Caminos
Billy Graham solía contar una historia de algo que le sucedió al principio de su ministerio. Acababa de llegar a un pequeño pueblo, y había sido invitado a predicar en un servicio de avivamiento nocturno. Graham tenía algunas cartas que enviar, así que le preguntó a un niño si podía indicarle el camino a la oficina de correos. El joven le dio la dirección. Graham le dio las gracias y se dirigió hacia la oficina postal. Pero luego, impulsivamente, dio la vuelta hacia el joven y dijo: “Si vienes a la iglesia, esta noche, puedes oírme decirles a todos cómo llegar al cielo.” “No creo que esté allí,” dijo el niño. “¡Ni siquiera conoces el camino a la oficina de correos!”
Hay momentos, a lo largo del camino de la vida, en los que nos perdemos. O nos sentimos perdidos…Y es en dichos momentos que la base de la fe que hemos establecido marca la diferencia.
El profeta Jeremías escribió: “Deténganse en los caminos y miren; pregunten por los senderos antiguos, pregunten por el buen camino, y no se aparten de él. Así hallarán el descanso anhelado.”
La mayoría de los eruditos creen que Jeremías se refería a Los Antiguos Caminos de la Torá, las escrituras centrales de su época. Había una profunda creencia de que Dios había establecido una forma de vida que conduciría a la plenitud y la paz, no solo para el alma individual, sino también para el alma de la comunidad…
El poeta y filósofo John O´Donahue lo expresó de esta manera: “Siempre he pensado que la tradición es para la comunidad lo que la memoria es para el individuo. Y si pierdes la memoria, y te despiertas por la mañana, no sabrás dónde estás, quién eres, en qué terreno estás parado. Y si pierdes tu tradición, es lo mismo.”
Cuando te encuentres en esos momentos de encrucijadas, que puedas dirigirte a un buen camino en el que otros han andado durante mucho tiempo. Que haya compañeros y guías a lo largo del camino de la vida. Y que Dios conceda plenitud y paz y descanso para tu alma.
Oremos: Ciertamente hay momentos en que nos sentimos perdidos, Oh Dios. Otras veces nos sentimos perdidos cuando nos enfrentamos a decisiones difíciles. Te damos gracias por aquellos que nos han precedido en la fe, cuyas mismas vidas nos señalan un camino. Sánanos con tu presencia, y camina con nosotros a lo largo del viaje de la vida. Amén.
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