Amor que no nos Dejará

El mensaje de hoy fue escrito por mi amigo, el Reverendo Roger Kunkel, q.e.p.d., fundador de Dial Hope (Digita Esperanza).

Hace algunos años, un joven de nombre George Matheson ingresó a la Universidad de Glasgow. Él tenía una mente aguda. Sus esperanzas eran altas. Pronto él y su prometida se casarían. Él soñó con un futuro brillante. Pero de repente todo su mundo se derrumbó. Perdió su visión. Debido a su infortunio, Matheson fue rechazado por su prometida, quien le dijo que no podía casarse con un hombre que estuviera ciego, y ella lo dejó. Su mundo se derrumbó a sus pies. Devastado, asustado, preocupado, él se avocó a Dios como nunca antes, ¡y Dios estaba allí!

Completamente ciego, herido, rechazado, George Matheson buscó en la oscuridad y descubrió que el amor incondicional de Dios estaba allí. Y él escribió lo que se ha convertido en uno de nuestros himnos más queridos. Un himno cantado por Cristianos en todas partes del mundo que lo dice todo, un himno de alabanza a Dios (¡Oh Amor que No Me Dejarás!):

“¡Oh Amor! que no me dejarás,
Descansa mi alma siempre en ti;
Es tuya y Tú la guardarás,
Y en lo profundo de Tu amor,
Más rica al fin será”                                     (1882)

Oremos: Amado Dios, que nos has amado a cada uno de nosotros tal y como un padre ama a un niño, nos detenemos para recordar tu asombrosa gracia. Tú eres nuestro refugio y fortaleza y estás presente con nosotros, tanto en tiempos buenos como en tiempos difíciles. Porque nos amas y siempre estás con nosotros, en gratitud nos volvemos a dedicar a seguir el mandamiento de Jesús de amarte de corazón, alma, mente y fortaleza, y a nuestros vecinos como a nosotros mismos. A través de la gracia de Jesús. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!