Un Niño Pequeño los Guiará
Hace algún tiempo, escuché una historia que se remonta a la década de 1960. Una estudiante de primer grado fue a su primer día de clases a una escuela, que recién aplicaba su política de integración racial, en la cúspide de la desegregación. En el primer día, su mamá, que estaba bastante ansiosa, al final del día, se encontró con su hija en la puerta para preguntar: “¿Cómo fue todo, cariño?” “Oh, madre, ¿Sabes qué? Una pequeña niña de raza negra se sentó a mi lado.” Su mamá sabía que esta era una nueva experiencia para la niña y no sabía cómo debía responder a ella. Finalmente, ella preguntó: “Bueno, ¿Qué pasó?” Y la pequeña niña respondió: “Oh, mami, ambas estábamos tan asustadas que nos tomamos de las manos todo el día.”
En un intento de describir la venida de la redención y la sanidad de Dios, el profeta Isaías escribió: “El lobo vivirá con el cordero, el leopardo se echará con el cabrito, y juntos andarán el ternero y el cachorro de león, y un niño pequeño los guiará.”
Qué hermosa imagen de reconciliación.
En nuestra época, hemos recorrido un largo camino en términos de relaciones raciales. Desafortunadamente, al mismo tiempo, está muy claro que todavía tenemos un largo camino por recorrer.
Como está escrito en el libro de Gálatas (3:28): “Ya no hay Judío ni Griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús.”
En el libro de Apocalipsis, Juan ve una muestra del cielo. En el cielo, los ancianos y los seres celestiales cantan una nueva canción al Señor:
“Digno eres de recibir el rollo escrito y de romper sus sellos, porque fuiste sacrificado, y con tu sangre compraste para Dios gente de toda raza, pueblo y nación. De ellos hiciste un reino; los hiciste sacerdotes al servicio de nuestro Dios, y reinarán sobre la tierra.”
Oremos: Te damos gracias, Oh Dios, por tu sacrificio. Gracias por redimirnos, por incluirnos, y por llamarnos a ser parte de tu familia aquí en la tierra. Te agradecemos por la sanación y la reconciliación que está ocurriendo incluso ahora. Queremos ser parte de ello, por lo que oramos para que continúes obrando tu gracia de sanación en nosotros y a través de nosotros. Que podamos ser instrumentos de tu gracia como miembros de tu familia ahora – y en la vida venidera. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!