Eclipsando la Oscuridad

Eclipsando la Oscuridad

El mensaje de hoy fue escrito por mi amigo, el Reverendo Roger Kunkel, fundador de Dial Hope (Digita Esperanza).

En el Evangelio según Juan 1:5: “Esta luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no han podido extinguirla.”

Amigos de Dial Hope (Digita Esperanza), muchos de ustedes están lidiando con la oscuridad en este momento. Llegan la separación y el divorcio, pero parece que siempre les pasa a otras personas, nunca a nosotros. Tenemos momentos desesperados con nuestros hijos (incluidos los hijos adultos) que parecen durar semanas, meses o años. Algunos de ustedes están afligidos por la muerte de un familiar y les resulta especialmente difícil en esta época del año. Y la vida se sumerge en las tinieblas. Las buenas noticias, ¡el TA-RÁN! Del evangelio es que la luz de Jesús eclipsa todas las tinieblas. Por lo tanto, necesitamos ponernos en contacto con la Luz. 

Me encanta la historia de una pequeña iglesia en una zona rural que se congregaron para un servicio religioso en un sótano, donde la habitación dejaba entrar poca luz natural. A menudo estaba oscuro y tenebroso cuando las personas se reunían. El pastor de esta pequeña congregación decidió que sería bueno comprar un candelabro para la habitación. Él anunció su esperanza a la congregación y convocó a una reunión especial para votar. Cuando la congregación se reunió, él les dijo que deseaba su voto sobre si gastar dinero en un nuevo candelabro para el espacio de adoración y preguntó si había alguna discusión al respecto. Un hombre de avanzada edad se puso de pie y dijo: “¡Sí, ciertamente! Quiero discutirlo. Yo estoy en contra de esta compra por tres razones. Primero, nadie sabe cómo se escribe la cosa; por lo tanto, no podríamos ordenarlo. Segundo, incluso si tuviéramos uno, nadie sabría cómo tocarlo. Y, por último, ¡lo que realmente necesitamos por aquí es más luz!”

Llega la oscuridad. Cobra vida. Pero la Luz de Jesucristo eclipsa las tinieblas.

Oremos: Oh Dios de todas las cosas preciosas, que oyes nuestro dolor incluso cuando las lágrimas bloquean nuestras palabras, crean en nosotros un corazón alegre y de esperanza. Que tu espíritu consuele a aquellos que están pasando por un momento difícil en este momento. Sorpréndenos con tu gracia y luz en lugares inesperados. A través de Jesucristo, la Luz del mundo. Amén.

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La Perfección no es una Opción

La Perfección no es una Opción

Ayer reflexioné sobre la Primera Carta de Juan (1:8-9) donde leímos: “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros.” En otras palabras, hay que tener cuidado de no negar la propia necesidad de la gracia de Dios. Porque, ¿qué sucede cuando negamos nuestra propia necesidad?

Primero: Si crees que tienes que ser perfecto, existe una tentación de hacer un juego de roles: actuar como si todo estuviera bien, incluso cuando no es así. Si tienes que actuar como si todo fuera perfecto, entonces las primeras cosas que se van por la ventana son la honestidad y la vulnerabilidad. Estas son las cosas que hacen posibles las relaciones humanas.

Segundo: es muy difícil tener gracia y compasión por los demás si no reconocemos nuestra propia necesidad de la gracia y la compasión de Dios. Existe una verdadera tentación de juzgar a los demás. Existe una verdadera tentación de decidir quién está dentro y quién fuera, quién es aceptable y quién no, y quién es digno de la gracia de Dios. ¿Quién es indigno?

Ayer cité el libro de Eugene Peterson, El Camino de Jesús. Peterson continúa escribiendo: “El perfeccionismo: una (terrible) desviación del camino…de Jesús. Es poco probable que nos hunda de cabeza en la condenación, pero ciertamente nos convierte en la compañía indeseable para los demás en el…camino…(Cualquier) intento de imponerla perfección a uno mismo u a otro, ya sea de padre a hijo, pastor a congregación, director ejecutivo a la empresa, esposo a esposa, esposa a esposo, decididamente no es el camino de Jesús.”

