El mensaje de hoy fue escrito por el Rev. Roger Kunkel, q.e.p.d., fundador de Dial Hope (Digita Esperanza).
El dolor de este mundo es una oportunidad para que nosotros podamos ser un instrumento de sanación redentora de Dios. O, dicho de otra manera, tenemos la oportunidad de ser un embajador de Cristo en medio del dolor de otra persona.
El Dr. James Stewart, el brillante profesor del Nuevo Testamento de Edimburgo, Escocia, en una ocasión atendió un llamado al hospital. Se dirigió a la sala de oncología del hospital y al entrar el notó que las enfermeras y los doctores estaban todos agotados. Muchos de los internos ya lo habían experimentado. Las personas se estaban muriendo, había dolor, había sufrimiento. Y el Dr. Stewart había sido invitado a asistir a una reunión entre doctores y enfermeras. Ellos lo llamaron porque requerían de su sabiduría pastoral. En esta reunión había médicos, enfermeras y técnicos que estaban en busca de respuestas. Y le preguntaron al Dr. Stewart:
“¿Por qué Dios permitió que una mujer de 31 años de edad, madre de tres niños, muriera de cáncer?” “¿Por qué Dios permitió que un adolescente muriera de leucemia?” “¿Por qué, Dr. Stewart?” “¿Por Qué Dios permite que un bebe muriera durante el parto debido a que su mamá tenía todas sus funciones afectadas debido a que tenía cáncer?” “¿Por qué, por qué, por qué, Dr. Stewart?” “¿Por qué Dios hace eso?” “Dr. Stewart, ¿Cuál es la respuesta?”
El Dr. Stewart dio una respuesta, de seis palabras, que retumbó por los pasillos del hospital cuando le susurró a todos los médicos y enfermeras que dependían en cada una de sus palabras. “USTEDES SON LA RESPUESTA DE DIOS. Dios te ha puesto en el presente hospital en este preciso instante, hoy, en este momento para una de estas mamás o uno de estos papás que están esperando en la sala de espera. Dios les ha dado brazos y piernas. Él les ha dado sus bocas, oídos, y ojos y el tacto. Y una mente que piensa creativamente en quien cuidar. USTEDES SON LA RESPUESTA DE DIOS.”
¿Cuál es la respuesta para las personas difíciles, irritables y que no tienen esperanza? ¿Cuál es la respuesta a las personas sin hogar en Sarasota, en St. Louis, en Chicago? ¿Cuál es la respuesta al dolor y el sufrimiento y la pérdida? ¿Cuál es la respuesta? Nosotros somos la respuesta de Dios. Porque Dios nos ha ubicado estratégicamente en los hospitales, en apartamentos, en condominios, en la calle, en los centros de retiro, en las aulas, en la iglesia, en las reuniones de la iglesia, en la tienda, en la reunión de la oficina, para ser oyentes creativos, para llevar curación redentora a las personas que nos rodean. Nunca subestimes la diferencia que hace tu tacto, al escribir tu tarjeta, tu sonrisa, tu notita, tus llamadas, tu fax, tu correo, tu mirada, tu oído atento que puede significar en la vida de alguien que está sufriendo, que está experimentando dolor.
Oremos: Majestuoso Dios, bendícenos hoy para que podamos ser una bendición para los demás. En el nombre de Jesús. Amén.
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