Si Dios Está de Nuestra Parte, ¿quién puede estar en contra nuestra?

Hay una historia de una pequeña niña, que corría lo más rápido que podía, tratando de no llegar tarde al autobús. Mientras corría oraba: “Querido Señor, ¡por favor no permitas que llegue tarde! Querido Señor, ¡por favor no permitas que llegue tarde!” Mientras corría y oraba, tropezó en una acera y se cayó, ensuciándose la ropa y rasgando su vestido. Se levantó, se sacudió, y siguió corriendo. Mientras corría, una vez más comenzó a orar, “Querido Señor, por favor no permitas que llegue tarde…¡pero por favor no me empujes tampoco!

En la vida, nos caemos…mucho.

A veces queremos culpar a Dios. A veces es realmente culpa nuestra. A veces no lo es. A veces no es la culpa de nadie y no hay ninguna respuesta. En la Biblia, no hay ninguna promesa de que si creemos – Dios quitará los tiempos difíciles o los derrames. No. Pero Dios ha prometido. “Nunca te dejaré ni te desampararé.”

No sé donde puedas estar en tu vida, qué cargas puedes estar llevando. Lo que sí sé es que parte de ser humano significa que no siempre podemos entender por qué las cosas suceden de la manera que lo hacen. Y a veces simplemente no ayuda – de hecho, realmente duele más – cuando tratamos de encontrar a alguien a quien culpar por nuestras culpas.

En el libro de Romanos, Pablo escribió: “Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra?” Más adelante, en ese mismo capítulo prosigue: “Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.”

Sea lo que sea con lo que estás lidiando, incluso cuando no hay respuestas fáciles, oro para que puedas saber, en la parte más profunda de tu ser, que Dios está contigo y que no hay nada que pueda separarte de su amor.

Oremos: Amado Dios, todos venimos llevando equipajes en nuestras vidas – daño, dolor y angustias. A veces estas cosas están cerca de la superficie, otras veces está enterrado profundamente. Y te necesitamos. Necesitamos tu gracia y paz. Así que te pedimos que nos ayudes a confiar en ti. Danos la gracia que necesitamos para entregarte por completo nuestras vidas. Empodéranos para vivir con esperanza y el poder de la resurrección para que podamos aferrarnos a la vida que es verdaderamente vida. En nombre de Jesús. Amén.

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