Buscando Misterio

Buscando Misterio

A principios de este mes, reflexioné sobre un libro que leí titulado: The New Science of Everyday Wonder and How It Can Transform Your Life (La Nueva Ciencia de las Maravillas Cotidianas y Como Puede Transformar Tu Vida) escrita por Dacher Kelther.

Basándose en la investigación, Keltner hace esta sorprendente afirmación: Es difícil imaginar algo que puedas hacer que sea mejor para tu cuerpo y tu mente que sentir asombro al aire libre. Hacerlo conduce a una reducción de la probabilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares, enfermedades respiratorias, diabetes, depresión, ansiedad y cáncer. Reduce el asma en los niños. Conduce a una reducción de los dolores y molestias cotidianas, las alergias, el vértigo y el eczema. Estos beneficios de estar en la naturaleza se han observado a lo largo de la vida, desde los recién nacidos hasta los ancianos.

¡Asombroso!

Hay una historia maravillosa de la tradición Judía Jasídica sobre el hijo de un rabino que solía vagar por el bosque. Al principio, su padre lo dejaba ir, pero con el tiempo empezó a preocuparse. Un día, llevó a su hijo aparte y le dijo: “Sabes, he notado que todos los días caminas hacia el bosque. ¿Por qué sales allí?” El niño le dijo a su padre: “Voy allí para estar con Dios.” “Eso es algo hermoso,” respondió el padre gentilmente. “Me alegro de que estés buscando a Dios. Pero, mi hijo, ¿no sabes que Dios es el mismo en todas partes?” “Sí,” respondió el niño, “pero yo no lo soy.”

Oremos: Éste es el día que tú has hecho, Oh Dios, y nosotros nos regocijamos y nos alegramos en él. Encuéntranos hoy en nuestro deambular y en nuestro asombro. Encuéntranos en nuestro sufrimiento y en nuestra alegría. Encuéntranos en la belleza de tu creación y en el regalo de la amistad. Abre nuestros corazones, para que, al buscarte, conozcamos tu amor. En el nombre de Cristo. Amén.

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Compasivo o Apático

Compasivo o Apático

El mensaje de hoy fue escrito por mi amigo, Roger Kunkel, q.e.p.d., fundador de Dial Hope.

Existe solo una cosa más costosa que compadecerse y es de ser apático. El corazón de Dios se le debe de romper cuando somos insensibles, inconscientes, egoístas e indiferentes. ¿Cómo tratas a otras personas? En la parábola del Buen Samaritano, en el capítulo 10 del evangelio de Lucas, el Samaritano es considerado bueno porque se compadeció lo suficiente como para hacer algo bueno para alguien que estaba necesitado.

Tengo un amigo doctor que aconseja a sus pacientes que traten a cada persona que se encuentren todos los días como si él o ella fuese la persona más importante en el planeta. ¡Me gusta eso! Pero, amigos de Dial Hope, la fe Cristiana lo lleva un paso más adelante, un gigantesco paso adelante. Se nos insta a que relacionemos a cada persona que nos encontremos como si esa persona fuese Cristo disfrazado. ¡Vaya! Intenta esto por un día; cambiará tu vida por siempre.

Oremos: El mundo tuvo que haber iniciado en silencio, así que Dios lo transformó hacia un surgimiento de música alegre con sinfonía celestial que se encuentran en aplausos rítmicos. Hágase la luz donde hay oscuridad y alegría donde haya dolor y depresión. Las flores florecientes, la briza gentil nos hace recordar en la esperanza en la renovación de nuestras vidas. Ayúdanos a tener un pensamiento comprensivo unos a otros, de hablar gentilmente, de ser oyentes creativos, y de comportarnos con compasión. Convierte nuestra vida monótona en una de ¡TA-RÁN!, de momentos impulsados por gratitud perpetua. Mantennos sonrientes y compasivos porque han sido acciones descuidadas en nuestra agenda. A través de la asombrosa gracia de Jesús. Amén.

