Agentes de Esperanza
El pastor James Deloach cuenta una historia sobre una imagen que una vez vio y que le causó una gran impresión. Era una foto de una vieja cabaña de montaña quemada. Todo lo que quedaba era la chimenea…los restos carbonizados de lo que había sido la única posesión de esa familia. Frente a esta casa destruida estaba un anciano de aspecto abuelo vestido solo con ropa interior. Junto a él había un niño pequeño agarrando un par de overoles remendados. Era evidente que el niño estaba llorando. Debajo de la imagen estaban las palabras que el artista sintió que el anciano le estaba diciendo al niño. Eran palabras simples, pero presentaban una profunda teología y filosofía de la vida. Esas palabras fueron: “¡Silencio pequeño, Dios no está muerto!”
El pastor escribió: “Esa vívida imagen de esa cabaña de montaña quemada, ese anciano, el niño que lloraba, y esas palabras: “Dios no está muerto” siguen volviendo a mi mente. En lugar de ser un recordatorio de la desesperación de la vida, se ha convertido en un recordatorio de esperanza. Yo necesito recordatorios de que hay esperanza en el mundo. En medio de todos los problemas y fracasos de la vida, necesito imágenes mentales para recordarme que no todo está perdido mientras Dios esté vivo.”
Creo que todos necesitamos recordatorios de que hay esperanza en este mundo. Sin embargo, tomaré las reflexiones del pastor un paso más allá. Ya sea que se trate de una simple sonrisa, una palabra amable, o un toque gentil en el momento adecuado, creo que Dios a menudo nos utiliza para ser esa esperanza el uno para el otro y para el mundo.
Oremos: Tuya es la tierra y todo lo que hay en ella; el mundo y los que viven en él. Te damos gracias, Dios generoso, por el regalo de una sonrisa, por la risa de un niño, por el abrazo de un amigo. Te agradecemos por los recordatorios de la vida, grandes y pequeños; y por la maravillosa alegría que viene de compartir. Danos el valor y la fuerza que necesitamos para alcanzar a otros para que nuestras vidas puedan ser catalizadores de esperanza, a través de Jesucristo. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!