Una Mejor Manera
En su libro, Everybody’s Normal Until You Get to Know Them (Todos Son Normales Hasta que los Llegas a Conocer), el pastor John Ortberg escribe sobre los puercoespines. Él señala que los puercoespines tienen alrededor de 30,000 púas conectadas a sus cuerpos. Cada púa puede introducirse en un enemigo, y el calor del cuerpo del enemigo hará que la púa microscópica se expanda y se incruste más firmemente. Las heridas pueden infectarse; los más peligrosos, que afectan los órganos vitales, pueden ser fatales.
El puercoespín no es generalmente considerado como un animal adorable, continúa diciendo Ortberg. “Como regla general, los puercoespines tienen dos métodos para manejar las relaciones: Retirada o ataque. Ellos, al sentirse bajo riesgo, se dirigen hacia un árbol o sacan sus púas. En general son animales solitarios.
Las personas pueden ser un poco como los puercoespines, ¿verdad que podemos? Incluso en las relaciones más cercanas, podemos encontrarnos en el modo de retirada o ataque. Y podemos hacernos daño el uno al otro.
En su carta a los Filipenses, el Apóstol Pablo nos ofrece un camino mejor. Él escribe:
“No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. Cada uno debe velar no sólo por sus propios intereses sino también por los intereses de los demás. La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús…”
El consejo de Pablo puede ser difícil de recordar día tras día. Y, aún más difícil de vivirlo. Pero imagina cómo florecerían nuestras relaciones si pudiéramos seguirlas más a menudo.
Oremos: Dios bondadoso, ayúdanos a deshacernos de nuestras púas, y a actuar menos como el puercoespín. En cambio, que crezcamos más y más a la imagen de tu Hijo en cuyo nombre oramos. Amén.
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