Perdón
En uno de sus sermones, el pastor Scott Hoezee contó sobre un interesante estudio sobre el perdón realizado por la Fundación Templeton en cooperación con la Universidad de Michigan y el Instituto Nacional de Salud Mental. Según el estudio, el 75% de los estadounidenses están “muy seguros” de que Dios los ha perdonado por sus ofensas del pasado. Sorprendentemente, esto es cierto incluso para aquellos que no tienen mucho que ver con Dios en distintas formas.
“Sin embargo, el panorama era menos claro cuando se trataba de relaciones interpersonales,” afirmó Hoezee. Solo alrededor de la mitad de las personas encuestadas dijeron que habían perdonado completamente a otros.
Lo más interesante para mí es otra cosa que encontró el estudio. Donde el perdón tiene lugar, existe un vínculo entre el perdón y una mejor salud. “Cuanto más propensa sea una persona para otorgar perdón, menos probable será que él o ella sufra de alguna enfermedad relacionada con el estrés.
Estoy agradecido de que la mayoría de las personas sientan la gracia de Dios. Las escrituras nos enseñan que Dios es Dios de perdón y misericordia, que abunda en amor constante. Pero también nos enseñan que, de alguna manera, nuestra capacidad de aceptar el perdón de Dios está ligada a nuestra propia capacidad de perdonar.
Jesús dijo una vez: “Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial. Pero si no perdonan a otros sus ofensas tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas.” (Mateo 6:14-15)
Mi oración para ti hoy es que dejes de lado cualquier rencor, amargura, resentimiento o enojo que puedas tener. Recuerda que la vida es corta, y solo nos lastimamos nutriendo esas cosas. Perdona a los demás y permite que la gracia de Dios te cubra – incluso ahora.
Oremos: Ten piedad de nosotros, Amado Dios. Ayúdanos a dejar de lado las cargas que llevamos, o cualquier error o falla del pasado de la que pareciera que no podemos dejar de lado. Que tu perdón y tu gracia se derrame sobre nosotros. Y luego, Dios de Gracia, ayúdanos a perdonar con el perdón que nosotros mismos hemos recibido, para que nuevos comienzos puedan ser nuestros a través de Jesucristo. Amén.
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