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Rápidos para Escuchar, Lentos para Hablar

Rápidos para Escuchar, Lentos para Hablar

Hay una historia sobre un canadiense que dejó sus calles llenas de nieve para ir de vacaciones en la Florida, Estados Unidos. Su esposa estaba de viaje de negocios y planeaba reunirse con él allí el día siguiente. Cuando llegó a su hotel, él decidió enviar a su esposa un rápido mensaje por correo electrónico. Desafortunadamente, al escribir su dirección de correo electrónico, se le olvidó una letra y su mensaje fue enviado a un correo diferente. En lugar de llegar a su esposa, fue al correo de una mujer de tercera edad esposa de un predicador, cuyo esposo había fallecido tan sólo el día anterior.

Cuando la viuda, que estaba de duelo, revisó su correo electrónico, dejó escapar un grito, y cayó al suelo desmayada. Al escuchar el ruido, su familia se apresuró a entrar en la habitación y miraron el siguiente mensaje en el monitor: “Mi muy Querida Esposa, recién me registré. Todo preparado para tu llegada mañana. P.D. ¡Claro que está caliente aquí abajo!”

¡Equivocaciones en la comunicación pueden ser desastrosas! El mensaje correcto enviado a la persona equivocada o enviado en el momento equivocado puede causar serios malentendidos. El correo electrónico y mensajes de textos pueden ser los peores, porque puede ser enviado tan rápidamente sin pensarlo. También, cuando no podemos ver o escuchar la emoción detrás de las palabras, es fácil malinterpretar.

Ya sea que se trate de una llamada de telefonía celular, carta, correo electrónico, mensaje de texto o comunicación cara a cara, la Biblia tiene buenos consejos. Santiago escribió: Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y enojarse. Pablo alienta: “Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean bendición para quienes escuchan.”

Ciertamente he descubierto que una pausa reflexiva antes de comunicarme nunca es una mala idea. Cuando esté molesto o enojado, cuanto más tiempo te des es mejor. Sea cual sea la forma en que vengan, que tus palabras verdaderamente den gracia para quienes escuchan.

Oremos: Dios nuestro salvador, Esperanza de los confines de la tierra y de los mares más lejanos, nos has bendecido en abundancia. Oro hoy, que nos puedas usar para bendecir a otros – incluso con nuestras palabras. Que siempre estemos abiertos a tu llamado, y a tus envíos. Ayúdanos a amar tal y como somos amados, y de perdonar de la forma en que hemos sido perdonados, y de servir de la forma en que hemos sido servidos – en Jesucristo. Amén.

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Incluso Cuando…

Incluso Cuando…

Uno de los grupos más pequeños pero poderosos del que he sido parte fue un día cuando decidimos contar la forma en que llegamos a la fe. Mientras hablaban las personas, podrías sentir la emoción en la habitación. Algunas personas tuvieron estos dramáticos momentos de inflexión en sus vidas, mientras que otros habían estado en la iglesia todas sus vidas. Pero todos tenían una historia. Y a medida que las personas contaban sus historias, había lágrimas y risas. Y podías sentir la presencia de Dios.

Nunca olvidaré a uno de mis amigos contando cómo había crecido como creyente – pero se alejó de su fe en la escuela secundaria. Una noche él estaba en una fiesta e iba camino a la casa, él tuvo un terrible accidente automovilístico. Él dijo que cuando se despertó, el vehículo estaba volcado, y lo único que podía sentir era Dios abrazándolo fuerte.

Otra pareja compartió cómo fue sólo por la gracia de Dios que su matrimonio fue salvado. Otros hablaban de que Dios los acompañó durante los momentos difíciles de divorcio y enfermedad. Me he encontrado pensando, hay tanta esperanza arraigada en estas historias. Y, había tantos puntos de conexión donde las personas podían relacionarse entre sí en un nivel mucho más profundo. También me llamó la atención que nuestras historias no sólo brindan esperanza a los demás, sino que también son un poderoso recordatorio del panorama más amplio de nuestras vidas, un recordatorio de quién está realmente a cargo.

El día de hoy, les invito a recordar sus propias historias. Reflexiona sobre la siguiente oración e intentar finalizarla. Dios, tú estabas conmigo, incluso cuando…Dios, tú estabas conmigo incluso cuando…

Oremos: Recuérdanos nuevamente de tu gracia salvadora. Abre nuestros ojos para verte obrando fuertemente en nuestras vidas y luego abre nuestros labios para que nuestras voces puedan cantarte alabanzas.