Finalmente, él escribe esto: “…la perfección no es una opción sino una seducción…”

A veces tenemos en mente esta idea de la “iglesia perfecta”: la mezcla justa de edades; la música perfecta; el pastor perfecto; todos se llevan bien. Cuando me estaba preparando para recibir mi primer llamado, yo estaba buscando la iglesia perfecta, y mi amigo Rusty me dijo: “Oye Joe, si la encuentras, mejor no vayas porque, si llegas, ¡lo arruinarás para todas esas otras personas perfectas!” ¡Él tenía razón! 

No existe una iglesia perfecta, como tampoco existe una familia perfecta. Esto es así simplemente porque no existe una persona perfecta.

Que tú y yo, mientras nos esforzamos por seguir a Jesús, mientras nos esforzamos para poder hacerlo bien, mientras nos esforzamos por hacer lo correcto y decir lo correcto, que nunca perdamos de vista su gracia. Hay gracia suficiente para ti y para mí. Que podamos compartir esa gracia con un mundo que la necesita desesperadamente. 

Oremos: Lávanos de nuevo con tu gracia, Oh Dios. Ayúdanos a aceptarnos y amarnos a nosotros mismos y a los demás como tú nos amas; por Jesús nuestro salvador. Amén.

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Estamos en esto Juntos

Estamos en esto Juntos

En la Primera Carta de Juan (1:8-9) leemos: “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros.

Los eruditos nos dicen que dentro de la iglesia de Juan había un grupo de Cristianos, bien intencionados, que habían estado tratando de mejorar la iglesia y que, de la frustración, se habían separado de la iglesia. Se cree ampliamente que este grupo estaba influenciado por un tipo de enseñanza conocida como Gnosticismo. Esto viene de la palabra Griega saber, como el sentido de que ¡yo sé y tú no! En el centro de esta enseñanza estaba la creencia de que si se esforzaba lo suficiente, una persona podía alcanzar la espiritualidad perfecta. A través del estudio o la disciplina seria e intensa, una persona podía volverse tan espiritual que estaría por encima y más allá del pecado. De alguna manera podría alcanzar la perfección.  

Tal vez hayas conoció a personas de fe como esa, que creen tener todas las respuestas. Como si de alguna manera fueran Cristianos y tú no.

Una vez estuve en un avión con un joven hermano Pentecostal que estaba estudiando para ser pastor. Cuando se enteró de que yo era Ministro Presbiteriano, él trató de convertirme. Él creía sinceramente que había alcanzado algo que hacía que su fe fuera superior. Y me dijo que, si tan solo oraba con suficiente ahínco y creía con suficiente ahínco, yo también, al igual que él, recibiría el don de lenguas. Estaba claro que, en su opinión, había un nivel de fe que yo no me había esforzado lo suficiente por alcanzar.

Pensé en ese joven. Él tenía una familia joven. Ambos vivíamos en Jacksonville en ese momento. Podríamos haber sido amigos. Podríamos haber compartido algún ministerio. Pero él tuvo una prueba de fuego que destruyó esa posibilidad.

Eugene Peterson en su libro, El Camino de Jesús, aborda este tema: Él escribió: “El perfeccionismo es un desorden que ocurre con frecuencia en la comunidad Cristiana. Es una manera de…dividir la iglesia y poner a cada uno de nosotros en nuestro lugar: los simples creyentes y los discípulos serios; los bautizados en agua y los bautizados en el Espíritu; los tibios y los entusiastas; los rigoristas y los relajados.”

El argumento es el siguiente…: “Si tomamos esta vida con absoluta seriedad, podemos vivir una vida perfecta en Cristo. Cuando eso sucede, la condescendencia rigorista se convierte en un desprecio cortés (pero no siempre cortés) hacia los demás.”

Para Juan, la verdadera prueba del Cristianismo es la comunión y el amor mutuo. Y él nos recuerda con dulzura que, como todos los demás, si alguno hubiera pecado, abogado tenemos para con el Padre. (1 Juan 2:1-2).

Gracias a Dios.

Oremos: Lávanos de nuevo con tu gracia, Oh Dios. Ayúdanos a aceptarnos y amarnos a nosotros mismos y a los demás como tú nos amas; por Jesús nuestro salvador. Amén.

