Nada Puede Separarnos

Nada Puede Separarnos

El Pastor y autor James Moore cuenta una historia sobre un joven cuya esposa había muerto, dejándolo con un hijo pequeño. De regreso a casa, desde el cementerio, se fueron a dormir temprano porque no había nada más que pudieran hacer.

Mientras estaba acostado allí en la oscuridad, afligido y con el corazón roto, el niño rompió el silencio desde su pequeña cama con una inquietante pregunta: “Papá, ¿Dónde está mamá?” El padre se levantó y llevó al niño a que durmiera en la cama en que él se encontraba, pero el niño todavía estaba perturbado e inquieto, ocasionalmente haciendo preguntas como: “¿Por qué ella no está aquí?” y ¿Cuándo regresará?”

Finalmente, el niño dijo: “Papá, si tu rostro está hacia mí, creo que podré irme a dormir en este momento.” Y en un momento estaba en silencio. El padre estaba acostado allí en la oscuridad, y luego con la fe de un niño, exclamó la siguiente oración: “Oh Dios, no veo cómo pueda sobrevivir esto. El futuro se ve tan miserable. Pero si tu rostro está hacia mí, de alguna manera creo poder hacerlo.” En el libro de Romanos, el apóstol Pablo escribió:

¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia?… Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. (Romanos 8:35)

La promesa no es que las dificultades, la persecución o el peligro desaparecerán – sino que el amor de Dios será lo suficientemente poderoso para que podamos seguir adelante.

Oremos: Yo oro, Amado Dios, por los que están en medio de las angustias y los peligros de la vida. Que ellos sepan que tu rostro esta hacia ellos, y que, a través de tu poderoso amor, ellos lo lograrán. Amén.

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Mostrando el Camino

Mostrando el Camino

Todavía pienso a menudo en mi abuelo. Él fue un pastor Presbiteriano y él murió antes de que yo sintiera el llamado al ministerio.

Recuerdo que cuando era adolescente y no iba a la iglesia, a veces hablaba con mi abuelo. Yo decía cosas como: “Popsi, yo alabo a Dios cuando estoy surfeando. Yo creo en Dios, pero no creo en la religión organizada.” Y mi abuelo escuchaba con paciencia. Él compartía sus creencias y sus razones. Él respondía a mis preguntas sin ser condescendientes ni juzgaba. Sin embargo, lo que más me impactó fue su profundo disfrute de la vida. Estaba claro que sus creencias y su forma de vivir provenían de una fuente más profunda. Se podía ver.

En su libro Blue Like Jazz (Azul como el Jazz), Donald Miller escribe: “Nunca me gustó la música jazz porque no tiene resolución. Pero una noche, estaba afuera del Teatro Bagdad en Portland, cuando vi a un hombre tocando el saxofón. Estuve allí por quince minutos y él nunca abrió los ojos. Después de eso, me gustó la música jazz. A veces tienes que ver a alguien amar algo antes de que puedas amarlo tú mismo. Es como si te estuvieran mostrando el camino.”

Pienso en mi abuelo, aunque no vivió para verlo suceder, él me estaba mostrando el camino.

Hoy, te invito a reflexionar sobre quién en tu vida te mostró el camino…y a dar gracias a Dios por ello. Y luego, piensa en quién es que te está mirando para que le muestres el camino.

Oremos: Te damos gracias, Oh Dios, por las personas que han tenido un impacto positivo en nosotros, por quienes nos han enseñado la fe con sus propias vidas. Recordamos hoy que otros nos miran. Te pedimos que nos des la sensación de tu profunda paz y gracia, para que nuestras vidas también puedan brillar. Amén.

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La Administración de Dios

La Administración de Dios

El mensaje de hoy fue escrito por mi amigo, Roger Kunkel, q.e.p.d., fundador de Dial Hope (Digita Esperanza).

Con frecuencia vemos un letrero en las tiendas que se lee: “Bajo nueva administración.” Amigos de Dial Hope (Digita Esperanza), cuando Dios toma el control de nuestras vidas todavía pudiésemos cometer errores y aun así podemos presentar la misma cara al mundo, pero hay una esperanza de un nuevo latido, un nuevo espíritu, una nueva honestidad, una nueva realidad. Donde sea que estemos en nuestro viaje espiritual, que podamos poner nuestras vidas “bajo una nueva administración – la administración de Dios.” Y recuerden, Dios nos bendice para que nosotros podamos ser una bendición para los demás. Ahora, has de este día una obra maestra…con la ayuda de Dios.

