El Tiempo de Dios

El Tiempo de Dios

Un periódico rural publicó una vez un artículo sobre la importancia de ir a la iglesia los domingos. Poco después, recibieron una carta al editor que decía: “Les reto a imprimir esto. Realicé un experimento. Tengo un campo de maíz que labré en Domingo. Lo he plantado en Domingo. Realicé toda la cultivación en Domingo. Recogí la cosecha en Domingo y la llevé a mi granero en Domingo. No para mi sorpresa, encontré que mi cosecha de este mes de Octubre era igual de grande – sino más grande, que la de cualquiera de mis vecinos que asistieron a la iglesia en domingos. Así que ¿Dónde estuvo Dios todo este tiempo?” El editor publicó la carta, pero añadió su respuesta al final. “Tu error fue pensar que Dios siempre resuelve sus asuntos en Octubre.”

A veces ese es nuestro error también, ¿verdad que sí? A veces creemos que Dios debe actuar en el momento y la forma en que nos gustaría, trabajando en nuestro horario en lugar de su propio horario. En momentos difíciles queremos entender. Queremos saber por qué las cosas malas le pasan a la gente buena, y por qué cosas buenas les pasan a las personas malas. Queremos saber cómo, por qué y cuando vas a intervenir. Pero siendo humanos, nuestra perspectiva es limitada.

A través del profeta Isaías, Dios dijo: “Porque mis pensamientos no son los de ustedes, ni sus caminos son los míos…”

En general, considero que esto es una buena noticia. Si todo dependiera de mí, lo complicaría todo. Tengo que confiar en un poder superior. Me encanta el Salmo 61. Con gran humildad, el escritor de este salmo ora: “Llévame a una roca donde esté yo a salvo.”

Oremos: Dios amoroso y bondadoso, tanto de la vida que es un misterio. Y, sin embargo, nos has creado con gran curiosidad y sed de conocimiento. Es de humildad ser confrontado con preguntas que no tienen respuestas – y respuestas que sólo plantean más preguntas. Ayúdanos a confiar en que todo lo que has creado -incluyéndonos- descansa con seguridad en tus manos amorosas. Aunque no sabemos lo que nos depara el futuro, sí sabemos que tuyo es el futuro. ¡Y por eso, estamos agradecidos! Amén.

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Algo que Ofrecer

Algo que Ofrecer

Ayer conté una historia sobre la Madre Teresa. Hoy compartiré con ustedes una historia de un santo cercano a casa.

Una fría mañana de Enero, estaba ayudando en un refugio con un joven estudiante de nombre Chris. Chris llevaba café afuera para llenar las tazas de los que estaban esperando. Y en el lapso de una hora o menos de estar atendiendo, regresó sin zapatos. Todo el mundo comenzó a preguntarle: “Entonces, ¿Dónde están tus zapatos Chris?” Chris respondió diciéndonos que había un anciano en esta fría mañana de Enero que no tenía zapatos. Preguntó si el refugio tenía alguno en talla 11, pero no tenían. Chris dijo, “Bueno, me di cuenta de que mi talla de zapatos es 11. Y, empecé a pensar sobre todos los zapatos que tengo en mi armario. Así que me quité los zapatos y se los di a él.”

Al principio, todos pensábamos que Chris estaba loco. Él tendría que irse a casa en el frío, sin zapatos. Pero reflexionando, su acto fue inspirador. Su fe personal lo obligó a ayudar, a dar y no a juzgar.

No todos podemos ser la Madre Teresa, y no todos podemos regalar los zapatos que andamos puestos. Pero, si nos detenemos a pensar en ello, todos y cada uno de nosotros tiene algo que ofrecer.

Oremos: Ayúdanos a ver la necesidad que nos rodea, Oh Dios. Y danos el valor y la creatividad para satisfacer esa necesidad – si bien no en el momento, al menos en la reflexión. Dios compasivo, es realmente asombroso cuando consideramos cómo la generosidad cambia el mundo que nos rodea, y cómo cambia el mundo dentro de nosotros. ¡Es inspirador poder verlo! Ayúdanos el día de hoy a pasar de pensamientos egocéntricos a acciones de auto-entrega. A medida que lo hacemos, que podamos descubrir una alegría más profunda, significado y esperanza; a través de Jesucristo. Amén.

