la verdad en toda paz. En donde esté corrupta, purifícala; donde se encuentre en error, corrígela; donde en cualquier cosa que se encuentre mal, refórmalo. Donde se encuentre bien, fortalécela; en donde se encuentre en necesidad, provee por ella; en donde se encuentre dividida, reunifícalo; por el bien de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Salvador. Amén.

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Corazón de Gratitud

Corazón de Gratitud

No es ningún secreto que tengo una pasión para animar a las personas para que puedan basar sus vidas en la gratitud. Pablo lo expresa de la siguiente forma: “Den gracias a Dios en toda situación” (1 Tesalonicenses 5:18).

Permítanme señalar que Pablo no dijo dar gracias “por” todas las circunstancias. Obviamente, no damos gracias por el cáncer o ataques al corazón, artritis o ceguera, Alzheimer o ataques terroristas. Pero podemos dar gracias “en” todas las circunstancias porque Dios está con nosotros, pase lo que pase. Y cuando lo reconocemos y lo aceptamos y llegamos a Dios en la fe, él nos dará fuerza y nos verá vencer, podemos contar con eso. Y eso es motivo de gran acción de gracias.

Hay una vieja leyenda que habla sobre un hombre que llegó un día al granero donde Satán almacenaba las semillas que él dispersaba en toda la tierra. El hombre notó que las dos semillas más abundantes en el granero eran las semillas de la amargura y el desánimo. Le preguntó a Satanás acerca de dichas semillas. “Ah, sí,” respondió, “la amargura y el desánimo; son, sin duda alguna, mis semillas más eficaces. Porque estas semillas crecerán casi en cualquier parte.”

Entonces, con una mirada solemne en su rostro, Satanás dijo: “Sin embargo, hay un lugar en donde las semillas de amargura y desánimo no crecerán.” “¿Oh?”, dijo el hombre, “¿Y dónde es eso?” Satanás respondió, “No pueden crecer en un corazón de gratitud.”

Oremos: Dios de amor, venimos ante ti con corazones llenos de amor, almas llenas de confianza y mentes llenas de acción de gracias. Tu amada amabilidad llega tan lejos como las estrellas, tus cuidados hacia nosotros son tan profundos como el mar. Ayúdanos a girar con la confianza de un niño. Abre nuestros ojos a las maravillas o a Tu Palabra y envíanos a nuestros caminos con esperanza y valor. Cuida a los que viajan. Enséñanos que nunca viajaremos más allá de tu amor y cuidado. A través de la asombrosa gracia de Jesucristo. Amén.

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Con Humildad Viene la Sabiduría

Con Humildad Viene la Sabiduría

Un Joven, ministro de la palabra de Dios, compartió con su congregación que estaba dejando la iglesia por otro llamado de Dios. En su último Domingo, mientras estaba de pie afuera saludando a la gente, una de las ancianas lo abrazó y con los ojos llenos de lágrimas, se lamentó: “Oh, pastor, lamento que hayas decidido irte. Las cosas jamás serán las mismas.”

El joven se sintió halagado. Intentando consolarla, tomó sus manos entre las suyas y respondió: “Bendita seas, querida señora, pero estoy seguro de que Dios le enviará a un nuevo pastor incluso mejor que yo.” Ella se contuvo un sollozo y se le escucho decir: “Eso es lo que todos dicen, pero siguen de mal en peor.”

Amo esa historia. Todos necesitamos una pequeña dosis de humildad de vez en cuando. Principalmente porque el orgullo puede tener un efecto tan destructivo en nuestras relaciones: Cuando tengo que estar en lo cierto todo el tiempo; cuando es mi forma o la de ninguna; cuando me niego a escuchar las opiniones de los demás. Por otro lado, un poco de humildad abre nuestras mentes, nos permite escuchar a los demás y puede hacer maravillas en nuestras relaciones.

En Proverbios 11:2 se lee: “Con el orgullo viene el oprobio; con la humildad, la sabiduría.”

Oremos: Dios de Gracias, oro especialmente por aquellos que están sufriendo profundamente el día de hoy; y por otros que llevan cargas pesadas. Derrama sobre cada uno de nosotros tu gracias y concédenos tu fuerza. Ayúdanos a abordar la complejidad y el misterio de la vida con humildad y confianza en ti. Amén.

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En las Rodillas de Nuestros Corazones

En las Rodillas de Nuestros Corazones

Una vez leí que Neil Marten, miembro del Parlamento Británico, una vez le estaba dando a un grupo de sus constituyentes un tour por la Cámara del Parlamento. Durante el transcurso de la visita, sucede que el grupo se encontró con Lord Heilsham, entonces Sir Canciller, vistiendo con todas las insignias de su oficina. A cierta distancia, Hailsham reconoció a Marten entre el grupo y gritó, “¡Neil!” -cuyo pronunciamiento en inglés se puede interpretar, fácilmente, como arrodíllense – Sin atreverse a cuestionar o desobedecer la “orden”, ¡todo el grupo de visitantes cayó de rodillas rápidamente!

