Regresando a la Vida
Hace algún tiempo escuché al monje Benedictino, David Steindl-Rast, hablar sobre la palabra “espiritualidad”, una palabra que se ha vuelto bastante popular incluso fuera de los círculos religiosos tradicionales. Es, sin embargo, una palabra que pertenece a la tradición Cristiana. Proviene de la palabra del latín “spiritus” que significa “vida,” “alma,” “vitalidad.”
Steindl-Rast dijo que la espiritualidad y la gratitud están profundamente vinculadas. La verdadera espiritualidad es vitalidad en todos los niveles de la conciencia. Tiene que comenzar con nuestra vitalidad corporal, es decir, estar alerta y consciente de todo lo que nos rodea. Él continuó diciendo: “Pero, por supuesto, cuando decimos “espiritualidad”, también nos referimos a la vitalidad para los demás, la vivacidad para nuestra confrontación con ese gran misterio divino al que nos enfrentamos como seres humanos, y del que podemos apartar la mirada, u olvidar, o no tener ninguna reacción. Cobramos vida ante ello. Y todo esto cobra vida – eso es la espiritualidad. Y lo que la ciencia ha descubierto es que cuando las personas están agradecidas, cobran vida.
En este Día de Acción de Gracias, oro para que puedas hacer una pausa aunque sea por unos minutos. Prueba la teoría del monje Benedictino. Toma consciencia de todo lo que te rodea, la belleza de la creación, la abundancia de vida, y los dones básicos de refugio y sustento. Trae a tu mente a aquellos con quienes compartes conexiones, aquellos a quienes amas y aquellos que te aman. Mantenlos en tu mente por un momento. Espera 15 segundos completos para absorberlo por completo – (esa es la ciencia). Deléitate. Déjalo empapar y da gracias. Y al hacerlo, que te sientas vivo tanto por el regalo como por el Dador.
Oremos: Hemos reservado este día, Oh Dios, para recordar tu abundante provisión, tu bondad y gracia. Cuando nuestros ojos y corazones están abiertos, no podemos dejar de notar tu mano en acción, tu bondad amorosa, tu presencia y tu amor.
Hoy, alzamos especialmente a las personas que tienen hambre, a las que no tienen hogar, y a otros que están lejos de sus seres queridos. Que descubran tu compasión y misericordia – incluso en medio de tiempos difíciles e incluso a través de personas que tal vez no conozcan bien.
Por gratitud, te damos nuestro corazón y nuestra vida. Utilízanos en los días y semanas venideras para bendecir a otros y, al hacerlo, bendecirte a ti. Grande es tu fidelidad, Oh Señor nuestro Padre. ¡Grande es tu fidelidad, Señor, para con nosotros! En el nombre de Jesús. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!