Bezalel y Aholiab
En el libro de Éxodos (capítulo 31) nos encontramos con un par de personajes menos conocidos llamados Bezalel y Aholiab. Ambos eran artesanos.
En el transcurso de cinco capítulos, antes de llegar a este mensaje, leemos en detalle la construcción y el diseño del Tabernáculo, un santuario portátil en forma de tienda de compaña que los israelitas llevaron en su viaje a la tierra prometida. Las escrituras describen todas las características elaboradas de este tabernáculo y su mobiliario: lavabos, altares, candelabros, mesas, túnicas para los sacerdotes, todos ellos hermosos y funcionales. Nada se descuida; nada es al azar. Todo debe ser elaborado con gran delicadeza.
Además de eso, vemos que Dios invita a la imaginación y la creatividad. Dios les ordena que tallen querubines, incluso cuando nadie sabe realmente cómo es un querubín. Y luego Dios le habla a Moisés y le dice: Debemos tener artesanos expertos para hacer esto. Debemos tener artesanos maestros. Y tengo en mente a las personas apropiadas, esta persona con el nombre raro, para que tome la iniciativa: Bezalel. Y luego Dios dice: “Lo he llenado del Espíritu.”
Es interesante: La primera persona de la Biblia de la que se dice que está “llena del Espíritu” ¡es un artesano! ¡Increíble!
Todo esto me recuerda la importancia del arte en la vida humana y en la fe…
Por supuesto, las personas de fe lo saben desde hace mucho tiempo. No puedo evitar pensar en las elaboradas catedrales de Europa: monumentos que reflejan la trascendencia y la enormidad del Espíritu divino. Pienso en los hermosos vitrales y tapices. También pienso en la poesía de George Herbert y John Dunn. Pienso en coros imponentes e himnos que conmueven el alma.
La capacidad del arte para sacarnos de nosotros mismos y tocar el alma es poderosa.
Hoy doy gracias por las artes y los artesanos que nos rodean; por la música que conmueve nuestro espíritu; por la poesía y las artes visuales que nos conmueven e incluso nos desafían; y por el espíritu artístico creativo que reside en cada uno de nosotros. Sin duda, estos son dones de Dios.
Oremos: Tú eres el Artesano Maestro, Oh Dios. Debes amarnos verdaderamente para deslumbrarnos con tu obra a diario: altas montañas cubiertas de nieve, puestas de sol de un rosa fluorescente, cascadas que fluyen en todo esto y en la miríada de plantas y animales que hay por toda la faz del planeta, vislumbramos algo de tu espíritu creativo, un espíritu que has puesto en cada uno de nosotros. Te damos gracias y te alabamos. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!
