Con los Ojos de Cristo
Hace algún tiempo, escuché una gran historia sobre la Escuela de Teología de St. Paul en Kansas City. En ese momento, buscaban contratar a un nuevo presidente y tenían más de cien candidatos para el puesto. El comité de contratación redujo la lista a cinco personas extremadamente calificadas. Entonces a alguien se le ocurrió una idea brillante. Decidieron enviar a una persona a cada una de las instituciones donde los cinco finalistas estaban laborando actualmente. Discretamente, ¡entrevistarían al conserje en cada lugar solicitándole su opinión sobre la persona que buscaba el puesto de presidente! De hecho, el comité de contratación llevo a cabo la tarea. Y, efectivamente, ¡un conserje hizo una valoración tan brillante de uno de los candidatos que fue seleccionado como el próximo Presidente de la Escuela de Teología de St. Paul!
Pensé que eso era simplemente hermoso. Alguien en dicho comité de contratación entendió que una fe profunda en Cristo transformaría todas las relaciones de una persona. Él o Ella ya no se relacionaban con los demás de acuerdo con la cantidad de dinero que ganan, o la cantidad de poder que tienen o el prestigio que tienen. No. Tratan a los conserjes y presidentes con igual respeto y dignidad.
En la Segunda Carta a los Corintios, capítulo 5, Pablo escribe: “El amor de Cristo nos obliga, porque estamos convencidos de que uno murió por todos, y por consiguiente todos murieron. Y él murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió por ellos y fue resucitado. Así que, de ahora en adelante, no consideramos a nadie según criterios meramente humanos…”
Que tú y yo no consideramos a nadie desde un punto de vista humano – sino con los ojos de Cristo. Y, recordemos que todas y cada una de las personas son hijos de Dios y dignas de nuestro respeto y amor.
Oremos: Te agradecemos, Oh Dios, que tu amor por nosotros es incondicional. Ayúdanos a compartir ese mismo tipo de amor con un mundo desesperadamente necesitado. Lávanos con tu gracia y danos ojos para ver el alma debajo de la superficie de los que nos rodean y la belleza y la fuerza interna. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!