¿Puedes imaginarlo? Yo no puedo imaginarme tener que arrodillarme ante otra persona, en primer lugar. Pero hay algo acerca de ese nivel de humildad y respeto que resuena – especialmente cuando pienso en arrodillarme en la presencia de Dios.

En la Biblia, las personas le oraban a Dios mientras estaban de pie, sentados, arrodillados, e incluso acostados boca abajo en el suelo. Me conocen por orar acostado de espalda en el piso. Nuestras posturas dicen mucho sobre lo que hay en nuestros corazones – y tienen la capacidad de ponernos en un cierto estado de ánimo.

El día de hoy, mientras oremos, sería bueno que intentes una postura diferente – algo diferente a lo que estás acostumbrado. No importa cómo se vea, la parte más importante es inclinar el corazón con humildad y asombro ante el Creador del Señor de todo lo que existe.

Oremos: Tú eres el Alfa y el Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin. Tú eres digno de recibir gloria, honor y poder. Y de esta forma estar frente a ti – en las puras rodillas de nuestros corazones – alabándote con todo nuestro ser. El día de hoy te agradecemos por el regalo de la vida y la maravilla de la vida. Te agradecemos por el camino que nos has ofrecido para caminar, por los compañeros a lo largo del camino de la vida, guía y por tu amor redentor. Llénanos nuevamente con tu gracia y alegría – que estos dones sean nuestros para compartir. Amén.

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Lección de Teología del Día

Lección de Teología del Día

Hay una vieja tira cómica de PEANUTS donde Linus obtiene una astilla. Lucy se da cuenta y dice: “¡Ah, Ja! ¡Eso significa que te están castigando por algo! ¿Qué has hecho mal últimamente?” Linus respondió: “¡No he hecho nada malo!” A eso, Lucy responde: “tienes una astilla, ¿verdad que sí? Esa es una desgracia, ¿verdad que sí? ¡Estás siendo castigado con la desgracia porque has sido malo!” Ella continúa, “¡Yo sé todo sobre estas cosas! Yo sé que…” Justo en ese momento, Linus interrumpe, “¡Ya salió! ¡simplemente se salió!” Mientras Lucy se marchaba frunciendo el ceño, Linus dijo: “Así termina la lección teológica del día de hoy!”

La teología de Lucy es errada, aunque desafortunadamente es muy común. A veces las personas piensan que la enfermedad o la desgracia es un signo de pecado. A veces menosprecian a los que están deprimidos. Pero cosas malas también les pasan a las personas buenas. Y a veces hay cosas buenas que le pasan a las personas malas. No sabemos por qué es eso de esa forma.

Lo que sí sabemos es que Dios envió a Jesús a este mundo para compartir nuestro sufrimiento, dolor y angustias. Si bien no hay promesas en las Escrituras de que la vida será fácil – existe la promesa de que Dios está con nosotros – ofreciéndonos fortaleza y valor, paz y esperanza en medio de nuestras pruebas.

¿Qué hubiera pasado si Lucy hubiera consolado y ayudado a su hermano en vez de amontonar las culpas y las fallas? ¡Ahora eso hubiera sido una lección teológica digna de ser enseñada!

Oremos: Amado Dios, no podemos pretender tener todas las respuestas, o entender del por qué las cosas suceden de la forma en que lo hacen. Recordamos a Jesús diciendo que haces que salga el sol sobre el mal y el bien, y envías la lluvia sobre los justos y los injustos. Ya sea que haga sol o llueva en nuestras vidas, ayúdanos a seguir su ejemplo de amor y de entrega a sí mismo. Que podamos encontrar sentido y consuelo en una confianza fundada en tu bondad y a través de nuestro servicio a los demás. Oramos en nombre de Aquel que dio incluso su vida por nosotros. Amén.

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Ora con Acción de Gracias

Ora con Acción de Gracias

El mensaje de hoy fue escrito por mi amigo, el Reverendo Roger Kunkel, q.e.p.d., fundador de Dial Hope.

Por un momento, considere este breve pasaje bíblico del Nuevo Testamento de la forma en que J.B. Phillips parafrasea a Filipenses 4:6: “No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.”

Ya sabes, la preocupación es como una mecedora. Te da algo que hacer, ¡pero no te lleva a ningún lado! Sin embargo, puede llevarte al hospital. Porque se estima que tres de cada cuatro crisis nerviosas y al menos el 35 por ciento de todas las enfermedades comienzan con la preocupación. La preocupación resulta de dejar que la mente se centre en los problemas. Es la respuesta humana a la falta de fe.

