El Camino del Amor
El Evangelio de Lucas nos ofrece una imagen de Jesús en la cruz. Los líderes religiosos se burlaron: “A otros salvó; ¡Que se salve a sí mismo si es el Cristo de -Dios, el Escogido!” Uno de los soldados gritó: “¡Si eres el Rey de los Judíos, sálvate a ti mismo!” Y más tarde, uno de los criminales se burla de él: “¿No eres tú el Cristo? ¡Sálvate a ti mismo y a nosotros!”
La ironía es que, al aceptar el vía crucis, salvar es exactamente lo que está haciendo.
Imagínese, sólo por un minuto, si Jesús hubiera venido de otra manera. ¿Qué hubiera pasado si Jesús hubiera venido con un ejército y hubiera marchado a Jerusalén? ¿Y si hubiera entrado, limpiando la casa y aplastado a los romanos? Si lo que afirmamos acerca de Jesús es cierto, que él es el Hijo del Dios Todopoderoso, Crador de todo lo que existe, no hay duda de que podría haberlo hecho. ¿Puedes imaginarlo? Papá, ¿Qué tal un rayo?
Pero ¿Qué habría dicho eso acerca de Dios? Si la violencia y la fuerza pura fueran los caminos del Señor, ¿Qué significaría eso para nosotros? Si Jesús hubiera enseñado que la venganza y la dominación son la manera de hacer del mundo un lugar mejor, ¿Cómo viviríamos? ¿En qué se diferenciaría el modo de vida de los primeros Cristianos del modo de vida del Imperio Romano, que gobernaba por la fuerza? ¿En qué se habría diferenciado Jesús como salvador y rey del Cesar como salvador y rey?
Lo que vemos, en cambio, es una imagen muy diferente. Jesús nos muestra que el camino de Dios es el perdón; el camino de Dios es la humildad; el camino de Dios es el camino del amor. No sé ustedes, pero yo agradezco que Dios se acerque a nosotros de esta manera.
Oramos por la gracia de seguir a Jesús mientras él nos guía en este camino.
Oremos: Dios todopoderoso, te damos gracias porque tu poder y fortaleza se mueven en los caminos del amor. Concédenos mentes abiertas y corazones dóciles; en el nombre de Jesús. Amén.
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