Todos los Hijos de Dios

Hoy quiero ofrecer algo un poco diferente. Tal y como lo he hecho durante los últimos dos días, quiero compartir con ustedes una meditación guiada como nuestro mensaje y oración. (Mañana volveremos a nuestro estilo de mensaje más habitual.) Cuando tengas tiempo, te animo a que juntes estos tres mensajes para hacer una oración completa.

Hoy vamos a llevar esto un paso más allá.

Te invito a leer esto lentamente. Cierra los ojos tanto como puedas y lleva la oración a tu corazón. Comience respirando profundamente un par de veces. Inhala el Espíritu de Dios, exhale. Respira el Espíritu de Dios. Exhale…

El Apóstol Pablo escribió una vez a su joven amigo y colega Timoteo (Capítulo 2, versículo 1): “Así que, erecomiendo, ante todo, que se hagan plegarías, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos…”

Por todos.

Te invito hoy a tener en tu mente a más de una persona. Imagínese a personas en todo el mundo…personas sin poder, tal vez viviendo en las calles, en campos de refugiados, aquellos en prisiones…(haz una pausa por unos momentos) Y reúna con ellos a personas con gran poder…a quienes les puede importar o no…Reúne con ellos, personas que amas, tu familia y amigos, y con ellos a personas que nadie ama…

Y oramos por todos los hijos de Dios.

Dios misericordioso, así como yo deseo ser protegido, ellos también desean ser protegidos. Así como yo deseo ser feliz, así ellos también desean ser felices…Así como yo deseo estar sano, así ellos también desean estar sanos…Así como yo deseo tener paz, así ellos también desean tener paz.

Que todos estos, tus hijos, Oh Dios, estén a salvo…Que sean felices…Que estén sanos…Que estén llenos de paz…(Háblales directamente) Que estén a salvo…Que sean felices…Que estén sano…Que te llenes de paz…

Te ofrecemos estas nuestras oraciones hoy, con toda humildad y esperanza, en el nombre de Jesús. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!