Oremos: “Toma mi vida y permite que se consagre a ti. Toma mis momentos y mis días; haz que fluyan en adoraciones incesantes. Permite que fluyan en adoraciones incesantes. Toma mi voluntad y hazla tuya; ya no me pertenecerá más. Toma mi corazón, es tuya de poseer; será tu trono real.” Por Cristo nuestro Señor. Amén.

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No Debemos de Caminar Solos

No Debemos de Caminar Solos

El día de hoy quiero decir unas palabras especiales de agradecimiento a aquellos que han apoyado a la Fundación Dial Hope (Digita Esperanza) con una donación financiera. ¡Tus donaciones hacen posible este ministerio!

El gran pastor y pensador Cristiano, William Sloan Coffin, escribió una vez: “Las personas dicen que la iglesia es una muleta. Por supuesto que es una muleta. ¿Qué te hace pensar que no estás cojeando?” 

Yo seré el primero en admitirlo. Yo cojeo. Necesita la iglesia. No quiero llevar mis cargas y mis gozos solo. Necesito una comunidad; personas que oren conmigo y por mí; personas que me reten y que me consuelen. Y por eso hoy, doy gracias por mi familia de fe, por la alegría de caminar juntos por este camino, sabiendo que no vamos a caminar solos. 

Oremos: Amado Dios, nos damos cuenta de que sin ti estamos perdidos. Y sin el uno al otro, es un camino duro y solitario. Queremos estar sanos, completos y vivos. Así que te pedimos que nos ayudes a conectar profundamente con los demás en esta peregrinación de fe. Y a medida que lo hagamos, que podamos experimentar tu amor sanador y tu gracia redentora. Respira tu Espíritu en nosotros en este día; a través de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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Alabanza en la Tormenta

Alabanza en la Tormenta

Hay una canción del grupo Casting Crowns que me gusta: I Will Praise You in the Storm (Te Alabaré en la Tormenta). A veces, en medio de las tormentas de la vida, he escuchado esta canción y, en esos momentos, he deseado desesperadamente llegar allí, de poder ofrecer alabanzas a pesar de las circunstancias. Puede sentirse como una entrega, un alivio.

No puedo empezar por ahí. Nadie puede. Pero sí quiero llegar ahí.

Todos conocemos a personas que han tenido un suceso trágico en sus vidas y no parecen poder superarlo. Tengo un buen amigo que perdió a su esposa en el 2019. Fue devastador. Ni siquiera puedo empezar a imaginar ese nivel de dolor. Fue tan abrumador que la vida perdió su brillo. La tragedia es que ahora, incluso cinco años después, él está estancado.

He oído decir que existe un cierto tipo de desesperación que se instala cuando empezamos a creer que nuestros mejores días ya han quedado atrás.

Un colega, al escribir sobre la pérdida de su propio hijo que era demasiado joven, dijo, que, por supuesto, fue devastador. Y, admitió que nunca volverá a ser el mismo. Él lloró y lloró. Él se lamentó. Él estaba enojado. Enojado con Dios. Pero dijo que en algún momento se dio cuenta de que había dos caminos a seguir, mutuamente excluyentes. Uno era el camino de la amargura y el cinismo (que se convierte en una forma de ser). Y el otro era el camino de la gratitud, gratitud por la vida vivida, gratitud por el tiempo que se le dio.

En algún momento, decidimos pasar de ser víctimas a ser supervivientes. ¿Me volveré amargado y cínico, o encontraré las bendiciones en las orillas? Incluso en medio del duelo, ¿puedo aprender lo que necesito aprender, puedo volverme más fuerte, puedo encontrar la gratitud?

Hoy, recuerda que Dios está contigo en medio de la tormenta. Y aunque ahora te cueste verlas, siempre hay bendiciones a tu alrededor.

Oremos: Dios de Amor, abraza con fuerza a quienes necesitan tu presencia en este momento. Extiende sobre ellos tus manos sanadoras. Ayúdalos a sentir tu presencia y a vislumbrar tu gracia. En el nombre de Cristo. Amén.

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El Camino de Jesús

El Camino de Jesús

Hay una historia sobre un joven soldado que fue completamente humillado por su oficial superior. El oficial sabía que realmente había cruzado una línea y que había sobre disciplinado al joven soldado. Entonces, cuando el joven, claramente enojado, dijo con los dientes apretados: “Haré que te arrepientas de esto, aunque sea lo último que haga”, el oficial simplemente lo dejó pasar.

