El Curso de la Felicidad
Recientemente me di cuenta de que la Universidad de Yale ofrece una clase en línea de 10 semanas llamada: La Ciencia del Bienestar. Solo este semestre, se han inscrito 2.5 millones de personas, convirtiéndolo en el curso más popular en la historia de la universidad. En el campus, el curso se titula: “Psicología y la Buena Vida”, también conocida como: “El Curso de la Felicidad”.
El tema me fascinó, y pasé algún tiempo examinado el programa de estudios de Yale y los estudios científicos relacionados. Me sorprendió lo mucho que se alinea con la sabiduría bíblica antigua.
Ahora bien, no hay duda de que un factor importante de la felicidad de una persona es genético y en parte circunstancial. Sin embargo, también está claro, desde un punto de vista científico y bíblico, que hay hábitos del cuerpo y la mente que pueden cultivarse para aumentar el bienestar.
Una de las cosas que surge una y otra vez es la generosidad.
A menudo, pensamos en la generosidad como algo relacionado con el dinero – que de hecho es una parte importante de él. Es muy concreto. Lo puedes medir. Puedes ir aumentándolo poco a poco. Pero además del dinero, también podemos aprender a ser generosos con nuestro tiempo, nuestra energía, nuestra creatividad, nuestra hospitalidad…y así sucesivamente.
También, sé que muchos de ustedes han tenido la experiencia de encontrar la manera de dar a los demás, de servir a los demás incluso en medio de su propia crisis. Yo tenía un amigo que después de divorciarse, en el primer año de estar solo sin sus hijos en el día de Acción de Gracias, se ofreció como voluntario en un refugio para personas sin hogar. Él dijo que era lo mejor que podía haber hecho en su vida. Lo sacó de su propia cabeza. Le levantó el ánimo por completo.
En general, la generosidad es también una forma de participar en un bien mayor. Percibimos: Que estoy contribuyendo. Que soy parte de esto…que estoy haciendo la diferencia. ¡Y vaya que eso se siente bien!
Oremos: Reconocemos, Oh Dios, que siempre que usamos lo que tenemos de una manera que bendice a los demás; abre nuestros corazones. Tú das y das y nos das. Enséñanos a ser generosos como tú. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!
