Ven Tal como Eres

Ven Tal como Eres

La semana pasada reflexionamos sobre las palabras del profeta Isaías (25:1-9): Sobre este monte, el Señor Todopoderoso preparará para todos los pueblos un banquete…

En este monte…Este monte, para Isaías, era Sión, Jerusalén. Este era el lugar donde se sabía que Dios estaba particularmente presente. Podríamos pensar en él como un lugar estrecho.

En el Nuevo Testamento, Jesús prometió que uno de los lugares donde estaría presente de manera poderosa sería la mesa de la comunión. También un lugar estrecho. Y Jesús nos invita a venir tal como somos en este momento, no como esperamos ser algún día, o no como deberíamos ser. No. Él nos invita a venir ahora mismo, con todo nuestro quebrantamiento, todos nuestros anhelos, todas nuestras esperanzas.

Hay mucho quebrantamiento en el mundo que nos rodea, y en el mundo dentro de nosotros.

Henri Nouwen capta de forma hermosa la esencia de esto cuando escribió: “Nuestra vida es un breve periodo de expectación, un tiempo en que la tristeza y la alegría se besan a cada instante…Pareciera…que incluso en los momentos más felices de nuestra existencia percibimos un matiz de tristeza. En cada satisfacción hay una conciencia de limitaciones…Detrás de cada sonrisa, hay una lágrima. En cada abrazo, hay soledad. En cada amistad, distancia. Y en todas las formas de luz hay un conocimiento de la oscuridad circundante…Pero esta experiencia íntima, en la que cada pedacito de vida es tocada por un pedacito de muerte, puede señalarnos más allá de los límites de nuestra existencia.”

Es hermoso para mí que nuestra fe no niega el quebrantamiento, este anhelo que todos tenemos…de conexión, de que las relaciones se sanen, de que las lágrimas se sequen, de que los hambrientos sean alimentados, de que las cosas se arreglen…Este anhelo nos lleva a la conciencia de cuán frágil es la vida y de nuestras propias limitaciones y necesidades humanas.

A menudo es alrededor de las mesas donde compartimos este quebrantamiento y nuestros anhelos unos con otros. Y es alrededor de la mesa de la comunión que Cristo nos invita a compartir su propio quebrantamiento…Este es mi cuerpo…

Que llegues a ver la mesa como una especie de altar. Y que recuerdes que el tiempo que pasas alrededor de ella solo, o con la familia y los amigos, es tiempo que pasas en la presencia de Cristo. Que le ofrezcas todo lo que sucede alrededor de estas mesas…Confiando en que en esa ofrenda hay bendición y gracia…

Oremos: Ven, Señor Jesús, sé nuestro huésped, en nuestros hogares, en nuestras iglesias y alrededor de nuestras mesas. Y abre nuestros ojos a tu presencia, incluso aquí, incluso ahora. Amén. 

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

Daily Message Author: Joe Albright

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