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La Belleza del Amor Desinteresado

La Belleza del Amor Desinteresado

Una vez escuché de un joven acerca de una pasantía que tenía en la India, sirviendo con la Madre Teresa.  Él dijo que Un día, en el servicio de adoración, se encontró mirando fijamente a los pies de la Madre Teresa. Estaban simplemente deformados. Después del servicio religioso, un hombre, que vivía en las cercanías, se le acercó y le dijo: “Te veo mirando a los pies de la Madre. ¿Sabes por qué son así? Son así porque cada vez que una caja de zapatos es donado y enviado desde los Estados Unidos, la Madre revisa las cajas y elige el peor par de zapatos que pueda encontrar. Ella selecciona dichos zapatos para ella misma porque piensa que nadie merece el peor par.

¡Qué hermosa ilustración de entrega de amor! El Apóstol Pablo escribió: “La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús…quien…tomando la naturaleza de siervo…se humilló a sí mismo…”

Jesús mismo dijo: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí.”

No todos podemos ser como Madre Teresa, pero podemos aprender algo de su ejemplo. Hay gran belleza en la entrega de amor.

Nuestra oración de hoy fue escrita por el ganador del Premio Nobel de la Paz Dag Hammarskjold. Oremos: Dios grandioso y bueno, danos corazones puros para que podamos verte, corazones humildes para que podamos oírte, corazones de amor para que podamos servirte, corazones de fe para que podamos vivir en ti, corazones reverentes para que podamos adorarte, aquí y en el mundo que nos rodea, a través de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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Dios te Ama de Cualquier Manera

Dios te Ama de Cualquier Manera

Kathleen Chesto le escribió al diario Catholic Digest (Asimilación Católica) para contarles sobre un acontecimiento que ocurrió en su familia. Un día su hijo de cinco años se acercó a ella en la cocina y le preguntó: “Mamá, ¿Dios es un adulto o un padre?” Mamá estaba un poco desconcertada por la pregunta. “No estoy segura de lo que quieres decir”. Ella le dijo. “¿Hay alguna diferencia entre un adulto y un padre?” “Oh, sí” respondió rápidamente su hijo de cinco años de edad. “Los adultos te aman cuando eres bueno y los padres de familia te quieren de cualquier manera.”

Es verdad. La mayoría de los padres de familia aman a sus hijos incondicionalmente.

Vi un anuncio de una iglesia en el periódico, un año alrededor del tiempo de Navidad, que se leía de la siguiente forma: “Hace una diferencia para Santa que hayas sido bueno o travieso, sin embargo, Jesús te ama de cualquier manera.”

Esto también es verdad. Nuestra fe nos enseña que no hay nada que podamos hacer para ganar el amor de Dios. Es dado libremente, no depende de lo inteligente que seamos, de lo bueno que seamos, de lo que hemos logrado o no alcanzado en la vida.

Pablo lo expresó así: “Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es regalo de Dios – no por obras…” (Efesios 2:8-9)

Hay tan pocos lugares en la vida en que experimentamos el amor incondicional, el perdón y la aceptación – que es casi difícil de creer. Pero es la promesa central del Evangelio. Esa son buenas noticias para mí. Espero que sea para ti también.

Nuestra oración del día de hoy fue escrita por el Rev. Dr. Roger Kunkel, q.e.p.d., fundador de la Fundación Dial Hope (Digita Esperanza). Oremos: Amado Dios, que cambia el curso de los ríos y altera los caminos de las estrellas, infúndanos e inúndanos el día de hoy con gozo y esperanza. Permite que el poder radiante de tu Espíritu Santo destruya cualquier negatividad o cinismo en nosotros y nos llene de sentimientos positivos de amor y afirmación. Ayúdanos a decir sí a las cosas buenas, y no a las cosas que devalúan la vida. Moldéanos más a la imagen de Cristo, porque es en su nombre que oramos. Amén.

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La Mitad de las Cosas

La Mitad de las Cosas

Dial Hope (Digita Esperanza) es posible gracias a personas que donan para que la palabra del amor de Dios llegue a otros a través de este ministerio. Tal vez te gustaría hacer lo mismo. Visita nuestra nueva página web – www.dialhope.org.

