Accede a la Luz
Hace años, recuerdo haber oído hablar de un autor que estaba de visita en los Estados Unidos. Una tarde, cuando necesitaba hacer una llamada, encontró una cabina telefónica. (¿Te recuerdas de esas cabinas?) Pero esta cabina telefónica era diferente a las de su propio país. Estaba empezando a oscurecer, por lo que tuvo dificultades para encontrar el número en el directorio telefónico. Sin embargo, Él se dio cuenta de que había una luz en el techo, pero no sabía cómo encenderla. Mientras intentaba encontrar de nuevo el número en la tenue luz de la tarde, un peatón en la calle notó su situación y dijo: “Señor, si quieres encender la luz, debe cerrar la puerta.” Para sorpresa y satisfacción del visitante, cuando cerró la puerta, la cabina se llenó de luz.
Por supuesto, las cabinas telefónicas son cosa del pasado. ¡También lo son las guías telefónicas! Pero que gran metáfora para nuestras propias vidas. Muy a menudo nos sentimos como si estuviéramos en la oscuridad – agrupándonos para orientación, paz o dirección. Sabemos que hay una luz, pero no siempre estamos seguros de cómo acceder a ella.
En el Nuevo Testamento, Jesús nos da un ejemplo. No solo en tiempos de gran necesidad o estrés, sino una y otra vez, a través de todo su ministerio, Jesús se retira de la multitud para pasar tiempo en oración. Tengo que pensar que de aquí provenía la fuerza interior para volver a las multitudes y continuar su ministerio.
Es cuando hacemos un tiempo para sentarnos en silencio; cuando cerramos la puerta a las distracciones del mundo que nos rodea, y cuando abrimos nuestros corazones en oración para que comencemos a experimentar la luz de Dios. La oscuridad de nuestras penas y decepciones, nuestras cargas y angustias pueden quedar expuestas a la luz sanadora del amor de Dios.
Oremos: Amado Dios, ponemos nuestras vidas ante ti nuevamente este día. Traemos nuestro dolor, nuestras decepciones, nuestras confusiones y nuestras cargas, y te pedimos que brille tu luz curativa / orientadora en nuestras vidas. Consuélanos donde necesitemos ser consolados, rétanos donde necesitemos ser retados, y llénanos nuevamente con tu fuerza, esperanza y amor. Lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!