Un Corazón Sabio para un Año Nuevo
El Salmo 90, reza: “Enséñame a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría.”
¿Qué tiene el contar nuestros días que nos da un corazón sabio? Bueno, pensemos en la otra cara de eso por un momento. ¿Y si pasáramos por la vida, viviendo como si tuviéramos una eternidad?
Pospondríamos las cosas. Guardaríamos rencores. Quedaríamos atrapados en lo trivial y perderíamos de vista lo que realmente da sentido. En nuestra juventud, a menudo estamos demasiado “ocupados” para pasar tiempo con los que nos importan. No puedo decirte cuántas personas he conocido a lo largo de los años que estaban demasiado ocupados en sus 30 años como para pasar tiempo con amigos, solo para despertarse en a los 50 años y descubrir que no les quedaban amigos. Luego, pienso en el padre de familia en el parque ocupándose de los asuntos en su iPhone mientras sus hijos corren jugando y riendo. Es ese mismo padre de familia, cuando avanzas rápidamente en el tiempo, quienes quieren esos preciosos momentos de regreso.
El escritor Brian Koppelman señalan que: “Si miras la gran extensión del tiempo, ni siquiera somos un puntito…Y si caminas por la vida sabiendo que un día, todo lo que amamos ya no estará aquí, para mí, me hace amar más fuerte…más ferozmente. Y me da ganas de ser más expansivo, más generoso y más conectado. Me hace consciente de lo afortunado que soy de estar presente en este momento…”
Creo que el salmista tenía corazón de pastor. Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría…
Oremos: Dios eterno, ante quien las generaciones se edifican y caen, mientras nos sentamos al borde de este nuevo año, oro con el salmista para que me enseñes a contar mis días…Enséñame a contar mis días para que mi perspectiva pueda ser restaurada…Enséñame a contar mis días, para que pueda recordar de nuevo aquellas cosas que dan un significado más profundo y enriquecedor a la vida. Enséñame a contar mis días para recodar quién soy – y quién soy – en el gran alcance de la eternidad. Enséñame a contar mis días para que pueda estar más verdaderamente agradecido por el regalo del tiempo que me queda. Enséñame – Enséñanos – a contar nuestros días para que nuestro corazón adquiera sabiduría. Te lo pedimos en el nombre de Cristo. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!