Las Enseñanzas de Cristo
Hace unas semanas, estuve cautivado escuchando a Bob Gamble hablar sobre la vida en Ucrania. Bob es un misionero Presbiteriano que Fundó This Child Here (Los Niños Aquí), un ministerio que trabaja con niños y jóvenes en las calles en dicho país. Más recientemente, frente a la guerra, su ministerio ha cambiado para ayudar a cuidar a las mujeres y los niños que han huido de las zonas de guerra más activas. Nos contó que la guerra se ha acercado cada vez más, incluso ahora a la ciudad donde vive. De hecho, compartió un video de él mismo junto al director del programa escondidos en un closet mientras un dron Ruso atacaba a 100 yardas de distancia…Me dio escalofríos…
Realmente no puedo imaginar cómo sería vivir en un país que ha sido invadido por una potencia extranjera. No puedo imaginar cómo sería vivir con ese tipo de miedo, con una aplicación de ataques con drones en el teléfono y sirenas sonando todo el día…
A menudo pienso en los Ucranianos que luchan por un modo de vida…un modo de vida que no es parecida a la nuestra, un modo de vida que permita un nivel básico de comodidad y la libertad de vivir y trabajar como uno quiera. Pienso en ellos luchando por sus familias…
Ayer reflexioné sobre la situación en el Oriente Medio, y sobre nuestra respuesta Cristiana. Me doy cuenta de que es mucho más fácil reflexionar desde una perspectiva externa. ¿Qué pasaría si yo me viera afectado personalmente?
Sé lo que dijo Jesús: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen (Mateo 5:38-45). En lo más profundo de mi corazón, sé que Jesús tiene razón. Pero si Ucrania fuera mi patria…no creo que pondría la otra mejilla…Si una de mis hijas hubiera sido secuestrada o asesinada por Hamás, no puedo imaginar que sentiría ni una pizca de amor en mi corazón…
Al mismo tiempo, he dedicado mi vida a seguir a Cristo. Si eso es verdad, entonces sus enseñanzas deben de significar algo para mí…Y así, cuando miro nuestro mundo desgarrado por la guerra…la violencia y la brutalidad que nos rodean, al mismo tiempo miro también las enseñanzas de Cristo.
Personalmente, creo que hay momentos en los que es necesario aplicar el amor duro. Momentos en los que el mal cobra impulso y hay que hacerle frente; momentos en los que hay que detener la acción violenta o abusiva. Pero también sé que, si permitimos que el odio o el miedo nos dominen, si permitimos que la ira o la animosidad nos dominen, acabarán con nuestras almas e incluso con nuestra humanidad.
Oremos: Oh Dios, luchamos contra la violencia y el sufrimiento que vemos a nuestro alrededor. Queremos responder. Queremos ayudar. Y queremos que quienes dañan a los inocentes sean llevados ante la justicia. Oramos para que tu Espíritu actúe de manera poderosa.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!