“Un Monasterio Virtual”
¿Con qué frecuencia hemos escuchado “Dios ayuda a los que se ayudan a sí mismos?” Bueno, yo recientemente tuve una lección de eso para estos desafiantes días de pandemia, división política y social, y el drama 24/7 de la televisión y las redes sociales.
Por un momento, no entendía por qué me molestaba tanto hasta que me di cuenta de que estaba resonando con mi naturaleza más baja – moralista, ira “justificada”, entre otras cosas – a expensas de lo que Dios quiera de mí. Así que supe que tenía que hacer algo al respecto. Yo oré, hablé con algunos amigos sabios y fui bendecido con un momento “¡ajá!”: ¡Yo necesitaba tomar alguna acción! Y eso, en estos días de reuniones Zoom y otras experiencias “virtuales”, fue construir un “monasterio virtual” para mí para mantener el ruido fuera. Yo comencé recortando todas las noticias de las redes sociales y de la televisión y pasé más tiempo en oración y contemplación. (La noticia me llegaba todos los días a través de dos periódicos.) No encendía mi teléfono celular hasta las 8 a.m., después del desayuno y la oración matutina. Y en ese lugar de paz y tranquilidad, yo descubrí que Dios ya no estaba ahogado y excluido. Dios podía hablar claramente a mi mente y a mi corazón una vez más.
La voz de Miqueas: “Ya se te ha dicho lo que de ti espera el Señor: Practicar la justicia, amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios.” La voz de Juan, en la primera carta: “Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios.” Y el mismo Jesús: “Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros.” Así que unámonos, mis hermanas y hermanos, y hagamos espacio para que Dios regrese, y luego – renovados y en paz – salgamos al mundo y hagamos nuestro mejor esfuerzo para ejemplificar el mensaje de Dios en todo lo que hacemos.
Oremos en base a la oración del Libro Episcopal de Oración Común: Oh Dios, nos has unido en una vida común. Ayúdanos, en medio de nuestras luchas por la justicia y la verdad, a confrontarnos sin odio ni amargura y a trabajar juntos con paciencia y respeto mutuo. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!