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Tierra Santa – Piano de Beethoven

Tierra Santa – Piano de Beethoven

El mensaje de hoy fue escrito por el Reverendo Roger Kunkel, q.e.p.d., fundador de Dial Hope.

Una mujer joven se puso delante del piano de Beethoven en un museo en Viena. En el momento ella tocó algunas notas discordantes. “Supongo,” ella le dijo a la operadora, “que muchos músicos notables han inspeccionado este instrumento.” “Oh, sí,” respondió la señora. “Recientemente Paderewski estaba aquí.” “¡Paderewski!” exclamó la visitante. “Ciertamente tuvo que haber interpretado algo maravilloso.” “Por lo contrario, él no se sentía digno de tocar el piano.”

Amigos de Dial Hope (Digita Esperanza), donde quiera que estés en este mismo momento, en una cama de hospital, conduciendo al trabajo, a la casa, al lugar de tus negocios, en un teléfono público, en un helicóptero sobre Irak, tú estás en tierra santa. ¡Es santa porque Dios está contigo! Ya sea que tú corazón esté sonriendo o triste, ya sea que te sientas solo o con miedo, ya sea que te encuentres en dolor, o estés celebrando, Dios está tan cerca de ti como la respiración, más cerca que las manos o los pies. Recuerda, Dios te ama tal como eres, pero Dios se niega en desampararte ahí. Dios quiere que tengas un corazón como el suyo. Dios quiere que seas como Jesús. Permite que hoy sea un día lleno de alegría, esperanza y de entusiasmo contagioso.

Oremos: Dios de Amor, esperamos el milagro de tu gracia en este tiempo de oración. Cambia la química de nuestras dudas y desalientos en una disposición a vivir la aventura de la fe. Concédenos la emoción espontánea de un niño de fe. En el nombre de Cristo resucitado. Amén.

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El Trabajo de Construir Puentes

El Trabajo de Construir Puentes

Hay una historia sobre dos hermanas viudas que vivieron juntas en la vejez. En un momento dado tuvieron una discusión tan amarga que dejaron de hablarse entre sí. Incapaces o no dispuestos a abandonar su pequeña casa, continuaron usando las mismas habitaciones y dormían en el mismo cuarto. Las cosas estaban tan mal que trazaron una línea con tiza dividiendo cada habitación para que pudieran ir y venir sin traspasar el espacio de cada una de ellas. Durante años, coexistieron en silencio. Ninguna de las dos estaba dispuestas a dar el primer paso hacia la reconciliación. 

Entonces, una noche, una hermana se levantó para ir al baño y se cayó, quebrándose la cadera. La otra hermana escuchó la caída y los gritos y se despertó. Saltó de la cama, cruzó la línea trazada con tiza y se puso al lado de su hermana. Después de un típico comentario sarcástico, al preguntarle sobre por qué haría algo tan tonto como tropezar con sus propios pies, una hermana sostuvo a la otra hasta que llegaron los paramédicos y la llevaron al hospital. En esos momentos de oscuridad, la verdad y el poder del amor se revelaron.

El difunto juez de la corte Suprema, Thurgood Marshall, contó esta historia con estas palabras: “El sistema legal puede forzar las puertas, y a veces, incluso derribar muros, pero no puede construir puentes. Ese trabajo le pertenece a ti y a mí”.

Oremos: Dios Misericordioso, te agradecemos por tu amor incondicional y por el perdón hacia nosotros. Ayúdanos a compartir esos mismos regalos con las personas que nos rodean – amigos, familiares y vecinos. Que seamos los primeros en construir puentes – los primeros en ofrecer el perdón, y los primeros en buscar reconciliación – ya que recordamos que la vida es corta y no la tenemos para siempre. Pedimos todo esto en el nombre de Cristo. Amén. 

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Ve. Te Estoy Enviando.

Ve. Te Estoy Enviando.

Hoy quisiera decir unas palabras especiales de agradecimiento a aquellos que han apoyado a la Fundación Dial Hope con una donación económica. ¡Tus donaciones hacen posible este ministerio!

Uno de mis amigos, Dan Brooks, es dueño de la tienda Sunrise Surf Shop (Tienda de Surf el Alba) en las Playas de Jacksonville, y durante varios años él ha organizado un campamento de surf para niños con autismo.

