Canalizando la Ira
El día de hoy, estoy profundamente agradecido con todos aquellos que han apoyado a la Fundación Dial Hope (Digita Esperanza) con una donación económica. La esperanza llega a los demás por ti. ¡Gracias!
El secretario de guerra de Abraham Lincoln, Edwin Stanton, estaba enojado por un oficial del ejército que lo acusó de favoritismo. Lincoln le sugirió a Stanton que escribiera al oficial una carta perspicaz. Stanton lo hizo, y mostro la misiva energética al presidente. “¿Qué vas a hacer con la carta?” Lincoln le preguntó. Sorprendido, Stanton respondió: “Voy a enviarla.” Lincoln movió la cabeza en señal de desaprobación. “No querrás enviar esa carta,” dijo. “Ponlo en la estufa. Eso es lo que hago cuando escribo una carta mientras estoy enojado. Es una buena carta y disfrutaste al escribirla y te sientes mejor. Ahora quémalo, y escribe otra.”
Eso fue un gran consejo, ¿verdad que sí? ¿Con cuanta frecuencia las palabras expresadas con precipitación o ira regresan a atormentarnos?
Una vez, una señora visitó a Billy Sunday, famoso evangelista estadounidense, y trató de racionalizar sus ataques de ira. “No hay nada malo en perder los estribos”, dijo. “Yo estallo, y luego todo se termina.” “Lo mismo sucede con una escopeta”, respondió Sunday, “¡y mira el daño que deja tras de sí!”
Oremos: Dios de amor, es cierto que hay momentos en los que nos enojamos, momentos en los que nos sentimos heridos, momentos en los que sentimos que ya no podemos soportar las injusticias o males en el mundo que nos rodea. Pedimos que, en esos momentos, tú puedas ayudarnos a encontrar los canales adecuados para nuestra ira. Danos paciencia y sabiduría. Ayúdanos a saber cuándo hay que dejar ir las cosas y cuándo y cómo actuar. Oramos en el nombre de Jesús. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!