Que la Gracia y Paz Sean con Todos Ustedes
El Apóstol Pablo consistentemente abre sus cartas con estas palabras:
Que Dios nuestro padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia y paz.
La palabra Gracia proviene de la palabra griega Charis, significa don de Dios. Nuestro Pastor Asociado Bob Smith, hace algún tiempo, compartió con nosotros que su mentor espiritual definió gracias como el amor inmerecido e indestructible de Dios. Otros eruditos nos dicen que la palabra se puede traducir en: alegría, don de Dios, aceptación, favor de Dios. Otra definición: un favor de Dios realizado sin ninguna expectativa de beneficio propio en un futuro
¡Guau!
La palabra paz proviene de la palabra Hebrea Shalom – armonía – tranquilidad. La palabra griega, de donde proviene la palabra paz, es Eirene – que significa todo tipo de bien. Alegría, aceptación, amor incondicional y el bienestar total de la vida de la persona.
El autor y pastor Rob Bell señala que dicho saludo fue utilizado en cada carta por alguien que había pasado un tiempo considerable en prisión, incluso encadenado. Este saludo, esta bendición, esta forma profunda de ser la ofreció alguien que a menudo se vio privado de las necesidades básicas de la vida, alguien que había naufragado, apedreado, golpeado y sabía que eventualmente lo matarían. Incluso en medio de grandes dificultades, hubo una concentración y una ofrenda de gracia y paz.
Y para Pablo, la gracia y la paz no eran solo para aquellos que estaban cerca de él. Muchos en sus congregaciones lo habían lastimado; le habían hecho mal.
Bell plantea la pregunta: “¿Cómo sería estar tan arraigados y cimentados en la gracia y la paz que pudiéramos perdonar a las personas que pudieron habernos hecho daño, engañarnos, apuñalarnos por la espalda? ¿Cómo sería ser personas tan empapadas de gracia y paz que pudiéramos extender estos dones incluso a aquellos que más nos han roto el corazón? ¿Cómo se sentiría poder dejar ir las cosas?”
No sé ustedes, pero yo necesito gracia y paz en mi vida.
Cuando Pablo comienza sus cartas con el saludo: “Que Dios nuestro padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia y paz,” él está recordando a su pueblo sólo lo que ya han recibido de Cristo, lo que todos hemos recibido. Y también les está recordando que estos son los mismos dones que también tienen para compartir entre ellos y con el mundo. Es el fundamento de todos y cada una de las letras.
Gracia y paz a cada uno de ustedes en este día.
Oremos: Gracias, Oh Dios, por tu aceptación, alegría, favor inmerecido, amor indesmentible y bienestar. Que estos, tus dones, se derramen sobre nosotros y fluyan a través de nosotros. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!