Santa Risa

Santa Risa

Una vez escuché una historia divertida sobre el gran boxeador Mohammed Ali. Justo antes de despegar en un vuelo de una línea aérea, la azafata le recordó a Ali que se abrochara el cinturón. “Superman no necesita cinturón de seguridad,” respondió. Superman tampoco necesita un avión,” replicó la azafata. Ali se abrochó el cinturón.

¡Un poco de humor ayuda mucho!

Los estudios también muestran que los ataques de risa pueden estimular el sistema inmunológico, relaja los músculos, ayuda a la circulación, y protege contra enfermedades del corazón. La risa también puede reducir la ansiedad, mejora el estado de ánimo, fomenta la resiliencia y nos ayuda en momentos estresantes. He escuchado decir que la risa es un botón de reinicio para el alma. Ethel Barrymore dijo: “Creces cuando te ríes fuertemente por primera vez…de ti mismo.”

Aquí hay algo más. El buen humor y la fe están conectados. Reinhold Neiburh, uno de los grandes teólogos del siglo XX, lo explicó así:

“El humor se ocupa de las incongruencia inmediatas de la vida, y la fe de las fundamentales…La risa es nuestra reacción ante las incongruencias inmediatas y a las que no nos afectan esencialmente. La fe es la única respuesta posible a las incongruencias fundamentales de la existencia que amenazan el sentido mismo de la vida…El humor es, de hecho, un preludio de la fe; y la risa es el principio de la oración.”

Estando en edad avanzada, le dijeron a Sara que concebiría y daría a luz a un niño, ella se rio. (Genesis 18) Pero hay más.

El Reverendo King Duncan escribió una vez: “Escuche la risa que se puede escuchar desde el mismo momento de la creación – desde el primer movimiento del Espíritu sobre las aguas de las profundidades, el primer estallido de luz, el primer llanto de bebé y la palabra de Dios que es infinitamente buena. Escucha los sonidos de la alegría que superan los gritos de miedo. Escucha los ecos de esperanza que se pueden escuchar incluso frente al desánimo, la duda y la desesperación. Escucha la risa del Salvador resonando desde una tumba vacía que dice: “Les he dicho esto para que tengan mi alegría y así su alegría sea completa. Escucha…” 

Yo no sé las dificultades que puedas estar enfrentando; qué cargas podrías estar llevando; qué promesas de Dios podrías querer aceptar – pero que por alguna razón no puedas. Pero oro para que, al igual que Sara, puedas enfrentarlos con una risa.

Oremos: Dios Santísimo, Abre nuestros corazones al gozo que prometiste para que, incluso en los momentos más oscuros, podamos reír con las personas de fe a lo largo de los siglos. Que unamos nuestra risa con la risa de la muerte que fue vencida por la resurrección y la vida nueva. Y mientras lo hacemos, Oh Dios, que podamos reconocer que, aunque la oscuridad todavía existe, esta es vencida con la luz. Y que dicha gracia y risa y alegría nos inspiren de nuevo. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

Daily Message Author: Joe Albright

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