El Rev. James Moore, reflexionando sobre el amor y la gracia de Dios, escribió sobre el gran explorador Marco Polo. Cuando Polo regresó a Venecia después de sus viajes a Catay, él trató de describir las increíbles maravillas que había visto allí. Las personas no le creían y por el resto de su vida (e incluso en su lecho de muerte) trataron de hacerle confesar que había mentido y exagerado acerca de las maravillas que había descrito. Su última respuesta fue: “¡Nunca les conté ni la mitad de lo que es!”

Moore escribió que a veces las personas se burlan de él por hablar tan frecuentemente sobre el amor y la gracia de Dios. Cuando lo hacen, él reflexiona nuevamente sobre Marco Polo, “¡Nunca les conté ni la mitad de lo que es!”

Amigos de Dial Hope (Digita Esperanza), piensa en tu propia vida. ¿Dónde has experimentado misericordia y gracia? ¿Cómo ha tocado Dios tu vida? ¿Dónde has visto la mano de Dios obrando? Yo estaría dispuesto a apostar, ¡Tú no has contado ni la mitad de lo que es tampoco!

Oremos: Amado Dios, te alabamos porque eres un Dios de Gracia, un Dios de Amor y Misericordia. Te damos las gracias por tu perdón y por la manera en que nos ofreces un inicio limpio y nuevos comienzos. Oramos el día de hoy por aquellos que no conocen tu amor y gracia incondicional; por aquellos que se sienten atrapados por cuerdas de pecado o desesperación o por un pasado inquietante. Ingresa a sus vidas de nuevo este día. Derrama sobre nosotros, una vez más, tu gracia. Ayúdanos a escuchar, a creer y a responder a tus buenas nuevas – que tú renuevas todas las cosas – incluso a nosotros. Amén.

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¿Por Qué Dios Hace Eso?

¿Por Qué Dios Hace Eso?

El dolor de este mundo es una oportunidad para que nosotros podamos ser un instrumento de sanación redentora de Dios. O, dicho de otra manera, tenemos la oportunidad de ser un embajador de Cristo en medio del dolor de otra persona.

El Dr. James Stewart, el brillante profesor del Nuevo Testamento de Edimburgo, Escocia, en una ocasión atendió un llamado al hospital. Se dirigió a la sala de oncología del hospital y al entrar el notó que las enfermeras y los doctores estaban todos agotados. Muchos de los internos ya lo habían experimentado. Las personas se estaban muriendo, había dolor, había sufrimiento. Y el Dr. Stewart había sido invitado a asistir a una reunión entre doctores y enfermeras. Ellos lo llamaron porque requerían de su sabiduría pastoral. En esta reunión había médicos, enfermeras y técnicos que estaban en busca de respuestas. Y le preguntaron al Dr. Stewart:

“¿Por qué Dios permitió que una mujer de 31 años de edad, madre de tres niños, muriera de cáncer?” “¿Por qué Dios permitió que un adolescente muriera de leucemia?” “¿Por qué, Dr. Stewart?” “¿Por Qué Dios permite que un bebe muriera durante el parto debido a que su mamá tenía todas sus funciones afectadas debido a que tenía cáncer?” “¿Por qué, por qué, por qué, Dr. Stewart?” “¿Por qué Dios hace eso?” “Dr. Stewart, ¿Cuál es la respuesta?”

El Dr. Stewart dio una respuesta, de seis palabras, que retumbó por los pasillos del hospital cuando le susurró a todos los médicos y enfermeras que dependían en cada una de sus palabras. “USTEDES SON LA RESPUESTA DE DIOS. Dios te ha puesto en el presente hospital en este preciso instante, hoy, en este momento para una de estas mamás o uno de estos papás que están esperando en la sala de espera. Dios les ha dado brazos y piernas. Él les ha dado sus bocas, oídos, y ojos y el tacto. Y una mente que piensa creativamente en quien cuidar. USTEDES SON LA RESPUESTA DE DIOS.”

