Cada Arbusto Común

Salmos 8 ofrece la siguiente oración, “Oh Señor, soberano nuestro, ¡qué imponente es tu nombre en toda tierra!” En el pensamiento Hebreo, el nombre de la persona – no era solo una palabra – pero su nombre también representaba su carácter, esencia y presencia. Oh Señor, qué imponente es tu presencia – tu esencia – tu poder en toda la tierra.

Piensa en aquellos momentos en que has visto una impresionante puesta del sol; o cuando has estado en la cima de una montaña y es asombroso, o has estado en el océano y has visto a los pelícanos elevarse justo por encima de las olas. Son momentos como este en las que prácticamente puedes sentir la presencia de Dios, justo ahí.

La poetisa Elizabeth Barret Browning, escribió, “Nuestro Planeta está repleta de cielos, y todo arbusto común está ardiendo en Dios; pero solo aquel que ve es quien se quita los zapatos…”

Oremos: Dios misericordioso, danos ojos para ver tu gloria y presencia en el mundo que nos rodea. Permítenos notar tu presencia en la riza de un niño, en la sonrisa de un extraño y en la belleza de tu creación. Abre nuestros corazones al Santísimo en este lugar aquí y ahora. Y, que nuestras almas se llenen de admiración y alegría. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!