Oraciones de Aliento
Puede ser que recuerdes la historia sobre una madre haciendo panqueques para sus dos hijos, de 4 y 6 años. Los muchachos comenzaron a discutir sobre quién obtendría el primer panqueque. Su madre vio la oportunidad de una pequeña lección Cristiana. “Si Jesús estuviera sentado aquí, él diría: “Deja que mi hermano tenga el primer panqueque, yo puedo esperar.” Así que el hermano mayor miró al hermano menor y le dijo: “¡OKEY Ryan, tú sé Jesús!”
¿No es así la forma en que funciona? Los domingos, cuando estamos en la iglesia y estamos inspirados y todos juntos, es una cosa. Pero cuando volvemos al mundo, en medio de la presión del trabajo y la escuela, y las relaciones problemáticas, la naturaleza humana toma el control. Se vuelve mucho más difícil aceptar esta hermosa forma de vida que Dios nos ha ofrecido.
En su libro Soul Feast (Fiesta del Alma), Marjory Thompson escribió sobre una antigua práctica llamada “Oración de Aliento.” Esta es una oración muy simple de pocas palabras que se puede orar regularmente a lo largo del día. Cuando te enfrentas a los desafíos de la vida cotidiana, puede ayudar a volver a centrar y restablecer el equilibrio. En el idioma hebreo, las palabras aliento y espíritu son la misma palabra. Si practicas esto con suficiente frecuencia, se convierte casi en una segunda forma natural de respirar, invitando al Espíritu a llenarte con cada respiración.
Aquí hay unos ejemplos:
Señor Jesucristo, ten piedad de mí.
Señor, concédeme tu paz.
Enséñame paciencia, Dios Misericordioso.
Dame fuerzas, Oh Cristo
¡Ven Señor Jesús!
Puedes escribir el tuyo propio, o puedes utilizar las sagradas escrituras o versos de himnos de la misma manera. La idea es que a medida que repites tu oración a lo largo del tiempo, te vuelves cada vez más consciente de que la paz, la fuerza y la presencia de Dios están tan cerca de ti como tu próximo aliento.
Oremos: Dios Santo, en medio de los días ocupados y, a veces, solitarios, te pedimos que te reúnas con nosotros. Reúnete con nosotros en momentos tranquilos y en situaciones estresantes, en consultorios médicos y en la escuela; en salas de juntas y estaciones de trabajo; en el tráfico y en salidas divertidas con amigos. Quédate aquí con nosotros – incluso ahora. Lo pedimos en nombre de Jesús. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!