Que la Gracia Pueda Abundar
En una vieja tira cómica de Peanuts, Lucy contesta el teléfono. Era Charlie Brown llamando al hermano de Lucy. Ella llamó a Linus para que atendiera el teléfono, pero él se niega a hablarle. “No voy a hablarle. Él insultó mis creencias,” Linus se queja. “¡No le hablaré a nadie que no crea en la Gran Calabaza!” Lucy responde, “Buena suerte con todo el mundo!”
¡Lucy tiene razón! Si insistimos en que todos crean como nosotros, vamos a tender dificultades con todo el mundo. El orgullo en efecto tiene una forma de herir nuestras relaciones con los demás – incluso con las personas a las que amamos.
Ahora bien, eso no quiere decir que no debamos tener convicciones profundas. Deberíamos. Y por supuesto, habrá momentos en los que no estemos de acuerdo e incluso discutir nuestro punto de vista con los demás. Pero, si tratamos de dominar cada conversación, o imponernos a las personas con nuestro punto de vista, o como Linus, excluimos a los que no comparten nuestro punto de vista, entonces sólo nos estaríamos aislando a nosotros mismos.
Hay un antiguo refrán rabínico, “No hay lugar para Dios en alguien que está lleno de sí mismo.”
Por otro lado, si somos capaces de escuchar a aquellos con quienes no estamos de acuerdo, y si somos capaces de tratarlos con amor y respeto, entonces estamos haciendo espacio para que nuestras relaciones florezcan. También hacemos espacio para que el Espíritu de Dios se mueva, y nuestra experiencia del mundo que nos rodea se vuelve un poco más llena de gracia y amor.
Oremos: Dios de amor, nos damos cuenta de que no podemos hacer las cosas por nuestra propia cuenta por mucho tiempo en la vida. Necesitamos a otras personas. Necesitamos amigos. El día de hoy, Oh Dios, oramos por la sanación en nuestras relaciones. En donde nuestro orgullo ha sido destructivo, ayúdanos a enmendar nuestros errores. Concédenos una perspectiva de humildad para que tu gracia pueda abundar. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!