He tenido el privilegio de ayudar con este ministerio, ¡y fue una bendición! Si bien el joven con el que trabajé que nunca se puso de pie, en la tabla de surf, era muy emocionante cuando atrapaba una ola y se reía histéricamente. Su mamá era madre soltera, y ella me dijo que era una bendición para su hijo tener una actividad que le trajera tanta alegría. También compartió lo raro que era para ella poder ir a la playa – o simplemente salir a cualquier lado – y poder relajarse por unas horas sabiendo que su hijo no necesitaba su supervisión inmediata.

Pienso en cómo comenzó todo esto. Mi amigo Dan, él ve a personas que tienen necesidad. Es como si Dios le preguntara: “Dan, ¿Qué puedes hacer? ¿Qué tienes para ofrecer?” Así que Dan comenzó con lo que tenía en mente en ese momento. Él sabe surfear, tiene algunas tablas para surfear y algunos kayaks, y contactos con los salvavidas. Dan ofreció lo que tenía, y Dios lo bendijo y lo multiplicó.  

Este ministerio no solo abre un mundo nuevo para algunos de estos niños, también les da esperanza a los padres – y un respiro. También toca a los voluntarios de una manera muy profunda y significativa. Y, aumenta la conciencia en la comunidad y más allá.

Muy a menudo Dios trabaja así. Toca nuestros corazones de alguna manera. Tal y como Dios le dijo a Moisés: “He escuchado el clamor de mi pueblo…Vengo a salvarlos…Ve ahora, te estoy enviando a ti. 

Oremos: Abre nuestros corazones, Oh Dios, a la necesidad y al clamor de tu pueblo a nuestro alrededor. Condénanos y luego conságranos. Muéstranos cómo nuestras alegrías y dones más profundos se pueden utilizar para servir a los demás. Porque recordamos que al dar es como recibimos. De hecho, hemos sido bendecidos, Señor, para que podamos ser una bendición para este mundo que tanto amas. En el nombre de Jesús. Amén.

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Pozos Profundos

Pozos Profundos

Hace poco leí un artículo en The Atlantic que señalaba que, en los últimos 25 años, alrededor de 40 millones de estadounidenses dejaron de asistir a la iglesia. Algunos por razones legítimas: líderes religiosos corruptos, abusos sexuales en la iglesia Católica, vergüenza por cómo algunas denominaciones se han dejado convertir en peones políticos. Sin embargo, la gran mayoría de las personas que dejaron de asistir no estaban enojadas. No estaban molestas. Ellos dijeron que simplemente habían perdido el hábito de hacerlo. Hay un millón de otras cosas en nuestras agendas. Tenemos viajes por ligas deportivas y plazos de entrega de negocios, y todo tipo de opciones de entretenimiento, lo puedes nombrar…Es interminable.

A veces la adoración puede parecer una cosa más…Pero ¿es una cosa más?

Estaba pensando en un domingo en la iglesia cuando le di una piedra a cada persona que entraba. Las piedras eran simbólicas. Representaban una carga que se llevaba, una preocupación o inquietud, o un miedo al que se aferraba la persona. Y cerca del final del servicio religioso, todos nos dirigimos hacia adelante y dejamos nuestras piedras sobre la mesa, nuestras cargas a los pies de Jesús…Y recuerdo mirar la mesa, la enorme cantidad de piedras. Cada uno de nosotros tenía al menos algo. (¡Algunos de nosotros sentíamos que llevábamos una gran cantidad de esas piedras!) Muy a menudo podemos sentirnos solos en la vida, pero esto fue un recordatorio para mí, de que no estoy solo…

También pienso cómo los domingos, cuando cantamos juntos u oramos juntos en voz alta…A veces me siento en silencio durante el Padre Nuestro, aunque sea solo por una o dos líneas para escuchar a todos orar, voces de fe a mi alrededor, y es poderoso…Incluso pienso en esos momentos en los que nos sentamos en silencio juntos…Hay un vínculo y nos damos cuenta de la presencia creativa de Dios aquí y ahora…

