Encontrando Nuestro Camino a Casa
En su libro, Traveling Mercies (Misericordias Viajeras), Ana LaMott comparte la historia de su pastor acerca del momento en que su pequeña amiga se había perdido. “La pequeña niña corrió de un lado a otro a lo largo de la calle de la gran ciudad donde vivían, pero no pudo encontrar ni un solo punto de referencia. Ella estaba muy asustada. Finalmente, un agente de policía se detuvo para ayudarla. Él la puso en el asiento de pasajero de su vehículo, y recorrieron la calle hasta que finalmente ella miró su iglesia. Ella le señaló al policía la iglesia, y entonces le dijo firmemente, “Usted me puede dejar salir ahora. Esta es mi iglesia, y siempre puedo encontrar mi camino a casa desde aquí.”
LaMott capta la metáfora y dice, “Es por ello por lo que siempre he estado tan cerca de la mía – porque no importa lo mal que me sienta, lo perdida, sola o asustada, cuando veo la cara de las personas de mi iglesia, y escucho sus voces roncas, siempre puedo encontrar mi camino a casa.”
Todos necesitamos a personas en nuestras vidas que nos ayuden a sentir como en casa con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea. Todos necesitamos a personas que nos consuelen y que nos animen e inclusive retarnos a vivir mejor.
Algunos de nosotros hemos regresado a la iglesia después de un largo período de distanciamiento social. Otras personas, aún no han podido regresar. Cualquiera que sea tu caso, yo oro para que encuentres formas de mantenerte conectado con tu comunidad de fe. Incluso si no puedes estar con ellos en persona, haz el esfuerzo – para que cuando estés perdido o asustado, confundido o herido, siempre puedas encontrar el camino a casa.
Oremos: Dios de Esperanza, anhelamos relaciones profundas y significativas. Anhelamos a personas que nos conocen y que nos aceptan por quienes somos. Anhelamos que otros puedan compartir las felicidades y agobios de la vida. En estos tiempos difíciles, tan llenos de preocupaciones de salud, ayúdanos a encontrar formas creativas de mantenernos en contacto. Al ofrecer nuestro tiempo nuestro amor, nuestra aceptación, nuestros oídos para poder escuchar a los demás y nuestro corazón compasivo. Mantennos abiertos a recibir tu amor y perdón y que sea nuestro para poder compartir. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!
