Audaz y Humilde
En la Primera Carta de Pedro 5:5 leemos: “Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes. Proverbios 16:5 lo expresa un poco más claramente: “El Señor aborrece a los arrogantes.” Sin duda, cuando los Cristianos actuamos con arrogancia o juzgando a los demás, no estamos dando en el punto.
Me encanta el hermoso poema de Carol Wimmen: “Cuando Yo Digo Yo Soy un Cristiano”. Su poema es audaz en la fe y humilde ante Dios.
El poema “Cuando Yo Digo Yo Soy un Cristiano” dice así:
“Cuando yo digo “Yo soy un Cristiano” no estoy gritando que ¡estoy salvo!
Estoy murmurando “¡Estoy perdido! Es por eso por lo que escogí este camino.”
Cuando yo digo “Yo soy un Cristiano”, no digo esto con orgullo.
Estoy confesando que me tropiezo – y que necesito que Dios me guíe.
Cuando yo digo “Yo soy un Cristiano”, no estoy tratando de ser fuerte.
Estoy profesando que soy débil y ruego tener fuerzas para continuar.
Cuando yo digo “Yo soy un Cristiano”, no estoy presumiendo de éxitos.
Estoy admitiendo que he fallado y que nunca podré pagar la deuda.
Cuando yo digo “Yo soy un Cristiano”, no pienso que lo sé todo.
Me someto a mi confusión pidiendo humildemente que se me enseñe.
Cuando yo digo “Yo soy un Cristiano”, no estoy clamando que soy perfecto.
Mis fallas son todas muy visibles, pero Dios cree que lo valgo.
Cuando yo digo “Yo soy un Cristiano”, todavía siento el ardor del dolor.
Tengo que compartir mi pena, es por eso por lo que busco el nombre de Dios.
Cuando yo digo “Yo soy un Cristiano”, yo no deseo juzgar.
Yo no tengo autoridad – solamente sé que soy amado.
Oremos: Dios de Gracia, te damos las gracias por los poetas y profetas del mundo, personas que tan bellamente articulan la fe. Te agradecemos por tu gracia, misericordia y amor. Ayúdanos siempre a tratar de vivir con justicia, amar la bondad y caminar humildemente ante ti. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!