Pienso en cómo hace unas semanas en la Escuela Bíblica Vacacional, estábamos cantando la última canción del día, y dos niñas de tercer grado vinieron corriendo hacia mí: “¡Pastor Joe, Pastor Joe, mire!”. Y me mostraron cómo las cruces que dibujamos, con anterioridad, en nuestras manos brillaban cuando se les iluminaba con una luz. Ellas estaban tan emocionadas: “¡Mire la luz de Jesús!” Y Monica, una de las líderes, giró hacia mí y dijo: “Es por eso por lo que hacemos esto, ¿no es así?”. Hay una alegría más profunda en dar…Hay una alegría profunda en ser parte de algo más grande que nosotros mismos…

No tenemos que mirar lejos para ver que hay pozos profundos a nuestro alrededor…

Ya sea que adores a Dios en persona o en línea, espero que puedas ver el regalo que es. Es un reencuentro del corazón y la mente. Es una reunión de almas quebrantadas que buscan sanación.  Y es un recordatorio de quiénes somos y de quién somos.

Oremos: Dios Santo, mientras nos sentamos en tu presencia, incluso ahora, reconocemos que estamos al borde del agua. Llena en nosotros esos lugares de anhelo, esos lugares de dolor, esos sentimientos de incompetencia. Lávanos con tu gracia…Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

¿Qué es lo que estás Buscando?

¿Qué es lo que estás Buscando?

Durante los últimos días, hemos reflexionado sobre un pasaje de las Sagradas Escrituras del libro de Isaías (55:1-3): ¡Vengan a las aguas todos los que tengan sed!… 

Algunos estudiosos han señalado que estos versículos suenan un poco como un vendedor en un mercado, pregonando sus productos, tratando de llamar la atención de los que pasan por allí: Vengan…Oye tu…¿Tienes sed? Casi suena como un discurso de mercadeo que va aumentando intensidad: ¡Hay agua, pan, vino y leche disponibles, una abundancia de provisiones!

¿Qué es lo que tú estás buscando?

Ahora tengo que imaginar que las personas que escucharon estas palabras por primera vez no eran muy diferentes a nosotros. Tengo que imaginar que muchos de ellos anhelaban algo más…Y a veces ese “más” sería difícil de precisar. Me imagino que, al igual que nosotros, algunos de ellos pudieron haber pensado…bueno, si solo tuviera equis cosa, entonces estaría satisfecho. O, seré feliz, o me sentiré en paz cuando…cuando me gradúe de la escuela secundaria…cuando obtenga ese ascenso en el trabajo…cuando consiga esa casa nueva…cuando me jubile…

Y no hay duda de que esto es parte de cómo fuimos creados. Fuimos creados con un anhelo, un impulso y un deseo innatos. Y en muchos sentidos, esto nos ha resultado útil. Pero, llevado al extremo, pude conducir a un vacío profundo.

Y a primera vista, este pasaje de Isaías parece casi como otro comerciante que compite por captar nuestra atención: “¡Oye tú!…¿Tienes sed? ¡Yo tengo lo que necesitas!” Pero luego, muy rápidamente, hay un cambio en el texto y surge una pregunta directa. Es Dios quien nos está hablando: ¿Por qué gastan dinero en lo que no es pan, y su salario en lo que no satisface?

Podríamos replantear la pregunta: ¿Qué crees que es lo que realmente te satisface?

Creo que, en el fondo, si reflexionáramos realmente sobre lo que queremos, lo que valoramos, no sería el dinero. No sería las cosas materiales. No sería el próximo ascenso en el trabajo. Me imagino que para la mayoría de nosotros sería una sensación de paz, de significado, de saber que, por más imperfectos que seamos, somos amados y aceptados. Serían oportunidades para demostrar amor, para marcar una diferencia para los demás.

“Escúchenme bien,” dijo Dios. “Presten atención y vengan a mí…” Todo lo que has estado buscando, todo lo que has estado anhelando, ya está aquí. Está justo delante de ti. Todo lo que tienes que hacer es notarlo y recibirlo.

Oremos: Nos dirigimos a ti en este momento, Oh Dios. Llénanos con tu gracia sanadora. En el nombre de Jesús. Amén.

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Vengan a las Aguas

Vengan a las Aguas

Ayer reflexionamos sobre un pasaje de las Sagradas Escrituras del libro de Isaías (55:1-3). Hoy continúo con dicho tema.

