Bendiciones que Debemos Compartir
Hace poco leí un artículo de una revista que tenía como título “Drifting Toward Hope” (A la Deriva Hacia la Esperanza) escrita por un hombre de nombre Vinh Chung. Cuando era un niño pequeño él era un refugiado de Vietnam que navegó con su familia en un pequeño bote. De alguna manera fueron rescatados en alta mar, y su familia fue admitida por una iglesia Luterana en Arkansas. La vida fue muy difícil a medida que crecía, pero trabajó duro, fue a la escuela de medicina y se convirtió en un médico.
En el 2002, regresó a Vietnam, y se asombró de cómo sus parientes vivían en extrema pobreza. El escribió, “Visitarlos fue como entrar a un universo paralelo, la vida que habría sido mía, si el viento hubiese soplado nuestro barco en una dirección diferente.
Chung llegó a escribir, “En el Evangelio de Lucas, Jesús Dijo: “A todo el que se le ha dado mucho, se le exigirá mucho…” Solía preguntarme que es lo que quería decir Jesús, porque estoy seguro de que no creí que fuera mi familia. De la forma en que lo veo, no se nos ha dado nada; confiado de nada. Tengo la esperanza que las personas ricas y poderosas lean las palabras de Jesús y lo tomen de corazón.
“Pero cuando fui a Vietnam, finalmente entendí: Se refería a mí. Yo fui al que extrajeron del mar del Sur de China. Fue a mí a quien le dieron asilo en una nación en donde la educación está disponible para todos, y la prosperidad es alcanzable para cualquier persona. He trabajado duro para llegar a donde estoy el día de hoy, pero la humilde verdad es que mis esfuerzos fueron posibles gracias a una bendición de la cual no había hecho nada para merecerla. Y esa bendición es algo que debo compartir, en la manera que pueda.”
Cuando leí este artículo, me pareció que la historia de Chung era convincente. De hecho, en las palabras del Génesis, hemos sido bendecidos con el fin de ser una bendición para otros. Y ha sido el testimonio de innumerables generaciones que nuestras vidas adquieren un mayor significado y esperanza cuando encontramos maneras de devolver nuestras bendiciones.
Oremos: Generoso Dios, nos has bendecidos en formas grandes y pequeñas. Abre nuestros ojos para ver las múltiples maneras en las que podríamos compartir nuestra abundancia; por medio de Jesucristo. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!