Incluso a Través del Valle más Oscuro…
Recuerdo que hace varios años leí acerca de un periquito llamado Chippie. ¡Chippie estaba en problemas! Los problemas comenzaron para Chippie cuando su dueño decidió limpiar la jaula de Chippie con una aspiradora. Ella retiró el accesorio del extremo de la manguera y lo metió en la jaula. Mientras lo hacía, sonó el teléfono, y ella se dio la vuelta para atenderlo. Ella apenas había dicho “hola” cuando “¡uuuush!” Chippie fue succionado.
La dueña del ave se quedó sin aliento, dejó caer el teléfono, apagó la aspiradora y abrió la bolsa. Afortunadamente, Chippie todavía estaba vivo, pero aturdido.
Como el ave estaba cubierta de polvo, pelo y todas las cosas que encuentras en una bolsa para polvo, ella lo agarró y corrió al baño, abrió el grifo del agua y mantuvo a Chippie debajo del agua que fluía. Luego, cuando se dio cuenta de que Chippie estaba empapado y temblando, hizo lo que cualquier dueño de aves compasivo haría…Alcanzó el secador de pelo y sacudió a la mascota con aire caliente. El pobre Chippie nunca supo qué le golpeó.
Unos días después del trauma, un amigo que había oído hablar de los problemas de Chippie llamó para ver cómo se estaba recuperando. “Bueno,” respondió su dueña: “Chippie ya no canta mucho – solo se sienta y mira fijamente.”
¿Quién podría culparlo?
Me pregunto si alguna vez te has sentido así – succionado, lavado, y sopleteado. Si lo has experimentado, no estás solo.
En el Salmo 138, David ora: “Aunque pase yo por grandes angustias…” Esto es un eco del Salmo 23: “Aun si voy por valles tenebrosos…”
Los Salmos del corazón de nuestra Biblia son un recordatorio de que incluso los fieles tendrán que caminar en medio de las angustias – incluso los fieles enfrentan pruebas y tribulaciones y tienen enemigos. Incluso los fieles tendrán días en que se sentirán succionados, lavados y sopleteados.
Sin embargo, incluso en medio de todo esto, ambos Salmos también hacen algunas afirmaciones de fe poderosas.
Del Salmo 138: “Aunque pase yo por grandes angustias, tú me darás vida. Cuando te llamé, me respondiste. Contra el furor de mis enemigos extenderás la mano: ¡tu mano derecha me pondrá a salvo!”
Y, por supuesto, del Salmo 23: “Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado; tu vara de pastor me reconforta…”
Mi oración para ti hoy es que cuando estés en ese lugar oscuro, que puedas confiar en que Dios camina contigo. Si lo llamas, él te contestará y te cuidará.
Oremos: Hoy oramos especialmente por aquellos que se sienten como si hubieran pasado por el exprimidor. Asegúrales tu presencia con ellos y entrégales una nueva canción en sus corazones. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!
