En un musical de Broadway, “STOP THE WORLD, I WANT TO GET OFF,” (DETEN AL MUNDO, QUIERO BAJARME), el actor Anthony Newley cantó una ponderosa canción: “Once in a Lifetime” (Una Vez en la Vida). Contiene estas palabras conmovedoras: “Este es mi momento…voy a hacer grandes cosas.”

Lamentablemente, debemos confesar que conocemos el sentimiento vació de “perder nuestro momento,” dejar pasar la oportunidad. Todos nosotros, por temor o timidez, o por inseguridad, ha dejado perder oportunidades especiales y momentos especiales. Los psicólogos nos dicen que, si no actuamos cada vez que tenemos este tipo de sentimientos, es menos probable que actuemos más tarde cuando se presenten otros momentos semejantes. Cada vez que no actuamos, nos volvemos más endurecidos, más desensibilizados, más paralizados emocionalmente. Nos engañamos mediante la sustitución de la emoción por la acción, pensando que sólo porque lo sentimos, lo hemos atendido.

¿Cuántas cartas nunca se han escrito?

¿Cuántas llamadas telefónicas nunca se han realizado?

¿Cuántos elogios se han dejado de decir?

¿Cuántos “lo siento” siguen sin ser pronunciados?

¿Cuántas “Gracias” nunca se han dicho?

¿Cuántos “te amo” todavía no han sido expresados?

¿Cuántos compromisos aún no se han realizado?

¡Porque perdimos nuestro momento!

Si hay algún vacío, un hueco, vacuidad, hambre en tu vida, recuerda – Jesús te ofrece vida. ¡No te pierdas este momento! Si hay alguna bondad o amor que puedas mostrar, muéstralo ahora. ¡Aprovecha el momento! ¡Vive hoy plenamente y haz de ella una obra maestra!

Oremos: Dios de amor, sabemos que estás siempre con nosotros y que nos amas. ¡Cuán pacientemente eres como nuestro tutor! Fortalece la columna vertebral de nuestras creencias, fortalece nuestra determinación, muévenos a la acción, para que las raíces de la fe lleguen al centro de nuestros corazones. Concédenos la paz que viene de tu amor…ya sea que caminemos a través de campos de flores o tropecemos por calles de tristeza, caminaremos a tu lado. Acércate hoy a aquellos que están experimentando dolor o soledad. Envuelve a los hombres y mujeres del ejército que sirven a nuestro país en Irak y Afganistán con tu amor envolvente. En el nombre de Jesús. Amén.

 

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En el evangelio de Marcos, capítulo 10, cuando dos de los discípulos, Santiago y Juan, solicitaron posiciones de poder y prestigio, Jesús respondió:

“Como ustedes saben, los que se consideren jefes de las naciones oprimen a los súbditos, y los altos oficiales abusan de su autoridad. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor, y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de todos. Porque ni aun el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida…”

El pastor y autor F.B. Meyer escribió una vez: “Solía pensar que los regalos de Dios estaban en estantes uno encima del otro; y que cuanto más crezcamos en carácter Cristiano, más fácil podremos alcanzarlos. Ahora me he dado cuenta de que los regalos de Dios están en los estantes uno debajo del otro. No se trata de crecer más alto, sino de poder agacharnos; ¡Que tenemos que bajar antes de poder subir!”

En tu propia vida, oro para que te des cuenta de que cuando te agachas para servir a los demás, las mayores bendiciones de Dios están ahí esperando.

Oremos: Jesús Redentor, en este Viernes Santo, recordamos que incluso diste tu propia vida para mostrarnos las profundidades de tu amor por nosotros. Concédenos el valor y la voluntad para caminar en tus caminos y dar profundamente de nosotros mismos. Mientras lo hacemos, que podamos experimentar tu amor sanador y lleno de gracia. Amén.

 

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Me encanta el cómic de Daniel el Travieso, donde Denis y su amigo Joey están de pie afuera mirando un arcoíris. Dennis señala y dice: “¡Mira Joey! ¡Dios ha sacado su set de colores!”

¿Alguna vez has tenido esa sensación?

Hace varios años, mi familia fue a un campamento de verano de la iglesia. En nuestro estudio bíblico, un día, escuchamos una historia de un hombre que contó sobre el crecimiento de la fe de su infancia. Él dijo que su familia siempre iba a la iglesia. Era una gran parte de sus vidas. También pasaban mucho tiempo al aire libre pescando, haciendo senderismo y acampando. Las dos actividades nunca se fusionaron, hasta que un día, cuando ya era adolescente, deambulaba por un arroyo cerca de una cabaña donde se alojaban. Él encontró un arrendajo azul herido y lo recogió. Estaba asombrado por las intrincadas marcas en el pájaro – que parecían haber sido pintadas a mano.

