No Procede de Nosotros
Mi nombre es Andy Odom, pastor de la Iglesia Presbiteriana de Canyon Creek en Richardson, Texas. El pastor Joe Albright me invitó a dar el mensaje de Dial Hope (Digita Esperanza) del día de hoy. Comenzamos con una lectura de Efesios capítulo 2…
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros, nos dio vida en Cristo, aun cuando estábamos muertos en pecados…Porque por gracias ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios. (Efesios 2:4-8)
Salvado por la gracia. Qué pensamiento más extraño. Debo admitir que a veces lucho con toda la idea de la salvación por la gracia de Dios. Creo que todos lidiamos con dicho pensamiento en algunos momentos. No estamos diseñados correctamente para entenderlo verdaderamente. Toma tiempo. Se necesita toda una vida para lidiar con una afirmación de esta clase. Después de todo, vivimos en un mundo lleno de indiferencias, sesgos, avaricia y arrogancia, un mondo que no tiene la apariencia de algo que ha sido infundido de pie a cabeza con la gracia de Dios.
La Guerra parece ser una constante ahora. El diálogo político continúa cada vez más y más arraigado. Nuestras propias vidas pueden sentirse más sepulcral que espiritual. Esto simplemente no se parece a la vida o al mundo que se nos prometió. Y, aun así, aun con todo eso, las palabras de Pablo vuelven a nosotros otra vez: “Porque por gracias ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios.” Las palabras fluyen hacia abajo como un flujo constante que cae justo en medio de las guerras que luchamos y los problemas que enfrentamos. Dios envía la gracia para que podamos vivir. Es, en una palabra, salvífico.
El día de hoy, a medida que te des cuenta de las cosas que sepultan; a medida que se libran guerras y nuestras oraciones son expresadas, permite que las palabras de Pablo zumben en tus oídos: Porque por gracias ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios.
Oremos: Dios de todo tiempo y lugar, haces por nosotros lo que no podemos hacer por nosotros mismos. Nos hablas cuando no podemos hablar. Nos levantas cuando no podemos ponernos de pie. Nos salvas cuando fallamos miserablemente. La palabra es gracia, y estamos aturdidos por ella. Amén.
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