En algún momento, un trabajador de hospicio, de nombre Bronnie Ware, escribió un libro interesante llamado Top Five Regrets of the Dying (Los Cinco Arrepentimientos de Quienes Aproximan la Muerte). Leí una reseña del libro y me conmovió profundamente. Como pastor, he escuchado a personas expresar muchos de estos remordimientos cerca del final de sus vidas. Esos remordimientos son:

1. Ojalá hubiera tenido el valor de hacer lo que realmente quería hacer y no lo que los otros esperaban que hiciera.
2. Ojalá no hubiera trabajado tanto.
3. Hubiera deseado tener el valor de expresar lo que realmente sentía.
4. Me hubiera gustado estar en contacto con mis amigos.
5. Me hubiera gustado ser más feliz.

Amigo de Dial Hope (Digita Esperanza), en cualquier estado de la vida en la que te encuentres, oro para que Dios elimine cualquier dolor, arrepentimiento o juicio propio. En cambio, que pueda simplemente aprender del pasado, y confiar en que Dios te guiará hacia un futuro más pleno.

Mi amigo Hunter Camp escribió recientemente: “En la mayoría de los casos, la vida permite girar en U. En todos los casos, Dios permite girar en U. Si bien nunca podremos recuperar el tiempo perdió – o borrar los momentos de nuestro pasado que lamentamos, podemos enmendar nuestras vidas para que el futuro se parezca menos al pasado y más a la vida de nuestros sueños.”

Oremos: Amado Dios, recordamos hoy que la vida es corta y que es frágil. Concédenos el valor de vivir no para complacer a los demás, sino para complacerte a ti. Que podamos expresar lo que está en nuestros corazones y mentes. Libéranos de cualquier amargura, culpa, resentimiento o enojo que solo nos enferma. Ayúdanos a tomar decisiones sabias con nuestro tiempo. Y, libéranos para disfrutar plenamente de esta vida que es un regalo. Oramos en el nombre de Aquel que camina con nosotros – incluso ahora. Amén.

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En El Talmud hay una historia sobre un rabino que se encontró con el profeta Elías en un mercado abarrotado. El rabino aprovechó la oportunidad para hacerle una pregunta a Elías: “¿Quién de todos los presentes tiene más probabilidades de experimentar la vida eterna?” Elías señaló a dos hombres humildes y sin pretensiones. Luego, el rabino confrontó a los dos hombres y les preguntó: “¿Qué los hace valer un mérito tan especial?” Ellos respondieron: “Nosotros no, a menos que quieras tener en cuenta que cada vez que las personas tienen problemas, tratamos de consolarlos, y cuando las personas pelean, los hacemos amigos otra vez.”

Esta historia me recuerda que Jesús una vez nos enseñó: “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.”

En su libro The Word (La Palabra), Noah ben Shea cita a Joel ben Shemaria, quien realmente me hace llegar estas expresiones. Shemaria escribió:

“Tu propósito principal en la vida en el planeta tierra es estar en paz con todas las personas, Judías y Gentiles. No seas contencioso con nadie. Haz de tu hogar un lugar tranquilo y feliz, ausente de un lenguaje duro, y lleno de amor, amistad, modestia y un aire continuo de gentil y reverente.”

Él luego agrega: “Esta actitud no debe de limitarse al hogar…”

Oremos: Dios Misericordioso, cuando miramos la violencia y el dolor del mundo que nos rodea, anhelamos tu paz. Concédenos corazones abiertos para que seamos llenos de tu misericordia y gracia. Y luego, Oh Dios, utilízanos como instrumentos de esa paz que tanto anhelamos. Amén.

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Hay una vieja tira cómica de Denis el Travieso que muestra a Margarita, amiga de Daniel, regañándolo mientras hablaba con otro amigo. Ella dijo: “¡Qué vergüenza! ¿Acaso no sabes que Dios escucha todo lo que dices en esta habitación?” En el siguiente cuadro Daniel le dice a su amigo: “Vamos a la cocina.”

La mayoría de nosotros creemos que Dios está en todas partes. Pero muy a menudo compartimentamos nuestras vidas: sagradas y seculares, cuerpo y alma, espirituales y físicas. Sin embargo, la Biblia no conoce estas distinciones. Solo hay lo sagrado y lo profano.