Entonces, se dio cuenta de que habían sido pintados a mano – por la misma mano de Dios. A partir de ese momento, su comprensión de Dios obrando en el mundo simplemente creció. Dios no estaba atado a un edificio – sino vivo creando y recreando en el mundo que nos rodea.

Hoy, que puedas mirar el mundo que te rodea. Hay que fijarse en la obra de Dios. Permita que el asombro y lo maravilloso te guíen a alabar.

Oremos: Dios cariñoso, tú que extendiste los cielos y arrojaste las estrellas por el cielo; tú que creaste la jirafa y el ornitorrinco, la mariposa y el arrendajo azul, e incluso a nosotros, te alabamos. Te alabamos por tu creación continua, tu renovación y restauración y tu amor permanente por todo lo que has hecho. Danos ojos para verte en la belleza de este mundo, y corazones para responder. Oramos en el nombre de Aquel que dijo: “¡Yo hago nuevas todas las cosas!” Amén.

 

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Permítanme decir cuán agradecidos estamos con aquellos que realizan donaciones que permiten que este ministerio llegue a tantos. Tu generoso apoyo es un verdadero envío de Dios.

El libro de Hebreos nos recuerda que: “…la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve.”

Recientemente leí algo de J. Howard Olds que amplía en esta idea de la fe y realmente me llega en lo personal. Él escribió:

La fe es el valor extraño de actuar sobre lo que aún no puedes demostrar que sea verdad.

Fe es dejar la tumba reciente de un ser querido con suficiente esperanza para continuar.

Fe es escribir una canción de acción de gracias con la renta de la casa vencida.

Fe es aceptar el perdón cuando parece nada más que un sueño lejano.

Fe es proclamar la paz mientras todavía sientes agitación dentro de ti.

Fe es relajarte lo suficiente para recibir la misericordia de Dios.

¡Que Dios nos llene a ti y a mí con este tipo de fe!

Oremos: Dios amoroso y amable, de hecho, es por fe que viajamos por la vida con todos sus altibajos. Concede que podamos estar llenos de fe en las noches más oscuras. Que podamos llegar a conocerte tan profundamente que podamos confiar en ti y seguirte. Amén

 

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Un profesor de negocios le dijo a su clase que iba a realizar un examen sobre el tema de la gestión del tiempo. Ella sacó un jarrón grande y lo dejó sobre la mesa. Luego colocó cuidadosamente una docena de rocas del tamaño de un puño, una a la vez, en el jarrón. Cuando el jarrón estaba lleno hasta el tope y no cabían más rocas adentro, ella preguntó: “¿Está lleno este jarrón?”

Todos respondieron: “Sí.”

La profesora respondió: “¿En serio?”, mientras alcanzaba debajo de la mesa una cubeta de grava. Ella coloco un poco de grava y sacudió el jarrón, causando que pedazos de grava se incrustaran en los espacios entre las grandes rocas. Luego sonrió y preguntó al grupo una vez más: “¿Está lleno el jarrón?”

En este momento la clase estaba concentrada en ella. “Probablemente no,” respondió uno de ellos.

“¡Perfecto!” respondió ella, mientras alcanzaba una cubeta de arena que estaba debajo de la mesa. Ella comenzó a colocar la arena en el jarrón y entró en todos los espacios entre las rocas y la grava. Entonces, surgió la pregunta: “¿Está lleno el jarrón?”

“¡No!” la clase gritó.

Una vez más dijo: “¡Perfecto!”, mientras tomaba una jarra de agua y comenzó a verterla hasta que el jarrón estaba lleno hasta el borde.

Finalmente, miró a la clase y preguntó: “¿Cuál es el punto de esta ilustración?”

Un estudiante levantó la mano y dijo: “El punto es que, no importa cuán lleno sea tu horario, si te esfuerzas mucho, ¡siempre puedes incluir algunas cosas más en él!”

“No,” respondió la profesora, “ese no es el punto. La verdad que esta ilustración nos enseña es esta: Si no pones las rocas grandes primero, nunca podrás colocar todo lo demás.

Esta historia plantea las siguientes preguntas:

¿Cuáles son las grandes rocas en tu vida?

¿Dónde encaja tu compromiso con tu fe?

Cuando aclaremos esas respuestas, todo lo demás tiene una forma de encajar.

Oremos: Dios de la gracia, nuestros días a menudo están llenos de compromisos, llenos de una oleada de actividad. A veces se siente como si nos estuviéramos moviendo sin pensar por la vida, y como si realmente no estuviéramos viviendo profundamente. Ayúdanos a establecer prioridades significativas y ponerte en nuestro corazón y centro de nuestras vidas. Hoy oro especialmente por aquellos que sienten que tienen el peso del mundo sobre sus hombros. Encuéntranos a cada uno de nosotros, en este día, en el punto más profundo de nuestra necesidad, y concédenos tu paz. Amén.

 

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