Despojémonos de toda Carga…

El mensaje de hoy fue escrito por mi amigo Roger Kunkel, q.e.p.d., Fundador de Dial Hope.

En la novela de Jules Vernes, La Isla Misteriosa, escribe sobre cinco hombres que escaparon de un campo de prisioneros de la Guerra Civil apoderándose de un globo de aire caliente. A medida que se elevaban en el aire se dan cuenta de que el viento los estaba llevando sobre el océano. A medida que pasaban las horas y se acercaban a la superficie del océano, los hombres deciden que deben arrojar parte del peso por la borda porque no tenían ninguna forma de calentar el aire en el globo. Los zapatos, los abrigos, y las armas son desechadas a regañadientes, y los incómodos aviadores sintieron que su globo se elevaba. Pero cuando se encontraron, nuevamente, peligrosamente cerca de las olas, arrojaron la comida por la borda y luego cortaron la canasta debajo de ellos y ahora solo se sentaban en las cuerdas que sostenía la cesta. Nuevamente, con menos peso, el globo se elevó otra vez. Ni un minuto antes, ven tierra. Los cinco saltaron al agua y nadaron hacia la isla.

Estaban vivos porque pudieron discernir la diferencia entre lo que realmente se necesitaba y lo que no. Las “necesidades” sin las que pensaban que no podían vivir eran las mismas cargas que casi les costaron la vida.

Amigos de Dial Hope (Digita Esperanza), ¿Tienes algunas cosas que podrían estar limitándote? ¿Cómo sería tu vida sin ellos? Si los eliminaras, ¿Tendrías más tiempo para las cosas en tu vida que realmente importan? La Biblia nos instruye: “Despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia…” (Hebreos 12:1).

Oremos: Dios cariñoso, cuánto necesitamos la seguridad de tu presencia y ayuda. Estamos cansados y desanimados. Nos sentimos abrumados por las cargas de la vida. Así que inscribe en nuestros corazones las palabras de tu profeta: Dios fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas del débil. Aun los jóvenes se cansan, se fatigan, y los muchachos tropiezan y caen; pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán. Conscientes de esta promesa, ahora podemos dar la bienvenida a este día y convertirlo en una obra maestra. En el nombre de Jesús. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!