Acto de Presencia
Durante el último año, nuestra congregación dejó de aceptar ofrendas financieras físicas durante el servicio de adoración. Se puede imaginar la angustia inicial de los líderes cuando surgió esta propuesta. Pero dar es más que solo dinero, ¿no es así? Por eso hemos optado por una invitación más general. A menudo digo: Durante este tiempo de ofrendas, los invito a entregar nuevamente sus corazones y vidas a Cristo.
Pero, ¿cómo se ve esto en concreto?
Algunas reflexiones.
He estado pensando en mi abuela. Ella ya no está con nosotros en este plano terrenal, pero hace unos años la llamé, un domingo por la tarde, para saber cómo estaba. Y durante nuestra conversación le pregunté: Abuela, ¿cómo te fue hoy en la iglesia? Y ella respondió: “Oh, hoy no fui.” Y yo le dije: “Apuesto a que te extrañaron.” ¿Y sabes lo que me dijo? Ella dijo: “Bueno…¡seguro que no enviaron ningún grupo de búsqueda!” Creo que estaba siendo graciosa.
La verdad es que Mamaw, como cariñosamente llamaba a mi abuela, habría sido la primera en decírtelo; la mayoría de las veces no nos damos cuenta de lo que tenemos para ofrecer…y la diferencia que podemos hacer.
Tan solo en el nivel superficial, cuando te presentas a un servicio religioso, a una cena compartida, a un estudio bíblico o a una misión comunitaria, incluso si no dijiste ni una palabra, aportas energía espiritual. Tu presencia aporta una sensación de afirmación. Estamos juntos en esto. También aportas tus conocimientos, tus desafíos y tu amor a las personas que te rodean. En muchos sentidos, simplemente por hacer acto de presencia, tú mismo eres un regalo.
Llevemos esto un paso más allá. Cuando hacemos acto de presencia con una mente y un corazón abierto, algo sucede dentro de nosotros. Jesús comienza a trabajar en nosotros. Él comienza a inclinar nuestra voluntad hacia la suya, nuestros corazones hacia su corazón…Entregamos nuestro orgullo…nuestro ego…nuestra necesidad de tener el control…Y, en esa entrega, encontramos las semillas de la plenitud.
Una manera de ofrecer nuestras vidas a Cristo es hacer acto de presencia.
Oremos: Abre nuestros corazones para confiar en ti, Oh Dios, y para entregarnos a ti. Incluso en nuestras propias necesidades, especialmente en nuestras propias necesidades, ayúdanos a encontrar maneras de dar y servir; en el nombre de Jesús. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!