La Más Excelente de Ellas es el Amor
¡Feliz día de San Valentín!
Es interesante, no sabemos mucho sobre el verdadero San Valentín. Solo sabemos que era un sacerdote o un obispo que se sabía que cuidaba de los Cristianos y que finalmente fue martirizado en algún lugar alrededor del año 250. Eso es en esencia lo que se conoce.
Bueno, debo agregar que también sabemos que, desde finales de la edad media, su Día de Fiesta, que es hoy, se ha asociado con el amor. Y que además resulta ser el patrón de la epilepsia. No estoy muy seguro de la conexión allí…
Pero si es cierto sobre San Valentín, su amor por Cristo que lo llevó a servir desinteresadamente y, en última instancia, a dar su vida por su fe, entonces el enfoque es apropiado. Y es especialmente apropiado para nosotros, ya que este es el tipo de amor que ha definido durante mucho tiempo la vida Cristiana.
El Apóstol Pablo escribiendo a una iglesia muy contenciosa lo expresó así:
Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Si tengo don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso.
Y luego, Pablo añade estas hermosas palabras:
El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue.
Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.
El gran pastor y autor William Sloane Coffin escribió una vez: “Mientras Abraham vivió hasta una vejez madura, Jesús murió joven. “¿Pero no nos demostraron ambos que es por su contenido más que por su duración que se mide la vida? El amor y tu persona son un éxito, ya sea o no que el mundo piense así. El propósito más sublime del Cristianismo…es amar.”
Oremos: Dios Santísimo, hoy recordamos que amaste tanto al mundo que diste a tu único hijo. Nos regocijamos en tu amor por nosotros – un amor que caminó por esta tierra, que tocó y sintió dolor humano, que finalmente destruyó el poder del pecado y la muerte. Respondemos por amarte a ti y amando a nuestros vecinos; por medio de Jesucristo. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!