Jesús Toma Todo lo que Traemos
La escritora, Lauren Winner, relata que, en la Edad Media, una mujer mística llamada Mechthild escribió sobre una visión que tuvo. En la visión, Jesús le pide que ponga en su mano izquierda todos sus “dolores y adversidades” para que sean endulzadas por la unión con él – igual como una miga de pan mojada en miel toma la fragancia de la miel.
Esta es una imagen inversa de la comunión. Por lo general, en la comunión, nos acercamos a Cristo abriendo nuestras manos para recibir el pan y la copa…en la visión de Mechthild, nos acercamos a Cristo y encontramos la mano de Cristo abierta para con nosotros.
Creo que hay algo en eso.
Juan nos dice al final de su evangelio, que Jesús después de resucitar de entre los muertos, se encontró con sus discípulos en la playa. Él tomó un poco de pan e invitó a los discípulos a traer el pescado que acababan de pescar. Aunque él tenía su propio pescado que ya se estaba asando en la parrilla, él los invitó a traer su propio pescado también. Él toma todo lo que traemos a la mesa. Esto es cierto ya sea en una mesa en la iglesia o una mesa en la playa o una mesa en casa.
Jesús tomó el pan. Y lo bendijo. Y se los dio a ellos…
Cristo es el dador de todos los buenos regalos: El regalo de nuestra familia y amigos, la comida que comemos, el pan que partimos, el aire que respiramos, y las manos que sostenemos alrededor de una mesa…
Jesús toma todo lo que llevamos a la mesa. Él recoge nuestras adversidades y dolores, la alegría y las penas, las risas y las lágrimas…y él la bendice. Él está con nosotros en el quebrantamiento y en las rupturas. Y se entrega a sí mismo…
Que llegues a ver la mesa como una especie de altar. Y que recuerdes que el tiempo que pases en la mesa, ya sea solo, o con familiares y amigos, es tiempo que pasa en la presencia de Cristo. Que le ofrezcas, todo lo que suceda alrededor de tus mesas, confiando que, en dicha ofrenda, hay bendición y gracia…
Oremos tal y como oramos ayer: Ven, Señor Jesús, sé nuestro huésped, en nuestros hogares e iglesias y alrededor de nuestras mesas. Y abre nuestros ojos a tu presencia, incluso aquí, incluso ahora. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!