Varios días después, su compañía fue atacada intensamente y el oficial resultó herido lejos de sus tropas. Él se sorprendió cuando miró hacia arriba y vio al mismo joven soldado que venía a rescatarlo. Arriesgando su propia vida, él llevó al oficial a un lugar seguro. “Hijo, te debo la vida”, él susurró. Él joven sonrió y dijo: “Te dije que te haría arrepentirte de haberme humillado, aunque fuera lo último que haga.”

Esta historia me recuerda las palabras de Jesús a sus discípulos: “Pero a ustedes que me escuchan les digo…hagan bien a quienes los odian, bendigan a quienes los maldicen, oren por quienes los maltratan.” Tal vez ese sea el mejor tipo de venganza…

Oremos: Dios amoroso, tú nos has pedido que amemos a nuestros enemigos y que perdonemos a los que nos han hecho daño, y admitimos que es difícil para nosotros hacerlo. Líbranos de cualquier relación abusiva. Pero también, Señor, líbranos del odio, la amargura o la ira, para que vivamos libres. Oramos en nombre de Aquel que mostró su perdón en la cruz, tu Hijo Jesús. Amén.

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Manteniéndolo Real

Manteniéndolo Real

Hace algún tiempo, releí la historia del Conejo de Terciopelo, de Margery Williams, a mis dos hijas más pequeñas. Ya son mayores en la actualidad, pero seguro que trae recuerdos. Es una gran historia sobre un conejo de peluche que desea desesperadamente volverse real. 

A continuación les muestro un pequeño fragmento:

“Real no es cómo estás hecho,” Dijo el Caballo de Tela. “Es algo que te puede suceder. Cuando un niño te ama por mucho, mucho tiempo, no solo para jugar, sino que REALMENTE te ama, entonces te conviertes en Real.”

“¿Duele?” preguntó el Conejo

A veces,” dijo el Caballo de Tela, porque él siempre fue sincero. “Cuando eres Real no te importa que te hagan daño.”

“¿Sucede todo de una vez, como llegar al fin?,” él preguntó, o “¿sucede poco a poco?” 

“No sucede todo de una vez,” dijo el Caballo de Tela. “Te conviertes. Toma mucho tiempo. Es por eso por lo que no ocurre con frecuencia a las personas que se rompen fácilmente, o que tienen bordes afilados, o que deben ser mantenidos con cuidado. En general, para cuando eres real, la mayor parte de tu cabello han sido arrancados con amor, y tus ojos se caen y tus articulaciones se aflojan y estas muy desgastado. Pero estas cosas no importan para nada, porque una vez que eres Real no puedes ser feo, excepto para las personas que no entienden.”

Oremos: Amado Dios, queremos ser real – a las personas que nos rodean. Queremos ser amados profundamente. Con bordes lisos y afilados y danos el valor para arriesgarnos a ser heridos. Ayúdanos a entregarnos profundamente a nosotros mismos y amar a los demás con todo lo que tenemos. Y en ese proceso podemos experimentar abundante amor y gracia. Amén.

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De la Oscuridad…

De la Oscuridad…

El erudito cristiano Timothy Beal, al escribir sobre la formación espiritual, hace la profunda afirmación de que: “La oscuridad y la incertidumbre proporcionan el entorno más propicio para el crecimiento del alma.”

No sé por qué es así, pero ciertamente he descubierto que es cierto. Cuando he preguntado a las personas cómo llegaron a la fe, o cuándo crecieron en su fe, tantas veces ha surgido de un momento de crisis – ya sea si fue durante un matrimonio en dificultades, o después de la muerte de alguien cercano, o durante un tiempo de enfermedad. Yo incluso pienso en cómo algunos de mis amigos en otros países viven en la pobreza absoluta y, sin embargo, tienen este profundo nivel de fe.

Tal vez sea porque al enfrentarnos cara a cara y luchar con nuestros demonios, nos hemos dado cuenta de una fuerza y una esperanza más allá de nosotros. O tal vez sea porque durante estos tiempos nos damos cuenta de que realmente no tenemos tanto control sobre la vida como nos gustaría pensar, y nos damos cuenta de que tenemos que confiar.

Una y otra vez, he escuchado historia sobre cómo – justo cuando la vida parecía desmoronarse – algo en el fondo comenzó a crecer: Esperanza que no podía ser contenida, esperanza de volver a ver a un ser querido; esperanza que las cosas cambien, esperanza de que pueda haber un nuevo comienzo.

Estos momentos – si bien son aterradores y difíciles – son al mismo tiempo cargados de potencial. Sí, existe la posibilidad de amargura e ira. Pero, si nos protegemos en contra de eso, también existe la posibilidad de que el alma crezca. Hay potencial para nuevas fuerzas y valor; para un amor y una comprensión más profunda. 

