Preguntas Sin Respuestas

Preguntas Sin Respuestas

Me gusta la historia del niño que se acercó a su padre y le preguntó: “Papá, ¿Quién hizo a Dios?” El padre, absorbido en el periódico de la tarde, respondió, “Que sé yo, hijo.” El niño no se desanimaría. “Papá, ¿Por qué la tierra es redonda?” El padre respondió: “No sé, hijo.” El pequeño jugó por un minuto y luego preguntó: “Papá, ¿hay vida en otros planetas?” El padre respondió pacientemente: “Nadie sabe la respuesta a eso.” Finalmente, el niño le preguntó a su padre: “Papá, ¿Te molesta que te haga todas estas preguntas?” El padre dejó su periódico: “Por qué, de ninguna manera hijo,” él dijo, “¿De qué otra forma vas a aprender?”

La historia es divertida. Y las preguntas son parte importante de la vida, para obtener conocimiento y sabiduría. Pero también es cierto que parte de lo que tenemos que aprender es que hay preguntas para las que no hay respuestas. 

“¿Por qué ella se enfermó?” 

“soy una buena persona, ¿Cómo me sucedió esto?” 

“¿Qué significa todo esto?”

A medida que avanzamos por la vida nos enfrentamos a límites de lo que podemos saber. Nos encontramos cara a cara con un profundo misterio. Ante tales preguntas sin respuestas, tenemos una opción. Podemos volvernos cínicos o amargados. O podemos tener fe.

Podemos tener fe en que Dios es amoroso y misericordioso, indulgente y lleno de gracia. Podemos tener fe en que hay cosas que rompen el corazón de Dios. Podemos tener fe en que incluso ahora Dios está obrando para redimir y restaurar.

Esta es la fe que ha resistido la prueba del tiempo. Se ha confiado y vivido por millones y millones de personas, transmitido de generación en generación.

Incluso con todos nuestros límites humanos, el Apóstol Pablo nos deja esta esperanza: “Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido. 

Oremos: Dios eterno, Tú eres santo y tú eres misterio. Y, sin embargo, tú eres amoroso y tan cercano como nuestro próximo aliento. No podemos pretender entender siempre porque las cosas suceden de la manera que lo hacen. No podemos pretender tener siempre todas las respuestas. Siendo humanos, pedimos perspicacia – pero sobre todo pedimos tu gracia y paz. Danos la fe y el valor que necesitamos para enfrentar los momentos difíciles – confiando en que estás con nosotros incluso ahora. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

Daily Message Author: Joe Albright

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