Vivir con las Manos Abiertas
Una de las experiencias más hermosas de mi vida fue vivir con una familia local en Costa Rica, durante mi último semestre de la universidad. Ellos tenían tres hijos – una casa bastante pequeña – y recursos económicos bastante modestos. Corazones enormes…algunas de las personas más felices que he conocido. Ellos también eran también personas muy generosas – en muchos niveles. Hace unos años volví a visitarlos y quedarme con ellos, acompañado con mi hija Marley. Yo recuerdo que antes de irme, el Padre de familia me dijo que hay una expresión costarricense bien arraigada: “Si se queda con manos abiertas, nunca le faltará nada.”
Tan cierto.
Cuando vivimos con el espíritu abierto, el corazón abierto y las manos abiertas, cuando compartimos nuestras bendiciones con los demás, nuestras vidas estarán llenas a rebosar.
Oremos: Dios misericordioso y generoso, mantén nuestros ojos atentos a las oportunidades para dar. Ayúdanos a ser generosos tal y como tú eres. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!