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Perseverar

Perseverar

El primer vuelo para cruzar los Estados Unidos continentales fue logrado por un hombre de nombre Cal Rodgers en 1911. El Sr. Rodgers voló de Nueva York a Long Beach, California en un avión prototipo de los hermanos Wright. Mientras que su tiempo de vuelo total fue de sólo 3 días, 10 horas con 14 minutos, todo el viaje le tomó 84 días. ¡El clima y las fallas mecánicas lo hicieron aterrizar más de 30 veces! Cuando finalmente llegó a su destino, las únicas partes originales que quedaban en el avión eran el cárter de aceite y el timón trasero.

¡Qué increíble compromiso y perseverancia la que tuvo Cal Rodgers para terminar dicho viaje! ¿Puedes imaginar? Después del primer incidente, me habría sentido tentado a abandonar todo el proyecto. Pero esta historia me recuerda que algunos de los logros más significativos en la vida suceden sólo a través de la persistencia y la fidelidad profunda.

Una y otra vez, nuestras escrituras nos dicen que Dios es fiel. En el libro de Lamentaciones, durante una de las épocas más difíciles de la vida de Israel, leemos esta promesa:

El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad!

Que podamos sacar valor y fuerza de esta promesa para que nosotros también podamos mantenernos firmes y perseverar a través de tiempos difíciles.

Oremos: Amado Dios, el día de hoy se nos recuerda que resistir los tiempos difíciles y comprometernos a ver las soluciones a las cosas, permite que cosas hermosas sucedan. Le agradecemos su fidelidad y compromiso con nosotros. Concédenos tu valor y gracia para que podamos ser fieles, incluso de la forma en la que tú eres fiel. Amén.

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Tiempo

Tiempo

Henry Van Dyke escribió una vez: El tiempo es demasiado lento para los que esperan…demasiado rápido para los que temen…demasiado largo para los que sufren…demasiado corto para los que se regocijan…Pero para los que aman, el tiempo es la eternidad.

Jesús, a menudo, enseñó a sus discípulos a estar preparados; estar despiertos y expectantes. Es como si Jesús nos recordara que estamos al borde de la eternidad. La forma en que vivimos ahora y la forma en que amamos en este momento es significante.

Todos tenemos que tomar decisiones sobre lo que vamos a hacer con el regalo del tiempo que se nos ha dado; todos tenemos que decidir qué tiene prioridad en nuestras vidas. En qué tipo de personas queremos convertirnos en última instancia.

Pero, no tenemos para siempre, ¿Será que sí?

A mi amigo, Roger Kunkel, q.e.p.d., le encantaba contar la historia de cómo una vez fue a comprar un árbol a un vivero en Wisconsin. Había un rótulo que decía: el mejor momento para comprar un árbol fue hace veinte años. Y él pensó: ¡Muchas gracias! Pero, había un segundo rótulo que decía: El segundo mejor momento para plantar un árbol es hoy. ¡Hoy! ¡Hoy! Ahora mismo.

¿Hay acciones de las que debas ocuparte hoy? ¿Hay personas con las que necesitas comunicarte el día de hoy? ¿Hay cosas que necesitas corregir hoy?

Que tú y yo aprovechemos al máximo cada segundo de cada día; que vivamos de tal manera que nos prepare para ver y experimentar a Dios en el mundo y para participar en su obra sanadora y redentora.

Oremos: Dios misericordioso, ayúdanos a aprovechar al máximo el tiempo que se nos ha dado. Y al hacerlo, que podamos encontrar un significado más profundo, paz y esperanza. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

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Cena con Jesús

Cena con Jesús

Hace algún tiempo, en nuestros pequeños grupos de los miércoles por la noche, reflexionamos sobre este pasaje en el que Jesús se invita a sí mismo a cenar a casa de Zaqueo. Una de nuestras preguntas de discusión fue: ¿Qué pasaría si Jesús se invitara a si mismo a cenar a tu casa esta noche? ¿Cuáles serían tus sentimientos? ¿Tus reservas? ¿Tu respuesta?

