Al que Alimentas
Existe una historia sobre un anciano de la tribu Cherokee que una tarde le contó a su nieto sobre la batalla que se libera en el interior de las personas. Él dijo: “Hijo mío, la batalla es entre dos “lobos” que están dentro de todos nosotros. Uno es el Mal. Es ira, envidia, celos, tristeza, arrepentimiento, avaricia, arrogancia, autocompasión, culpa, preocupación, inferioridad, mentiras, falso orgullo, superioridad y ego. El otro es Bueno. Es la alegría, la paz, el amor, esperanza, serenidad, humildad, bondad, benevolencia, empatía, humor, generosidad, verdad, compasión y fe.”
El nieto pensó sobre la situación por un minuto y luego le preguntó a su abuelo: “¿Cuál lobo gana?”
El anciano Cherokee simplemente respondió: “El que alimentes.”
En su carta a los Filipenses, el apóstol Pablo escribió: “Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio…Y el Dios de paz estará con ustedes.”
Al igual que el anciano Cherokee, Pablo sabía que como seres humanos luchamos con nuestras emociones, nuestros pensamientos y nuestras acciones. Ambos nos recuerdan que a través de la práctica diaria desarrollamos los que florecerán en nuestras vidas.
Nuestra oración de hoy fue escrita por el Rev. Roger Kunkel, q.e.p.d., fundador de la Fundación Dial Hope (Digita Esperanza). Oremos: Señor, desaceléranos. Enséñanos a detenernos, escuchar y enfocarnos. Ayúdanos a centrar nuestras vidas en ti, nuestro Señor y Salvador. Porque este día es un día distinto a cualquier otro que haya sido jamás, lleno de la promesa de flores que nunca antes había florecido, pensamientos que nunca se habían pronunciado, amigos que nunca se han conocido y oraciones que nunca se han pronunciado. Concede que no lo extrañemos, sino más bien que estemos alerta en todo nuestro ser a la maravilla de ello. Llena nuestros corazones con alabanzas y exuberancias. Ayúdanos a ponernos de puntillas para estirar nuestra fe con posibilidades de nuevos comienzos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!