¿Cuál es la respuesta para las personas difíciles, irritables y que no tienen esperanza? ¿Cuál es la respuesta a las personas sin hogar en Sarasota, en St. Louis, en Chicago? ¿Cuál es la respuesta al dolor y el sufrimiento y la pérdida? ¿Cuál es la respuesta? Nosotros somos la respuesta de Dios. Porque Dios nos ha ubicado estratégicamente en los hospitales, en apartamentos, en condominios, en la calle, en los centros de retiro, en las aulas, en la iglesia, en las reuniones de la iglesia, en la tienda, en la reunión de la oficina, para ser oyentes creativos, para llevar curación redentora a las personas que nos rodean. Nunca subestimes la diferencia que hace tu tacto, al escribir tu tarjeta, tu sonrisa, tu notita, tus llamadas, tu fax, tu correo, tu mirada, tu oído atento que puede significar en la vida de alguien que está sufriendo, que está experimentando dolor.

Oremos: Majestuoso Dios, bendícenos hoy para que podamos ser una bendición para otros. En el nombre de Jesús. Amén.

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Recogiendo los Pedazos

Recogiendo los Pedazos

En su obra, “El Celo de Tu Casa”, Dorothy Sayers describe a un albañil que trabajaba en una intricada talla para el Presbiterio de la Catedral Canterbury. A medida que trabajaba, el albañil dejó caer su herramienta y arruinó la gran pieza de piedra que se le había asignado. Es desgarrador imaginar la piedra valiosa y de corte personalizado que ha sido tan manchado.

Aunque el arquitecto le llamó la atención por su torpeza, también comenzó a allanar el camino para el perdón. Él rediseñó, a partir de la figura arruinada, una figura nueva y diferente que tiene su propio papel en la belleza de la Catedral, y después permitió que el descuidado maestro artesano lo completara, en toda su gloria. El dramaturgo concluye: “Así trabaja con nosotros, el astuto artesano, Dios.”

El pastor Allan Weenink conoció de dicha obra, y en uno de sus sermones el recalcó que: “El Maestro Artista Dios puede tomar nuestros malos esfuerzos y todavía hacer algo útil de ellos. Él toma nuestras vidas desenfocadas, nuestros esfuerzos fallidos, nuestras metas no logradas, nuestras acciones vergonzosas, nuestras actitudes vagabundas, nuestras vidas pecaminosas y de su inventiva divinidad él salva el día creando algo nuevo, digno y maravilloso que todavía tiene utilidad y belleza en el plan divino de las cosas.”

Durante los años de ministerio, he visto esto a menudo para saber que es verdad. Se llama redención. Que tú y yo mantengamos nuestros espíritus lo suficientemente abiertos para permitir que el Maestro Artesano haga su obra sobre nosotros.

Oremos: A veces se siente como si la vida se estuviese desmoronando, Oh Dios. No siempre entendemos por qué las cosas suceden de la forma en que pasan. Pero tenemos que confiar en que eres bueno. Tenemos que confiar en que estás presente en nuestro dolor y sufrimiento. Y tenemos que confiar en que ya estás obrando para sanar y hacer todo nuevo nuevamente. Oramos el día de hoy para que redimas esas partes rotas y deformes de nuestras vidas. Y que tu paz, que sobrepasa todo entendimiento, descanse suavemente sobre nosotros en este día. Amén.

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¡Dios te Está Enviando a Ti!

¡Dios te Está Enviando a Ti!

Un joven, de raza afrodescendiente, le preguntó a su ministro religioso del por qué su pueblo tuvo que sufrir tanta pobreza, penurias y opresión. “¿Por qué Dios no hace algo al respecto?” Él exclamó.

“Él ha hecho su parte,” dijo el sabio pastor. “Él te ha creado a ti.”

Simplemente sucedió que ese joven era Desmond Tutu – que más tarde se convertiría en el arzobispo de Sudáfrica – y la respuesta a su propia pregunta.

La historia me recuerda la historia de Moisés. Dios le dijo a Moisés: “Ciertamente he visto la opresión que sufre mi pueblo en Egipto…Así que he descendido para liberarlos…¡Así que disponte a partir!

Nunca deja de sorprenderme cómo Dios obra en nosotros y a través de nosotros. ¡A pesar de todas nuestras limitaciones, Dios hace cosas hermosas a través de las obras de manos humanas!

El día de hoy, a medida que avanzas en tus actividades diarias, trata de prestar atención a las oportunidades que Dios está poniendo delante de ti para que puedas servir a los demás. ¿Hay alguien cerca clamando por amor o por alguien que escuche? ¿Hay oportunidad de proporcionar comida o dinero o una palabra de esperanza a alguien que lo necesita? ¿Puedes utilizar tu poder o privilegio para marcar la diferencia? No sé de qué forma pudieses ver esta situación, pero sé que cuando abrimos la puerta para que Dios utilice nuestras vidas, encontraremos un gran significado y alegría nosotros mismos.

