Una Vida en donde Enfrentamos los Problemas…
Patsy Clairmont, autora del libro “God Uses Cracked Pots” (Dios Utiliza Ollas Agrietadas), cuenta la historia sobre su hijo menor Jason. En un resplandeciente día de otoño, fue enviado a esperar el autobús. Sin embargo, sólo unos momentos después tocaron la puerta. Cuando Patsy abrió la puerta, allí estaba Jason, mirándola con su mochila y su lonchera que la arrastraba en el suelo.
Patsy lo cuestionó, “¿Qué estás haciendo aquí?” Él le respondió valientemente, “He renunciado a la escuela.” “¿Renunciado a la escuela?” ella preguntó.
A medida que ella miraba a su hijo con incredulidad, ella trató de pensar en alguna sabiduría maternal – pero todo lo que vino a su mente en ese momento fue: “Una puntada a tiempo evita tener que hacer nueve puntadas” y “Descuida el resfriado y alimentarás una fiebre”. No parecían encajar en la ocasión, así que ella preguntó: “¿Por qué has dejado la escuela?” Sin dudarlo, Jason dijo: “Esta demasiado lejos, es demasiado difícil y es muy aburrido”. Esta vez ella estaba a la altura del reto. Ella respondió: “Acabas de describir lo que es la vida. “¡Sube al autobús!”
De hecho, a veces la vida es difícil. A veces se siente aburrido o lejos. Y a veces necesitamos simplemente resistirlo. Como Cristianos, no se nos promete que Dios quitará las dificultades y el sufrimiento de la vida. Sin embargo, tampoco nos deja solos ni estamos sin recursos. Dios ha prometido estar con nosotros y fortalecernos. Y Dios nos llama a una comunidad de fe donde otros nos rodean con su amor y cuidados.
El académico y Ministro William Barclay escribió una vez:
“El cristianismo nunca tuvo la intención de retirar a un hombre de la vida; estaba destinado a equiparlo mejor para la vida…el Cristianismo no nos ofrece una vida en la que los problemas puedan ser eludidos y evadidos; nos ofrece una vida en la que los problemas se enfrentan y son conquistados…”
No importa lo desafiante que parezca la vida, que puedas reconocer que no tienes que caminar solo.
Oremos: Dios de amor, te damos las gracias por tu presencia permanente con nosotros – incluso a través de los valles más oscuros de la vida. Ayúdanos a conectarnos profundamente con otras personas de fe – personas que nos amarán, nos retarán, y caminarán con nosotros. Concédenos tu fuerza y valor; lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!
