Asuntos Pendientes
El Reverendo King Duncan contó una vez acerca de una madre que escribió al diario Catholic Digest (Asimilación Católica). La madre escribió que acababa de finalizar una tanda de ropa de la lavadora y regresaba al piso de arriba cuando su hija, que estaba en edad de kindergarten, escogió dicho momento para realizar la más profunda pregunta teológica. “Mami,” ella preguntó, “si fuese el fin del mundo, y todo el mundo estuviese a punto de morir…” La madre se detuvo, giró la cesta, y dijo una breve oración por sabiduría para responder a la pregunta en cuestión. “¿Sí?” La madre presionó a su hija. La pequeña niña continuó: “Mami, si el fin del mundo llegara a suceder, ¿Deberías de retornar los libros a la biblioteca?”
Duncan reflexionó: “Obviamente, dicha jovencita no quería tener asuntos pendientes en su vida.”
“¿Qué tal de ti? ¿Hay algunos asuntos pendientes en tu vida que necesiten ser atendidos? ¿Hay alguien a quien necesites perdonar? ¿Hay que emendar algún daño realizado? ¿Escribir una carta? ¿Una llamada telefónica que hacer? ¿Una visita que necesites realizar o una o dos palabras que necesites expresar?”
El Humorista y autor Lewis Grizzard, q.e.p.d., una vez platicó sobre el momento en que fue visitado por su Ministro de la Iglesia en el hospital. Grizzard fue programado para una cirugía a corazón abierto la mañana siguiente, y le confesó a su pastor que no había llevado exactamente una vida virtuosa. Preguntó si aún había tiempo para arrepentirse. El Ministro de la Iglesia vio su reloj y respondió, “Si, pero me diera prisa si fuera tú.”
Oremos: Dios amoroso, gracias por amarnos tal como somos – ahora mismo en este momento. Pero también te agradecemos que nos ames tanto que nos invitas a cambiar y crecer. Queremos vivir vidas saludables, completas y significativas, y para ello, pedimos comprensión, valor y fortaleza. Sé especialmente cercano a aquellos que sienten el peso del mundo sobre sus hombros; con aquellos que están en dolor y están sufriendo el día de hoy. Que tu Espíritu descanse sobre cada uno de nosotros trayéndonos tu paz. Amén.
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