Salmo 46
Uno de mis Salmos favoritos es el Salmo 46. Este Salmo ha sido leído durante siglos por las personas en tiempos de gran necesidad o crisis. Hoy, los invito a escuchar nuevamente el Salmo como un simple mensaje de esperanza y confianza. El Salmo 46 servirá como nuestro mensaje y oración.
Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia.
Por eso, no temeremos aunque se desmorone la tierra y las montañas se hundan en el fondo del mar; aunque rujan y se encrespen sus aguas, y ante su furia retiemblen los montes.
Hay un río cuyas corrientes alegran la ciudad de Dios, la santa habitación del Altísimo. Dios está en ella, la ciudad no caerá; al rayar el alba Dios le brindará su ayuda. Se agitan las naciones, se tambalean los reinos; Dios deja oír su voz, y la tierra se derrumba.
El Señor Todopoderoso está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob.
Vengan y vean los portentos del Señor…Ha puesto fin a las guerras en todos los confines de la tierra; ha quebrado los arcos, ha destrozado las lanzas, ha arrojado los carros al fuego.
“¡Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios! ¡Yo seré exaltado entre las naciones! ¡Yo seré enaltecido en la tierra!”
El Señor Todopoderoso está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob.
Amén.
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