El otro día estaba escuchando un podcast de Andrew Root. Él es un teólogo y consultor de iglesias. Él hablaba de cómo en el contexto de la iglesia, como en gran parte de la vida, nos han hecho pensar que más es mejor…Más miembros, más edificios, más jóvenes, más programas significan mejor. Pero eso no es verdad. También nos han hecho pensar que la satisfacción y la paz interior vienen a través de medios externos, por la validación externa o por cosas…y eso tampoco es verdad.

Ese sentimiento de que tienes que tener más, de que tienes que ser más, puede llevarte a una enfermedad interior, a un sentimiento de ansiedad, de carencia…de que algo no va bien…Una inquietud en el alma…¿Haz sentido eso alguna vez?

Y no hay duda de que hoy en día nuestra cultura lo alimenta. Los expertos en mercadeo estudian la psicología humana. Ellos saben esto de nosotros y a menudo juegan con este anhelo. Nos lo dicen casi sin descanso: Si tan solo pudieras tener esto…Si tan solo pudieras conducir esto…Si tan solo pudieras hacer esto, experimentar esto…entonces…Entonces, estarías en paz. Entonces serías feliz.

Y aunque las redes sociales son geniales para algunas cosas, son terribles para otras. Nos permiten organizar nuestras vidas de tal manera que solo mostramos los aspectos superlativos, los aspectos más destacados. Y nos encontramos mirando a otras personas y las vidas que presentan, sintiéndonos lamentablemente inadecuados: ¿Por qué no puedo vivir así? ¿Por qué no puedo hacer viajes de surf como ese? Vaya, estas personas parecen tan feliz todo el tiempo…Pero, por supuesto, lo que no llegamos a ver es la rutina diaria…No vemos las discusiones ni las luchas ni las rutinas ordinarias…Esas cosas no se muestran…

Es aquí donde Dios nos habla de nuevo a través de Isaías: Vengan a mí. Vengan a las aguas de vida. Aquí, las provisiones vienen sin costo alguno. Aquí, hay un verdadero banquete dispuesto simplemente para que lo disfrutemos…No tienes que hacer más. No tienes que ser más. Ven.

Oremos: Nos dirigimos a ti incluso en este momento, Oh Dios. Llénanos con tu gracia sanadora. 

Dios Santo, mientras nos sentamos en tu presencia, incluso ahora, reconocemos que estamos al borde del agua. Llena en nosotros esos lugares de anhelo, esos lugares de dolor, esos sentimientos de incompetencia…Lávanos con tu gracia…En el nombre de Jesús. Amén.

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Todos los que Tienen Sed…

Todos los que Tienen Sed…

En el libro de Isaías (55:1-3), leemos estas palabras: ¡Vengan a las aguas todos los que tengan sed!… 

Pienso en la frecuencia con la que se utiliza el agua como metáfora en nuestras sagradas escrituras. En el entorno seco y polvoriento del Oriente Medio en el que fueron escritas, el agua a menudo escaseaba. No es de extrañar que Jesús y muchos de los profetas y poetas convirtieran el agua y la sed en enseñanzas espirituales. Tenía que estar en primer plano en la mente de las personas. También parecían ser muy conscientes de que, así como una persona puede llegar a desesperarse por agua, también nosotros podemos llegar a desesperarnos por otros tipos de alimento.

¡Vengan a las aguas todos los que tengan sed!…

El Sacerdote Jesuita Guy Consolmagno lo expresó una vez de esta manera: En lo más profundo de todos nosotros, hay un hambre subyacente, un hambre de comprensión, de conexión, de plenitud, un hambre subyacente de Dios mismo.

En ese mismo pasaje de Isaías, Dios continúa hablando: “Escúchenme bien, y comerán lo que es bueno, y se deleitarán con manjares deliciosos. Presten atención y vengan a mí…” En otras palabras, todo lo que han estado buscando, todo lo que han estado anhelando, está aquí. Todo lo que tienes que hacer es volverse a mí y recibirlo.

Oremos: Oh Dios, muchas veces en la vida, nos encontramos hambrientos y sedientos, anhelando comprensión, anhelando conexión, anhelando algo más. Hoy nos dirigimos a ti nuevamente. Que tu agua viva nos llene, nos refresque y luego se derrame de nuestras vidas hasta el punto de desbordarse. Lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

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