Los sentimientos no tienen nada que ver con la fe. La fe es un acto. Es algo que haces. Simplemente está respondiendo a las promesas de Dios.

El pasaje bíblico de hoy, de las Sagradas Escrituras, te insta a hacer algo cuando estas preocupado: Orar con acción de gracias. Esto hace que tu mente se centre en las cosas que son correctas y buenas. Inmediatamente te sientes mejor…porque te estás alejando de los problemas y estás mirando a Dios, tu fuente. Esta es la receta para la preocupación que nunca falla en restaurar la esperanza y la paz de Dios en tu corazón y mente.

Oremos: Oh Dios de los cielos azules y deslumbrantes amaneceres, nos despertamos a un nuevo día lleno de promesas y posibilidades. Señor, vienes a nosotros como el vuelo silencioso del águila, tan repentinamente como una tormenta en el Golfo de México, tan imperceptiblemente como el viento que marca el curso de los grandes veleros. Mientras oramos con acción de gracias, ayúdanos a compartir tu amor con los demás. Si estamos calculando cuidadosamente el momento adecuado para decirle a alguien, te amo, motívanos para poder hacerlo hoy. A través de la asombrosa gracia del Cristo resucitado. Amén.

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Nos Necesitamos El Uno al Otro

Nos Necesitamos El Uno al Otro

Hoy quisiera darles unas palabras de agradecimiento, especialmente a aquellos que han apoyado a la Fundación Dial Hope (Digita Esperanza) con una donación financiera. ¡Tus donaciones hacen posible este ministerio!

No hace mucho, me enteré de una mujer que siempre iba a la oficina de correos de una sucursal de su ciudad porque los empleados de la oficina de correos eran amigables. Ella fue allí para comprar estampillas, justo antes de Navidad, un año en que las filas estaban particularmente largas. Alguien señaló que no había necesidad de esperar en la fila porque había una máquina de estampillas en el vestíbulo. “Lo sé,” dijo la mujer, “pero las máquinas no me preguntarán sobre mi artritis.”

Es verdad. En nuestro mundo conocedor de la tecnología, muchas personas están hambrientas de comunidad. Dios nos hizo de tal manera que necesitamos de otras personas. Necesitamos escuchar voces reales, experimentar el contacto humano.

Mientras leo los evangelios, continuamente me sorprende la frecuencia con que Jesús toca a las personas que busca sanar.

El día de hoy, sin importar cuan “conectado” estés en línea, que puedas hacer un esfuerzo para conectarte con aquellos que realmente ves a tu alrededor. Haz contacto visual con el empleado de la tienda. Sostén la mano de un amigo de avanzada edad, sonríe al extraño, abraza a un amigo. Y, a medida que lo hagas, que puedas notar la presencia amorosa y sanadora de Dios en tu presencia.

Oremos: Dios de Amor, en Jesucristo caminaste entre nosotros – de carne y hueso. Comiste con pecadores, tocaste a los solitarios y a los enfermos, te reíste y lloraste y sufriste. Gracias por tu amor encarnado. Enséñanos a amar a los demás tal y como tú nos has amado. Amén.

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Espera que Dios te Guíe

Espera que Dios te Guíe

Puede que recuerdes haber oído hablar de Harriet Tubman, una de las valientes mujeres que escapó de la esclavitud durante la Guerra Civil. Aunque hubo una enorme recompensa por su captura, regresó a los estados esclavistas más de diecinueve veces para guiar y sacar a cientos de Afroamericanos de la esclavitud y llevarlos al norte del país donde podían vivir en libertad.

Harriet Tubman también resultó ser Cristiana. Y cuando se le preguntó acerca de la fuente de su valiente fortaleza, ella siempre decía: “No era yo, era el Señor. Siempre le decía, “Confío en ti. No sé a dónde ir o qué hacer, pero espero que tú me guíes.” “Y siempre lo ha hecho.”

La historia de Tubman fue realmente increíble. Su valentía y heroísmo excepcional. Y su historia apunta a una verdad más profunda. Innumerables Cristianos, a lo largo de los siglos, han encontrado fortaleza y valor que no sabían que tenían cuando confiaban en el Señor.

Independientemente de las cargas que puedas estar soportando el día de hoy, sean cuales sean los desafíos que puedas estar enfrentando, sea cual sea el llamamiento que el Señor pueda haber puesto en tu corazón, que puedas confiar que Dios te equipará, te guiará, y te empoderará.

Oremos: Dios amoroso y misericordioso, una y otra vez, las personas de fe han tenido que apoyarse en ti y has sido fiel con todos. Que puedas estar con nosotros el día de hoy. Guíanos. Lidéranos y concédenos la fuerza y el valor para enfrentar cada hora. En nombre de Jesús. Amén.

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