Nuestras sagradas escrituras nos enseñan que toda la vida es espiritual, sagrada y santa. Esto incluye nuestro dinero, sexo, comida, alcohol, trabajo, música…¡todos ellos regalos de Dios! Podemos apreciarlos, valorarlos y disfrutarlos de una manera saludable y vivificante – o los abusamos de ellos y los profanamos.

Oro para que recuerdes que tu vida es sagrada. Dios te ha confiado con muchos, muchos regalos. Que los disfrutes plenamente – y siempre para la gloria de Dios.

Oremos: Dios generoso, cuando nuestros ojos y corazones están abiertos, nos asombramos de tu belleza y bondad. Tú nos has bendecido en abundancia. Ayúdanos a atesorar tus regalos y utilizarlos de tal manera que tu amor brille a través de ellos. Amén.

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Algunas personas tienen dificultades para pedir direcciones cuando están perdidos. A mí no me importa preguntar, pero prefiero no detenerme.

Billy Graham solía contar una historia de algo que le sucedió al principio de su ministerio. Acababa de llegar a un pequeño pueblo, y había sido invitado a predicar en un servicio de avivamiento nocturno. Graham tenía algunas cartas que enviar, así que le preguntó a un niño si podía indicarle el camino a la oficina de correos. El joven le dio la dirección. Graham le dio las gracias y se dirigió hacia la oficina postal. Pero luego, impulsivamente, dio la vuelta hacia el joven y dijo: “Si vienes a la iglesia, esta noche, puedes oírme decirles a todos cómo llegar al cielo.” “No creo que esté allí,” dijo el niño. “¡Ni siquiera conoces el camino a la oficina de correos!”

Hay momentos en la vida en los que nos perdemos. Cuando se trata de nuestra fe, Jesús dijo: “Yo soy el Camino, La Verdad y la Vida.” Cuando arraigamos nuestra vida en la de él; cuando miramos a su verdad como nuestro ejemplo; y cuando sigamos sus caminos, nos encontraremos a nosotros mismos nuevamente, y nuestra dirección en la vida será más clara.

Nuestra oración de este día nos fue transmitida a través de los siglos. Viene de una colección de oraciones escritas en Inglaterra en algún momento de los años 1200. Se llama Sarum Primer – Oración de Autorecuerdo. Oremos:

Dios esté en mi cabeza, y en mi entendimiento.
Dios esté en mis ojos y en mi mirada.
Dios esté en mi boca y en mis palabras.
Dios esté en mi corazón y en mis efectos.
Dios esté en mi final y en mi revivir. Amén.

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Mi amiga Daisy Holt me dio una pila de viejas tiras cómicas que ella había guardado de los periódicos a lo largo de los años. Mientras los hojeaba encontré dos, uno al lado del otro, que formaban un hermoso contraste.

El primero fue Winnie Pooh. En esta tira cómica, Pooh le pregunta a Ígor: “¿Por qué siempre esperas lo peor, Ígor?” Ígor respondió: “¡Me has entendido mal, Pooh! Yo no espero lo pero…¡yo dependo de ello!”

La segunda tira cómica es de Peanuts. El primo de Snoopy le escribe desde el desierto:

“Querido Snoopy, la vida aquí en el desierto es dura pero maravillosa. A veces hace mucho calor…” Ver al primo con la lengua afuera y los ojos cruzados…los fuertes rayos del sol cayendo sobre nosotros. La carta continúa: “Y las noches pueden ser muy frías. A veces tenemos lluvia e inundaciones repentinas. A veces incluso nieva. Pero siempre hay lugares hermosos a donde caminar y cosas que ver…Y cuando regreso a casa, siempre tengo un lugar para colgar mi sombrero.” En la última figura, ¡su sombrero colgaba de un cactus!

Qué contraste entre Ígor – que se centra en lo negativo – y el primo de Snoopy que, a pesar de las dificultades extremas – es capaz de expresar gratitud.

Esto me recuerda el proverbio favorito de mi amigo Roger Kunkel: “Gran remedio es el corazón alegre, pero el ánimo decaído seca los huesos.”

Oremos: Dios de la Gracia, es cierto que la vida es a menudo difícil – pero también maravillosa. Incluso cuando nos golpea el clima, nuestra salud, o cuando somos golpeados por circunstancias desagradables, danos ojos para ver la belleza y gracia y el amor obrando. Recuérdanos todo lo que has hecho por nosotros para que estemos llenos de gratitud. Gracias por tu providencia y amor a través de Jesucristo. Amén.

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