¡Tuvimos una gran conversación! Algunos de nosotros dijimos que nos gustaría tener nuestra casa perfectamente limpia, ¡todo perfecto! Alguno de nosotros dijimos que nos gustaría invitar a amigos y vecinos. Hablamos de tener una larga conversación tranquila. Otros dijeron que hubieran querido preguntarle, quizás pedirle, por ayuda, para sanar lo que está roto en nosotros…para pedir perdón, misericordia y piedad para nuestra nación en el mundo.

Al reflexionar sobre este pasaje, también tengo que preguntarme qué efecto tendría en mí en ese tipo de entorno. Me pregunto cómo mi corazón podría abrirse de nuevas maneras. La gratitud más profunda que pudiera sentir. Incluso sin haberlo conocido en persona así, pienso en el efecto que ya ha tenido en mi vida…Y tal vez tú puedas pensar en el efecto que ha tenido en la tuya. Siempre hay espacio para crecer, ¿verdad que sí?

Hoy los dejo con la pregunta que nos hicieron: Si Jesús se invitara a sí mismo a cenar a tu casa esta noche, ¿cuáles serían tus sentimientos? ¿tus reservas? ¿tu respuesta?

Oremos: Recordamos, Señor Jesús, que dijiste: “Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo.” (Apocalipsis 3:20). Hoy, abrimos esa puerta. Entra de nuevo a nuestros hogares, en nuestras familias y en nuestras vidas. Ponemos todo lo que tenemos ante ti ahora. Amén.

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María y Marta

María y Marta

A lo largo de los años he escuchado muchas objeciones a la historia de María y Marta en el Evangelio de lucas (10:38-42). Quizás recuerdes que cuando Jesús pasa por un pueblo, Marta lo invita a cenar. Y cuando él llega, ella está trabajando duro. Nos la imaginamos en la cocina horneando el pan, lavando las aceitunas…pero su hermana María decide no ayudar. En cambio, decide pasar el rato en la sala de estar con los muchachos.

Puedes imaginar la frustración y el resentimiento que se acumulan. Finalmente, Marta ha tenido todo lo que podía soportar y entra a la sala de estar, y no enfrenta a su hermana, sino a Jesús: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? ¡Dile que me ayude!…”

Me imagino que la mayoría de nosotros podemos entender el punto de Marta. Muchos de nosotros somos ejecutores de cosas…Muchos de ustedes han tenido éxito en la vida precisamente porque se han arremangado y trabajado duro. Otros están en medio de esto ahora – cuidando a los niños, cuidando a padres ancianos, trabajando en trabajos a veces muy exigentes…

Y no es que lo que estamos haciendo no sea bueno, o importante. Gran parte lo es. Para muchos de ustedes, como Marta, simplemente están siendo fieles, ocupándose de las necesidades del mundo que los rodea. Muchos de ustedes, por encima de todas sus otras responsabilidades, están sirviendo en comités de la iglesia; ayudando con las cenas de los miércoles por la noche, cantando en el coro y empacando mochilas con comida para los niños hambrientos. Y entonces, cuando Jesús dice: María ha escogido la mejor cosa por el que hay que preocuparse, no sienta bien.

Es interesante que, en este punto del evangelio de Lucas, Jesús acababa de contar la parábola del buen samaritano y dijo claramente: “Anda entonces y haz tú lo mismo.” Ve y sirve. Ve y muestra misericordia. Ve y ayuda. Parece un mensaje contradictorio.

¿O no lo es?

¿Podría ser que estas dos historias estén una al lado de la otra por alguna razón? ¿Podría ser que se supone que no debemos tomar uno sin el otro? Quizás no sea una cosa o la otra, sino ambas. Como me dijo un anciano una vez: “Joe, no puedes dar lo que no tienes. Tienes que volver a llenar tu copa…Tienes que ser alimentado antes de que puedas alimentar a otros…”

En medio de nuestras vidas agitadas, ocupadas y a menudo caóticas que tú y yo sigamos buscando tiempo y espacio para escuchar la suave y apacible voz de Jesús, para asegurarnos de que estamos alimentados. Y luego, y solo luego, podremos salir a servir a los demás en su nombre.

