Se ha Cumplido…
Al comienzo de su ministerio, Marcos nos dice: “Jesús se fue a Galilea a anunciar las buenas nuevas de Dios, y dijo: Se ha cumplido el tiempo y el reino de Dios está cerca…”
No usamos mucho la palabra reino en estos días…a menos que te gusten las películas de princesas de Disney – películas que estuvieron presente en nuestra familia por muchos años. Pero, habría sido un concepto muy familiar para aquellos de los días de Jesús…La palabra griega es “Basileia” que significa, el gobierno personal y la presencia del rey.
En Israel, se anhelaba este reino. Se esperaba que Dios envíe un Mesías (o Rey) que marcaría el comienzo de una nueva era sin precedentes de bendición, paz y alegría. Podrías pensar en ello como un lugar y un momento en que no habrá más niños hambrientos en nuestras comunidades; no más violencia; no más adicciones destructivas; no más relaciones quebrantadas, no más guerra.
Jesús dijo: este nuevo reino, esta nueva era, este reino de los cielos está cerca…
Ahora, la palabra que utiliza Jesús para “se ha cumplido”, o “está cerca”, pueden significar tanto “ya” , o “todavía no”. Entonces, ¿Qué quiso decir Jesús? Bueno, él no lo resuelve por nosotros. Pero, hay instancias en la Biblia, y en la vida, donde tenemos la sensación de que ya ha comenzado. Obtenemos estos destellos…
Recuerdo que hace varios años estando en una ceremonia de inauguración de una casa de Hábitat. Recuerdo mirar la casa, pensando en el trabajo de amor entre la comunidad y la joven que iba a habitar dicha casa. (Horas y horas de trabajo). Nos enteramos de que ella sería la primera en su familia, en generaciones, en tener su propia casa. Y yo estaba justo al frente – tan cerca que pude ver las lágrimas corriendo por su rostro mientras le entregaban las llaves…
Era solo un destello del reino. Lo que me hace preguntarme dónde has visto destellos tú mismo…Si bien el reino aún no está aquí en su plenitud, oro para que prestes atención a dónde lo ves irrumpir, aquí y ahora. Que estos destellos te den esperanza. Y, que sean una invitación para unirte.
Oremos: Dios Santo, acércanos más. Renuévanos y sánanos. Y, luego concédenos ojos para ver y corazones para seguir. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
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