Los Obsequios que nos han Costado
En el Segundo Libro de Samuel, el Rey David quiere hacer una ofrenda a Dios. Así que, visitó a un hombre de nombre Arauna y le ofrece comprar parte de su propiedad para construir un altar. Arauna dijo, “Usted es el Rey. No tiene que darme dinero. ¡Yo le daré la propiedad he incluso le voy a dar los animales para el sacrificio!” Pero, David insistió en pagar por ellos. Él dijo, “No voy a ofrecer holocausto al Señor que no me hayan costado nada.”
David es un hombre de edad en dicho momento. Y el claramente endiente que hay algo acerca de dar con sacrificio – algo acerca de dar obsequios que nos hayan costado algo – es a la vez agradable a Dios y bueno para nuestras almas.
El día de hoy, los invito a reflexionar sobre los obsequios más significativos que hayan recibido y lo que han ofrecido. Ya sea que fuese en ofrecer nuestro tiempo, experiencia, dinero, o algo más, ¿Qué fue lo que lo hizo especial?
Oremos: Dios, se siente bien en dar. Se siente bien en ayudar y servir. El día de hoy abre nuestros ojos para ver formas en las que podemos dar a un nivel de sacrificio. Oramos hoy por aquellos que han ayudado con sacrificio todo el tiempo. En especial, alzamos a los hombres y mujeres en el ejército y a sus familias; oficiales de policía, bomberos y otros que nos sirven día tras día. A través de nuestras ofrendas, ayúdanos a notar los muchos obsequios que nos has dado – no menos importante de los cuales es tu Hijo, en cuyo nombre oramos. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!