Oremos: Dios de la Esperanza, te alabamos por tu amor incondicional, misericordia y gracia. Tu das y das y das. Queremos ser el tipo de personas que dan contigo. Queremos ser el tipo de personas que hacen la diferencia positiva en la vida de los demás. Por lo tanto, te pedimos que nos sanes donde necesitemos sanación, retarnos donde necesitemos ser retados. Abre nuestros ojos a la necesidad que nos rodea, y muéstranos cómo podremos reflejar tu amor. Amén.

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El Reino de Dios

El Reino de Dios

Hace muchos años, el Rev. Jack Meadors contó una maravillosa historia de un incidente que ocurrió durante las Olimpiadas Especiales. Esto fue lo que ocurrió: Nueve niños se alinearon para la carrera de 100 yardas. La pistola de inicio sonó y la carrera comenzó. Pero a pocos metros, de haber empezado la carrera, uno de los niños se cayó y comenzó a llorar.

 Los otros ocho niños dejaron de correr y regresaron a ver a su camarada caído. Una joven con Síndrome de Down lo besó y le sacudió el polvo. Los niños lo levantaron juntos, unieron los brazos, y corrieron hacia la línea de meta. La audiencia se puso de pie con aplausos. No hubo un ganador, hubo nueve ganadores.

 Meadows escribió: “Por un momento fugaz estos niños nos mostraron cómo es el Reino de Dios. Ellos desafiaron el concepto del mundo de que el primer lugar lo es todo. El mundo dice que derrocar, incluso destruir al competidor es el camino a seguir.”

 En cambio, estos jóvenes demostraron amor, unidad y gracia. Sus acciones trajeron la belleza al mundo. Y, eran testigos de una mejor manera de vivir.

 Oremos: Te damos las gracias, Dios Santo, por el testimonio de tus hijos durante las Olimpiadas Especiales. Que podamos seguir su ejemplo por nuestra propia caridad, gracia y compasión. Amén.

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Lleva Tu Atmósfera Contigo

Lleva Tu Atmósfera Contigo

El Mensaje de hoy fue escrito por mi amigo Roger Kunkel (q.e.p.d.)

No hace mucho, un periodista de televisión estaba entrevistando a un grupo de astronautas sobre las oportunidades y los peligros de viajar en el espacio. Él concluyó la entrevista haciendo la siguiente pregunta: “¿Cuál crees que es la clave más importante para el éxito en viajes espaciales?” Uno de los astronautas dio una respuesta interesante: “¡El secreto de viajar en el espacio es llevar tu propia atmósfera contigo!”

Al escuchar eso, me di cuenta de que eso también es cierto en nuestros viajes por la vida en la tierra. La clave es llevar tu propia atmósfera contigo. No necesitamos ser cambiados o alterados o influenciados o destruidos por entornos extraños, o incluso hostiles en esta vida. Podemos llevar nuestra propia atmósfera con nosotros. Eso es precisamente de lo que se trata el magnífico pasaje bíblico en la carta de Pablo a los Romanos, donde Pablo dijo: “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios – buena, agradable y perfecta.” (Romanos 12:2). Me encanta la forma en que JB Phillips parafrasea esto: “No dejes que el mundo a tu alrededor te apriete en su propio molde.” En otras palabras: “Entrega tu vida totalmente a Dios y no dejes que nada lo cambie o lo debilite o que te exprima la vida de ti.” O, dicho de otra manera: “Puedes llevar tu propia atmósfera contigo.”

Oremos: Espíritu del Dios viviente, cae de nuevo sobre nosotros. Haz retroceder las nubes y deja que el sol brille resplandecientemente en nuestras almas. Que tu amor penetre en la opacidad de la existencia diaria y nos recuerde la alegría que proviene de llegar más allá del estante del egoísmo al de la amistad, la justicia, y tierna amabilidad. En estos tiempos difíciles, danos el valor de la moral, la integridad de la verdad, la dignidad de la decencia. Que nuestras manos se extiendan con el amor y la compasión de tu Hijo; por la gracia de Jesús oramos. Amén.

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