Cuando te encuentres en uno de esos momentos, o si estás en uno de esos momentos oscuros, que puedas girar hacia Dios y confiar. Dios abrirá un camino a través del desierto. Dios hará un camino…

Oremos: Dios amoroso, cuando estamos en medio de una crisis, es tan difícil ver más allá del momento. A veces se siente como si nunca lo lograremos y que la vida siempre será oscura. Te necesitamos, Señor, en esos momentos. Algunos de nosotros necesitamos tu fuerza, tu valor y tu gracia en este momento. Llénanos de esperanza y danos el poder para confiar en el nombre de Jesús. Amén.

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Empezar desde Adentro

Empezar desde Adentro

A principios del siglo XX, el periódico The Times de Londres envió una consulta a varios escritores para preguntarles: “¿Qué anda mal en el mundo de hoy?” Entre ellos se encontraba el apologista Cristiano G.K. Chesterton, y su respuesta fue profunda. En parte decía: “En un sentido, y en el sentido eterno, la cosa es clara. La respuesta a la pregunta “¿Qué anda mal?” es, o debería ser, “Estoy equivocado.” Hasta que un hombre pueda dar esa respuesta, su idealismo es solo un pasatiempo.”

A menudo nos apresuramos a echar la culpa a los demás. A menudo buscamos un chivo expiatorio. Pero el Evangelio deja claro que el cambio tiene que empezar a nivel personal. Tiene que empezar dentro de nosotros. Y tiene que empezar por nosotros mismos.

Jesús dijo una vez: “¿Por qué te fijas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no le das importancia a la viga que está en el tuyo? (Matero 7:3). Esto siempre me sirve de recordatorio, siempre que me encuentro juzgando o culpando a los demás, de reflexionar primero sobre mi propia vida, mi propio corazón, mis propias actitudes y mi propio egoísmo. Si tan solo pudiera trabajar en mí mismo, eso sería suficiente por el día.

Oremos: Te damos gracias, Oh Dios, por amarnos tal como somos, aquí y ahora. Y gracias por amarnos tanto que siempre nos invitas a crecer y cambiar. Oramos por la sanación de nuestras propias vidas y corazones, para que seamos canales de tu amor y gracia. Anhelamos tu paz. Que esa paz comience con nosotros. En el nombre de Jesús. Amén.

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Certeza de Ayuda

Certeza de Ayuda

El mensaje de hoy fue escrito por mi amigo, Roger Kunkel, q.e.p.d., fundador de Dial Hope (Digita Esperanza).

Salmos 121 es uno de mis favoritos. “A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda? Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y de la tierra.” En “EL MENSAJE”, Eugene Peterson interpreta Salmos 121 de la siguiente manera: “A las montañas levanto mis ojos; ¿Será que mi fuerza proviene de las montañas? No, mi fuerza proviene de Dios, creador del cielo y de la tierra, y las montañas.”

Un niño se sentó en la sala de espera de un aeropuerto. Cuando anunciaron el vuelo, el niño estaba inseguro al principio. Cuando abordé el avión me dio mucho gusto descubrir que él tenía el asiento justo a mi lado. Él fue educado en su saludo, y luego empezó a colorear uno de esos libros para colorear, que las aerolíneas proveen a los pasajeros que son niños. Tarareando felizmente, no parecía que tuviese alguna preocupación en el mundo. Durante el vuelo, nos encontramos con alguna turbulencia que hacía rebotar al avión de pasajeros como si fuese un cometa en el viento. Una señora que estaba sentada al otro lado del pasillo, de donde estaba sentado el joven, se puso muy asustada. Su voz estaba agitada cuando le habló al niño. “Pequeño niño, ¿No tienes miedo?” “No Señora” le respondió, brevemente, al levantar la mirada de su libro que coloreaba. “Mi papá es el piloto.” Me recosté en el asiento y pensé acerca del pequeño niño que confiaba en su papá. ¿He confiado en Dios de esa manera para que me pueda ayudar a superar las tormentas de la vida? Si, y sinceramente le agradecí. Él te hará superar las tormentas hoy y te pondrá en los planes que tiene para ti. Confía en él. Confía en su plan para tu vida. E. Stanley Jones nos recuerda, “No sé lo que depara el futuro, pero conozco al que controla el futuro.” Amigos de Dial Hope (Digita Esperanza), es la buena nueva del día de hoy. ¡TA-RÁN!

Oremos: Dios de Amor, ayúdanos a decir con los Salmistas, “El Señor es mi pastor, nada me faltará.” En tiempos de necesidad, tú siempre estás presente. Gracias. Te amamos. En el nombre de Jesús. Amén.

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