Oremos: Te amamos, Oh Dios, y queremos servirte. Ayúdanos a establecer prioridades y encontrar un ritmo que nos permita ser personas centradas y con los pies en la tierra, que también tengan el ancho de banda para dar lo que hemos recibido. En el nombre de Jesús. Amén.

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Abierto a las Sorpresas

Abierto a las Sorpresas

Fue Bett Tallmadge quien dijo, “La vida es lo que te sucede cuando elaboras los planes de otros.” Cosas buenas pasan por casualidad, si estamos dispuestos a permitir que sucedan. Nuestros planes deben de ser ajustables para permitir que la vida haga su voluntad con nosotros. Recolectamos conchas marinas con nuestros hijos, pero nos enamoramos del hobby nosotros mismos. Buscamos por un cuadro en especial, pero en vez finalizamos con una maravillosa pieza de mobiliario. Tomamos un curso electivo como relleno y terminamos culminándolo en el ámbito profesional. Después de la muerte de un famoso Rabino, se le preguntó a uno de sus discípulos, “¿Qué era lo más importante para tu maestro?”  El discípulo pensó por un momento y respondió, “Cualquier cosa que estuviese haciendo en ese preciso momento.”

Amigos de Dial Hope, no importa en donde te encuentres – conduciendo un vehículo, en la santidad de tu hogar, vacacionando, en la cama de un hospital, en tu puesto de trabajo – vive a plenitud este día que es un milagro irrepetible. Hay que estar abiertos a sorpresas. Sé alegre. Enfócate en los sacramentos constantes de los pequeños momentos.

Oremos: Oh Dios de todas las cosas preciosas, incluyendo a los animales y a la majestuosidad de tu creación, quien escucha nuestros sufrimientos aun cuando el miedo bloquea nuestras palabras, crea en nosotros un corazón alegre y de esperanza. Que tu espíritu consolador calme la ansiedad de aquellos que viven con enorme presión y estrés; que llene el vacío de los perdidos y de los que tienen vidas solitarias. Teje tu amor, alegría y gratitud en el tapiz de nuestros momentos en este día. Gracias a ti, Dios. Amen.

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En lo Cotidiano

En lo Cotidiano

Hay una vieja leyenda sobre una tierra lejana gobernada por un rey cruel. Este rey ejercía control sobre todos los aspectos de la vida de sus súbditos – con una excepción. No importaba lo duro que intentaba, no pudo destruir sus creencias en Dios. 

En su frustración, convocó a un grupo de asesores. Uno sugirió esconder a Dios en el lado lejano de la luna. Esta idea fue debatida, pero fue rechazada porque los asesores temían que sus científicos descubrieran un día la forma de viajar al espacio y de esta forma Dios sería descubierto nuevamente. Otro sugirió enterrar a Dios en la parte más profunda del océano. Pero había el mismo problema con esta idea, por lo que fue rechazada. Una idea tras otra fue sugerida, debatida y rechazada. Hasta que finalmente el consejero con más edad y más sabio tuvo un destello de perspicacia, “Yo sé cómo” él dijo: “¿por qué no ocultamos a Dios donde nadie jamás se atrevería a mirar?” Y él explicó: “Si escondemos a Dios en los acontecimientos ordinarios de la vida cotidiana de las personas, ¡ellos nunca lo encontrarán!” Y así se hizo. Y dicen que las personas en esa tierra lejana todavía están buscando a Dios – aún hoy en día.

La verdad de esta historia es que Dios está presente en los eventos de nuestra vida cotidiana. Pero en medio de nuestras tareas diarias y rutinas, a menudo no nos damos cuenta.

Hoy, y a lo largo de la próxima semana, a medida que sigas tus hábitos y rutinas habituales, que puedas prestar atención a la presencia amorosa de Dios obrando de maneras sutiles. Busca por lo que yo llamo momentos de gracia – palabras de aliento, actos bondadosos, o una sensación de paz en el corazón de una tormenta. Presta atención también a los momentos de desconocimiento, misterio y trascendencia. Y cuando lo notes, que puedas dar gracias.

Oremos: Amado Dios, concédenos corazones para conocerte y ojos para verte en las personas y eventos ordinarios de este día. A media que reflexionamos sobre estas pequeñas bendiciones, empodéranos para poder ser una bendición para los demás. Amén. 

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